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Silenciados

Sobrevivir al dolor y al miedo en un campo de desplazados en Nigeria

  • El equipo de MSF ha tratado en 2023 a más de 1.700 supervivientes de la violencia sexual en el campamento de Benue
  • Más de 400.000 personas se han desplazado en Nigeria debido a los enfrentamientos entre pastores y agricultores

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Un callejón abandonado en el campamento de Mbawa.
Un callejón abandonado en el campamento nigeriano de Mbawa. KASIA STREK

Las historias de Iyua, Dooshima, Shiana y Seember* son cuatro de las miles de mujeres y niñas que viven en campos del estado de Benue y que han sobrevivido a la violencia sexual. En diciembre de 2023, la fotoperiodista especializada en derechos de la mujer Kasia Strek visitó la clínica de MSF en el campo de Mbawa para recoger sus desgarradores testimonios.

Los violentos enfrentamientos en el centro-norte de Nigeria han obligado a decenas de miles de personas a abandonar sus hogares en los últimos años. Muchos se han instalado en campamentos en los alrededores de Makurdi, la capital del estado de Benue. Las condiciones de vida en los campamentos son precarias y la vida diaria es una lucha, especialmente para las mujeres. Tras recibir informes de niveles alarmantes de violencia sexual contra mujeres y niñas en los campos, los equipos de MSF están proporcionando a las supervivientes atención médica y psicológica.

Me dijo que solo me ayudaría si mantenía relaciones sexuales con él. Me negué, pero me forzó físicamente

"Me prometió que me daría dinero y me pidió que nos viéramos en una casa fuera del campo", cuenta Iyua, madre de seis hijos que vive en el campo de Mbawa, a unos 20 kilómetros al norte de Makurdi, la capital del estado. Desesperada por conseguir dinero prestado para comprar comida para sus hijos, había pedido ayuda al hombre, que era un conocido. "Cuando llegué allí, me dijo que solo me ayudaría si mantenía relaciones sexuales con él. Me negué, pero me forzó físicamente", cuenta. Tras la agresión sexual, Iyua buscó tratamiento en la clínica de MSF en el campo, que atiende a supervivientes de violencia sexual.

Enfrentamientos entre pastores y agricultores

El estado de Benue es una región agrícola del centro-norte de Nigeria, a menudo conocida como la cesta de alimentos de Nigeria, atravesada por la segunda vía fluvial del país, el río Benue. En los últimos años, la inseguridad en el norte de Nigeria ha obligado a muchos pastores a desplazarse hacia el sur, a la región centro-norte, mientras que el cambio climático y la degradación medioambiental han reducido la disponibilidad de tierras fértiles.

La promulgación de una ley en 2017 que prohíbe el pastoreo al aire libre provocó el éxodo de pastores del estado de Benue que no podían mantener su modo de vida tradicional, lo que llevó a una intensificación de los enfrentamientos armados entre pastores y agricultores. La violencia resultante ha desplazado a casi 400.000 personas de sus hogares, según la Organización Internacional para las Migraciones, y muchas se han asentado en campamentos en todo el estado de Benue.

Campamento en los alrededores de Makurdi, capital del estado de Benue.

Campamento en los alrededores de Makurdi, capital del estado de Benue. KASIA STREK

La vida en los campos es una lucha. Las condiciones de vida son precarias e insalubres y hay una grave escasez de alimentos, agua potable y servicios básicos, incluida la atención sanitaria. También hay niveles alarmantes de violencia sexual, agravados por el empobrecimiento, los desequilibrios de poder entre mujeres y hombres, los escasos medios de la población para ganarse la vida y el contexto más amplio de violencia. Según datos de MSF, la mayoría de los autores de violencia sexual son parejas íntimas de las supervivientes, pero también la ejercen conocidos y desconocidos, civiles o no. Muchas mujeres, que a menudo son las únicas que mantienen a sus familias, no tienen más remedio que abandonar los campos en busca de alimentos y leña, exponiéndose así al riesgo de sufrir violencia sexual.

