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Esclavos del alquiler: la angustia de encontrar un nuevo hogar

  • Disminuye la oferta y aumentan de manera imparable los precios en el mercado del alquiler de inmuebles
  • El alquiler temporal y el de habitaciones aún no está regulado por ley, lo que permite jugar con los precios

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Terrazas de un edificio de viviendas.
Alquilar, una tarea casi imposible. EN PORTADA

Las cifras no engañan y la evidencia salta a la vista: vivir de alquiler es cada vez más complicado y, para bastantes economías, roza lo imposible. Acercarse a esta realidad equivale a hacer una radiografía de la angustia de quienes se ven obligados a saltar a un terreno de juego embarrado en el que abundan inquietantes actores emergentes como los fondos de inversión, que en no pocos casos llevan el adjetivo de “buitre”.

La parte débil de esta cadena de intereses está encarnada por la persona que necesita un techo y debe buscarlo en un mercado donde disminuye la oferta y aumentan de manera imparable los precios.

Un hombre camina por una calle de un barrio obrero madrileño

Israel Viana buscando piso en Carabanchel. EN PORTADA

En En Portada nos hemos acercado a este asunto, que es ya un problema general, pero que en las grandes ciudades alcanza sus cotas más altas. Las personas que hemos entrevistado no pertenecen a sectores marginales de la sociedad, sino que cuentan todas ellas con trabajo estable y una remuneración económica que en una situación de normalidad del mercado debiera permitirles alquilar sin apuros.

Como reflexiona Israel Viana: “Las ciudades son habitualmente los núcleos que atraen a los trabajadores de toda España, y también del extranjero, y se han convertido en sitios prácticamente imposibles para que esos trabajadores puedan vivir en ellas”.

En busca de un hogar

Israel es periodista del diario ABC desde hace 14 años, el mismo tiempo que llevaba viviendo de alquiler en un piso en el barrio madrileño de Lavapiés. De la noche a la mañana se vio expulsado de su vivienda, que había sido adquirida por un fondo de inversión.

¿Cómo estará una madre soltera, una familia con hijos, un padre soltero, una familia en riesgo de exclusión?

Durante cuatro meses experimentó una azarosa peripecia en busca de un nuevo lugar donde vivir. Lo consiguió, finalmente, en Carabanchel, un barrio más alejado del centro, en un piso más caro y más pequeño que el que tenía en Lavapiés.

Israel contó su búsqueda en un reportaje publicado en su periódico: “Una de las cosas que me planteaba cuando hice el reportaje es que yo no quería dar lástima. Lo que pretendía era contar mi historia en primera persona, pero yo pensaba continuamente: si yo estoy así, con un trabajo estable desde hace catorce años, tengo un sueldo normal, normal dentro de lo que lo que es hoy normal, ¿cómo estará una madre soltera, una familia con hijos, un padre soltero, una familia en riesgo de exclusión?”

Anuncios de alquiler y venta de viviendas en un escaparate de una agencia inmobiliaria.

Menos pisos y más caros. EN PORTADA

Vivir en una caravana

Si capitales como Madrid, Barcelona, Valencia o San Sebastián tienen precios prohibitivos para alquilar, las islas Baleares son el paradigma más acabado de una realidad acuciante. Ibiza es el punto extremo de un escenario preocupante.

Grupo de autocaravanas.

En Ibiza hay trabajadores obligados a vivir en autocaravanas. EN PORTADA

En la isla faltan médicos, policías, profesores… porque los profesionales declinan siempre que les es posible trasladarse a un lugar donde no hay manera de encontrar una vivienda a un precio razonable. De este modo médicos, enfermeros o guardias civiles comparten piso como si fueran estudiantes, mientras, otros profesionales, pese a que tienen salarios razonables, se ven obligados a encontrar un hueco en cocheras, balcones, colchones o sofás alquilados dentro de un salón.

Antes no se veía gente en autocaravanas, porque el problema de la vivienda no era tan acuciante

Están también quienes han comprado una autocaravana para solucionar el problema. Una de estas personas, José Luis Gambacorta, nos relata sus vivencias en el documental. Gambacorta, que es celador del único hospital público de la isla, gana 1.500 euros al mes y vive desde hace cuatro años en una caravana adquirida en el mercado de segunda mano. “Antes no se veía gente en autocaravanas, porque el problema de la vivienda no era tan acuciante. Entonces, la gente o compartía piso o alquilaba habitaciones, pero en el momento en que la cosa se complicó, empezaron a verse muchas autocaravanas, como esta mía, en la isla”.

Otros casos significativos son los de algunos profesores que viven en Palma de Mallorca y tienen plaza en Ibiza. Ante la imposibilidad de encontrar casa en esta isla viajan a diario en avión a Ibiza, donde imparten las clases, y regresan por la tarde a su domicilio en Palma.

En la ciudad de Ibiza el precio medio para alquilar un piso de 60 metros cuadrados es de 1.360 euros, según la consultora Activum Real Estate. El problema de la vivienda en la isla se agrava por el alquiler de temporada, ya que muchos propietarios no hacen alquileres de larga duración, porque reservan los pisos para alquilarlos en vacaciones a los turistas.

