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De 'Tiempo de silencio' a 'Tiempo de libertad': la Biblioteca Nacional expone el legado de Luis Martín-Santos

  • Luis Martín-Santos, Tiempo de libertad puede verse del 4 de abril al 9 de junio en la BNE en Madrid
  • La exposición aborda la vida y obra del psiquiatra y escritor

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Una exposición en la Biblioteca Nacional homenajea el centenario de Luis Martín-Santos

Un hombre conduce su coche, viaja con su padre y un amigo, ha bebido, choca contra un camión y muere a consecuencia del accidente. No llegó a cumplir los 40, su nombre es Luis Martín-Santos. Escritor y psiquiatra es el autor de una de las mejores novelas españolas del siglo XX Tiempo de silencio. Este año hubiera festejado sus 100 años y la Biblioteca Nacional de España (BNE) conmemora el centenario de su nacimiento con una exposición.

El director de la BNE, Óscar Arroyo, destaca que estamos ante "el Juan Rulfo español, con una obra muy corta, pero que significó un punto de inflexión en la literatura". A la hora de pintar su retrato humano, su hijo Luis Martín-Santos Laffon define a su padre era "una persona vitalista, sobrado de talento y de una increíble capacidad de trabajo".

El legado vital de Martín-Santos es tan inmenso, que sus hijos se lo han repartido, su hija mayor Rocío es psiquiatra como su padre, mientras que su hermano Luis es agente literario. La exposición ha supuesto para ellos un trabajo de tres años de investigación en archivos familiares y públicos para conocer mejor a sus ancestros.

Tiempo de silencio

La muestra Tiempo de libertad traza la vida y obra de Luis Martín-Santos con 110 fotografías y documentos, desde sus primeros años en Larache, África del Norte -según sus palabras-, donde su padre era médico militar a su infancia en San Sebastián, los estudios en Madrid, los veranos en Topas, un pueblo de Salamanca, de donde procedía su familia paterna y su muerte cerca de Vitoria.

Una exposición en la BNE analiza la obra de Luis Martín-Santos

Luis Martín-Santos en el claustro de San Telmo.

Tiempo de silencio (1961) disecciona con un afilado bisturí el Madrid de finales de los cincuenta: las chabolas, la burguesía, los cafés, las tertulias y el laboratorio del CSIC. El protagonista, Pedro, un joven investigador se ve envuelto en un aborto clandestino. La chica muere desangrada sin que pueda hacer nada para salvarla. El novio de la fallecida mata con una navaja a Dorita, que le acompaña en una verbena. Es el fin de la carrera científica de Pedro, que termina siendo un médico de pueblo.

La narración de los acontecimientos es lineal y sigue un orden cronológico, pero el estilo es fragmentario y caleidoscópico, con largos monólogos interiores y digresiones, muy alejado del realismo de la época que Martín-Santos describe así: ""En España, hay una escuela realista, un tanto pedestre y comprometida, que es la que da el tono. Tendrá que alcanzar un mayor contenido y complejidad si quiere escapar a una repetición monótona y sin interés".

La corriente de conciencia no escapa a reflexiones salpicadas de un humor muy negro. La atmósfera de la novela es opresiva con el incesto, la pobreza y la miseria física y moral impregnando todo el texto. Las ratas, las cobayas que cría El Muecas en su chabola son un potente símbolo de la degradación, la animalidad y la imposibilidad de la inocencia en un mundo sórdido lleno de verdugos.

Primera traducción al chino

Tiempo de silencio fue traducida a una veintena de idiomas desde su primera edición y el interés por esta novela inclasificable sigue vivo. En los próximos meses verá la luz una nueva versión en inglés para el mercado estadounidense, a cargo de la editorial New York Review Books, y se publicará la primera traducción al chino.

Portada de 'Tiempo de silencio' en la edición china

Portada de 'Tiempo de silencio' en la edición china.

Los textos de Luis Martín-Santos acompañan a las imágenes de Martín Santos Yubero, el gran fotógrafo del Madrid de los años 60. El dibujante Andrés Rábago -El Roto- ha ayudado a recrear el ambiente desgarrado de Tiempo de silencio en una serie de 21 dibujos originales, creados con "absoluta carta blanca", según el comisario de la exposición, Julià Guillamon. En este apartado, los visitantes más observadores encontrarán a sus pies la figura de un ratón de oscuro pelaje.