Cuando nos acercábamos a un pueblo, una multitud de gente empezó a gritar, cantar y vitorear

Su familia la vendió para casarse

Dooshima, una escolar, trabajaba un día en una granja cuando fue obligada por su madre y su hermana a dar un paseo en moto con hombres que no conocía. "Cuando nos acercábamos a un pueblo, una multitud de gente empezó a gritar, cantar y vitorear", cuenta. "Reconocí las canciones de boda". En ese momento, Dooshima se dio cuenta de que su familia la había vendido para casarse. Tal era su desesperación que recuerda que se preguntaba si llevaría consigo algo con lo que pudiera suicidarse.

Tras la boda con un hombre 30 años mayor que ella, Dooshima fue encerrada en una pequeña casa. Intentó escapar, pero fue capturada y golpeada. Tras tres días de encierro, su marido entró en la casa y la violó. Dooshima huyó de nuevo y esta vez eludió la captura. Al llegar a casa, Dooshima se encontró con el rechazo de su familia. "Mi madre no quería volver a verme", cuenta. "Se llevó todas mis pertenencias, incluidos mi uniforme y mis libros, y lo quemó todo".

Tras recibir tratamiento médico, Dooshima descubrió que estaba embarazada y decidió abortar. Ahora Dooshima vende naranjas para ganar lo suficiente para reponer la ropa que su madre quemó. Quiere aprender a coser para poder comprar libros y volver a la escuela. Lo que más desea es seguir estudiando. "Me gustaría ser médico y salvar vidas", dice.

Dooshima espera volver a la escuela y continuar su educación.

Dooshima espera volver a la escuela y continuar su educación. KASIA STREK

Una mujer con discapacidad violada por dos hombres

Shiana se trasladó al campamento de Mbawa hace cinco años con su hermana mayor. Tuvo dos hijos, pero ambos murieron en la primera infancia. Desde su más tierna infancia ha vivido con una discapacidad. "Estaba durmiendo cuando alguien llamó a mi puerta por la noche", cuenta.

Me negué e intenté apartarlo, pero me apretó los brazos y me violó

"El hombre prometió traerme algo de comer, luego forzó la puerta de mi tienda, ya que la cerradura estaba rota, e insistió en mantener relaciones sexuales conmigo. Me negué e intenté apartarlo, pero me apretó los brazos y me violó". Shiana fue agredida sexualmente dos veces por hombres que entraron por la fuerza en su tienda aprovechándose de su discapacidad física.

"Anoche volvió a venir un hombre e intentó entrar, pero me desperté lo suficientemente rápido y bloqueé la puerta desde dentro; esto ocurre con regularidad en el campamento", relata. Shiana no tiene medios para ganar dinero, pero a veces camina hasta un mercado cercano para recoger grano derramado del suelo, que recoge y vende.

Cama de Shiana con mosquitera en el interior de la tienda.

La cerradura de la puerta de la tienda de Shiana estaba rota, lo que facilitó la entrada de los hombres que la violaron. KASIA STREK

Cinco hombres las agreden sexualmente tras una emboscada

A pocas tiendas de Shiana vive Seember. El marido de Seember era granjero y murió en un ataque nocturno. "Capturaron a mi marido y le dispararon cuando intentaba salir corriendo de casa", recuerda. "Estaba muerto en el suelo cuando llegó otro hombre y le cortó la cabeza con un machete". Seember y sus dos hijos escaparon y huyeron al campo de Mbawa.

En abril de 2023, estaba trabajando en una granja, recogiendo la cosecha con otras mujeres, cuando les tendieron una emboscada cinco hombres: tres con pistolas y dos con machetes. Los hombres discutieron si matarlas, pero decidieron violarlas.