La gran invasión

La escasez de pisos en el mercado del alquiler empeora porque cada vez es mayor el número de viviendas destinadas a uso turístico. Esa es una cuestión que se da sobre todo en las grandes capitales, pero que en general se está volviendo problemática, y no solo porque disminuye la oferta, sino porque lleva aparejadas otras molestias para los vecinos.

Málaga es, en ese aspecto, una ciudad muy representativa de este mal, que allí empieza a ser una constante. Su centro urbano ha experimentado en menos de una década una metamorfosis que ha hecho que muchos vecinos hayan tenido que abandonar sus casas y otros aseguran que no reconocen su ciudad.

Cartel de alojamiento turístico en el centro de Málaga

En el centro de Málaga el alquiler turístico llega casi al 40% del total de los arrendamientos. EN PORTADA

Málaga fue en 2023 el destino turístico más buscado del mundo por los usuarios de Airbnb. En el centro de esta ciudad andaluza la vivienda turística alcanza cotas de entre el 30 y el 40 por ciento de los alquileres, según el Instituto Nacional de Estadística.

A golpe de poner a Málaga en el mapa, nos van a borrar del mapa a todos los malagueños

Un vecino nos comentó: “Aquí, a golpe de poner a Málaga en el mapa, nos van a borrar del mapa a todos los malagueños”. Y una vecina que vive rodeada de más de 190 pisos turísticos señaló: “No os podéis imaginar lo que es vivir así. Es que no se vive, se sobrevive. Yo no tengo derecho al descanso, no tengo derecho a dormir. Tengo que ponerme tapones y llega un momento en que los tapones son totalmente ineficaces. Tengo que recurrir a tomar pastillas para dormir. Y si yo no tengo problema para conciliar el sueño, que no lo tengo, ¿por qué tengo que tomar pastillas para dormir cuando yo no me he ido a vivir a un palacio de ferias? A mí me han vendido la casa en una zona destinada a suelo residencial”.

La alternativa habitacional

Alberto Cabas, agente inmobiliario, resalta que “el mercado de alquiler actualmente tiene unos precios desproporcionados en relación a la media de salarios a nivel nacional. Si hablamos de la evolución de los últimos años se ha encarecido en torno a un 20 por ciento. Y si hablamos de cinco o seis años atrás, pues de media nacional nos podemos ir hasta un 40 por ciento de subida”.

En Madrid, el precio medio de una vivienda de alquiler de 60 metros cuadrados es de 986 euros. En Barcelona, 1.173 euros. (Datos de Activum Real Estate Consulting).

El Gobierno ha aprobado el Índice de precios de referencia que aportará transparencia y conocimiento del mercado y que podría servir para rebajar los precios actuales hasta en un 60 por ciento. La aplicación de este índice depende de las comunidades autónomas. De momento, solo Cataluña ha anunciado su intención de ponerlo en marcha. Esta bajada solo está contemplada en el caso de los alquileres residenciales, no así en los turísticos.

En los últimos tiempos se está extendiendo la modalidad de alquiler de habitaciones, que no está regulada por la ley, al igual que los alquileres temporales, de manera que permite a los propietarios, particulares o fondos de inversión, jugar con los precios sin atenerse a las obligaciones marcadas en los arrendamientos convencionales, fijados en cinco años y con unas subidas estipuladas por ley.

Eunate Martínez vive en una habitación en un barrio obrero de Madrid. Acabado su contrato temporal los propietarios quisieron aplicarle una subida que ella no aceptó. El asunto está pendiente de resolución judicial.

Una chica lee un libro sentada en la cama.

Eunate Martínez en una habitación de alquiler en el madrileño barrio de Lucero. EN PORTADA

A los tribunales acudió también Sara Torres, para pedir la nulidad de una serie de cláusulas del contrato de renovación de alquiler de un piso en Granollers, gestionado por el fondo Azora, que dispone de 13.000 inmuebles en toda España. Un juzgado de primera instancia de Barcelona ha anulado nueve cláusulas por considerarlas abusivas, entre ellas la subida de un 30 por ciento en el tercer año de contrato, la obligación de la inquilina de abonar el seguro de impago y la pretensión de la propiedad de visitar el inmueble cuando lo estimara oportuno.

Montse Serrano, abogada de Sara Torres, ha considerado muy significativa la sentencia “porque no había precedentes de que se declarara la nulidad de cláusulas insertadas en el contrato de arrendamiento en base a la normativa de consumidores. El juzgado entiende que estas cláusulas traicionaban la buena fe y perjudicaban a la parte arrendataria”.

Un equipo de televisión grabando en un bar

El equipo de TVE durante la grabación del documental. CRISTINA MORENO

La sentencia del juzgado de primera instancia ha sido recurrida por el fondo de inversión Azora a la Audiencia Provincial de Barcelona, y está pendiente de resolución. Azora cuenta con siete mil pisos de alquiler en toda España.