La muestra aborda también su segunda novela, Tiempo de destrucción, publicada póstumamente en 1975 y recientemente recuperada. Un libro menos conocido que se plasma en cuatro imágenes simbólicas que permiten revivir la trama y un monólogo intenso e implacable que encarna la actriz Lídia Otón, una interprete que formó parte del elenco de la versión teatral de Tiempo de silencio en el Teatro de la Abadía.

A las orillas del río más contaminado de Europa, un juez prometedor investiga el asesinato del sereno de una fábrica familiar en pleno carnaval de Tolosa. En los interrogatorios, las vidas enredadas de los dueños de la fábrica y sus empleados van haciendo mella en el protagonista. Agustín se derrumba y se ve inmerso en un entorno apocalíptico, lleno de seres grotescos y voces extrañas. El mundo exterior y el íntimo confluyen en intrincados vericuetos mediante meditaciones, diálogos y pinceladas líricas.

Trilogía inacabada

El título de la novela que debía cerrar la trilogía, Tiempo de libertad, sirve de lema a la exposición que alberga en Madrid la BNE, organizada con el Museo San Telmo y Acción Cultural Española.

Exposición sobre Luis Martín-Santos y 'Tiempo de silencio' en la Biblioteca Nacional

Ilustración de El Roto.

La primera sala revive los meses de vértigo entre la aparición de Tiempo de silencio y el fatal accidente de tráfico, y termina con el proceso de recuperación de la narrativa, el teatro y la poesía inéditos de Luis Martín-Santos.

Martín-Santos fue el director más joven de un sanatorio psiquiátrico en España y es autor de una obra polifacética, científica y literaria. Su hija comparte un detalle revelador sobre la personalidad de su padre, en 1952 se celebra la primera edición del Festival de Cine de San Sebastián y en cuanto se entera escribe una carta al responsable de la Diputación Provincial para que los pacientes psiquiátricos puedan ver las películas en sesiones especiales.

Compromiso antifranquista

La muestra revela su compromiso político antifranquista, que le llevó a ser detenido en cuatro ocasiones, militó en el partido socialista y llegó a ser candidato en unas elecciones municipales. Rocío Martín-Santos Laffon explica que "políticamente mi madre era más radical que mi padre" y tuvo un papel más activo porque su pasaporte francés le permitía cruzar la frontera con más facilidad para llevar información.

Martín-Santos creía en el activismo cultural, en una entrevista con la hispanista Janet Winecoff definía la novela como "el arte cuya materia prima es la existencia" y confesaba su predilección por Stendhal, Cervantes y Joyce. Al ser preguntado por sus fines a la hora de escribir, contestaba "modificar la realidad española (también divertirme yo)", lo que resume su ideario.

Modificar la realidad española (también divertirme yo).

El escritor mantuvo una relación cercana con el artista Eduardo Chillida -cuyo centenario también se celebra este año-, que le dedicó una obra en madera titulada Abesti Gogorra III. Homenaje a Luis Martín-Santos, en 1964.

Además tuvo un papel relevante en la Academia Errante, una iniciativa que reunió a intelectuales de diferentes tendencias en torno a la cultura y en contra del régimen dictatorial de Franco, que se reunían en tabernas rurales como una especie de universidad popular itinerante. La BNE exhibe cuatro de estas ponencias que fueron editadas en su día.

La exposición Luis Martín-Santos: Tiempo de libertad puede verse en la Biblioteca Nacional desde este jueves 4 de abril hasta el 9 de junio. La muestra viaja luego a San Sebastián donde estará en el Museo de San Telmo del 13 de septiembre al 12 de enero de 2025. Donostia Cultura tiene previstas más actividades como conferencias o un congreso literario para saldar una deuda de la ciudad con el autor. Cuando en 1961, parecía que iba a ganar el primer Premio de novela Pío Baroja, una filtración hizo que el certamen quedara desierto, pero encajó el revés con retranca: "por lo menos, le he dado trabajo al jurado".