Me abstuve de defenderme de los agresores para poder seguir viva y cuidar de mis hijos

"Cuando vi llegar a esos hombres al campo, sentí rabia", cuenta. "Pensé en la muerte de mi marido y pensé que me tocaba a mí dejar este mundo, pero me abstuve de defenderme de los agresores para poder seguir viva y cuidar de mis hijos". La violación dejó a Seember incapacitada para caminar sin ayuda. Un familiar la llevó a la clínica de MSF en el campo de Mbawa, donde recibió atención médica y apoyo en salud mental.

Seember dice que se siente muy sola sin su marido y que, cuando trata de recuperarse, le asaltan recuerdos perturbadores. Su hijo adolescente Fanan hace todo lo posible por consolarla y distraerla haciéndola reír o trenzándole el pelo.

Fanan, el hijo adolescente de Seember, trenza el pelo de su madre.

Fanan, el hijo adolescente de Seember, trenza el pelo de su madre. KASIA STREK

Iyua, Dooshima, Shiana y Seember son sólo cuatro de las miles de mujeres y niñas que viven en campos del estado de Benue y que han sobrevivido a la violencia sexual. Sin una acción preventiva, MSF advierte de que los riesgos para las mujeres seguirán aumentando. "Es importante destacar que el entorno social no está mejorando", afirma Resit Elcin, coordinadora de proyectos de esta ONG. "Faltan opciones de subsistencia para los desplazados, sobre todo para las mujeres, y apenas se realizan esfuerzos de protección y prevención. La situación no mejora".

Derecho a la atención médica y psicológica de las supervivientes

"Las supervivientes de violencia sexual, tanto en el estado de Benue como en toda Nigeria, merecen tener acceso a atención médica y apoyo de salud mental gratuitos y de calidad", explica Resit. "Las mujeres y las niñas necesitan acceso a servicios que incluyan alojamiento seguro y refugio de emergencia, asistencia jurídica y apoyo financiero y para la subsistencia. La clave para prevenir la violencia sexual es atender las necesidades humanitarias de la gente y garantizar que las personas vulnerables estén seguras dentro de los campamentos".

Niños frente a un cartel escrito en la pared en una lengua local africana de la región de Nigeria.

En un centro juvenil del campo de Mbawa, unos niños y niñas se sientan frente a un cartel que explica cómo buscar ayuda tras un caso de violencia sexual. KASIA STREK

"Las organizaciones humanitarias y de desarrollo, tanto locales como internacionales, deben trabajar junto a las autoridades nigerianas para garantizar que los supervivientes de la violencia sexual en el estado de Benue dispongan libremente de apoyo médico y psicológico y, en términos más generales, para apoyar a las comunidades desplazadas a recuperar su dignidad y el control sobre sus vidas", afirma Resit.

MSF lanzó una respuesta de emergencia para asistir a las personas desplazadas en el estado de Benue en 2018, proporcionándoles atención médica, incluida atención de salud sexual y reproductiva y atención integral para supervivientes de violencia sexual. En 2023, sus equipos en Benue trataron a más de 1.700 supervivientes de violencia sexual.

Violencia sexual en los campos de desplazados de Benue

Miles de desplazados que huyeron de los enfrentamientos armados entre granjeros y pastores viven actualmente en condiciones de vida precarias, y las mujeres se enfrentan a un mayor riesgo de sufrir violencia sexual.

En diciembre de 2023, la fotoperiodista especializada en derechos de la mujer Kasia Strek visitó la clínica de Médicos Sin Fronteras en el campo de Mbawa para recoger los desgarradores testimonios de cuatro supervivientes y concienciar sobre la violencia sexual en contextos de desplazamiento.

Las historias de Iyua, Dooshima, Shiana y Seember* son solo cuatro de las miles de mujeres y niñas que viven en campos del estado de Benue y que han sobrevivido a la violencia sexual.

Esta ONG quiere concienciar sobre los retos físicos y psicológicos a los que tienen que enfrentarse estas mujeres, y animar a los actores a aplicar medidas de protección y prevención para mejorar su situación.

*Los nombres se han cambiado para proteger la identidad de los pacientes.