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Así fue la investigación que cercó a los terroristas del 11M en menos de un mes: el relato del comisario De la Morena

  • El entonces comisario general de Información, Jesús de la Morena, habla en televisión por primera vez en 20 años
  • Tras un indicio "equívoco" que apuntaba a ETA, "la prioridad de la vía yihadista surge en la tarde-noche del día 11"

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La investigación que cercó a los terroristas del 11M: el relato del comisario De la Morena

Hasta mayo de 2004, el comisario Jesús de la Morena dirigió la investigación de los atentados del 11M. "Viví en primera persona, junto a muchos policías, guardias civiles y del CNI (el Centro Nacional de Inteligencia), la conmoción y la frustración por el terrible atentado", relata al Telediario 2 de TVE en su primera y única entrevista en televisión en 20 años.

De la Morena estaba al frente de la Comisaría General de Información, y aunque reconoce que se encontraron con un reto "a cuyas características y capacidad" nunca se habían enfrentado, consiguieron llegar en 23 días a la célula yihadista que luego la sentencia confirmó como autora material del atentado. Así fue la investigación, paso a paso.

De los primeros indicios al descarte de ETA

La mañana del 11 de marzo de 2024, los mandos policiales hicieron un primer análisis con información que llega del lugar de los atentados. Según cuenta De la Morena, las primeras "tres o cuatro horas" están marcadas por un indicio "equívoco", afirma, "al ser informados de que el resto del explosivo de los focos era Titadine (…), habitualmente usado por ETA". La autoría apuntaba a la banda terrorista abertzale, pero un ataque múltiple sin previo aviso no cuadraba con su modus operandi.

A media mañana se localizó en Alcalá de Henares una furgoneta robada con restos de dinamita compatible con Goma-2 ECO, siete detonadores y una cinta con versos del Corán. Horas después, los análisis en el laboratorio de los restos de explosivo no determinaron que fuera Titadine.

"Anulaba la evidencia hacia ETA", continúa el excomisario. "Al final del día se informa del envío de una reivindicación en nombre de Al Qaeda a un diario londinense".

La prioridad de la "vía yihadista" se activa 11M por la tarde-noche

En menos de 24 horas desde el atentado, ETA dejó de ser el centro de la investigación policial. "La prioridad de la vía yihadista surge en la tarde-noche del día 11, a la vista de los análisis y elementos que van apareciendo", confirma Jesús de la Morena, que indica que por ello se activa toda la capacidad antiterrorista que tenía la Comisaría General de Información que él lideraba. "Con la punta de lanza de los expertos en yihadismo van a comenzar la investigación".

El 12 de madrugada, se detectó en la comisaría de Vallecas un móvil preparado para detonar. Oculto en una bolsa, se recogió de entre los restos de la estación de El Pozo y se trasladó a un parque cercano para desactivar la bomba, pero —según recoge la sentencia— no explotó porque un cable estaba desconectado del teléfono.

Identificados los sospechosos

Esa tarjeta y el teléfono, que serían claves en la investigación, los compra Jamal Zougam, investigado en 2001 por su relación con la célula de Al Qaeda en España. Tras la detención de este propietario de un locutorio en Lavapiés se requisaron 100 tarjetas. La de la bomba está relacionada con otras seis activadas en Morata de Tajuña en la víspera de los atentados.

Durante días se peinó la zona hasta localizar la vivienda donde se montaron los artefactos. Paralelamente, tras la pista de los detonadores y el rastreo de teléfonos, llegaron al origen de los explosivos: una mina asturiana.

En los registros de estos dos escenarios y más móviles, los investigadores lograron identificar en total a seis sospechosos: cuatro están fichados por la Policía. Entre ellos se encuentran dos responsables de la célula: Serhan Ben Abdelmaji, alias "El Tunecino", investigado por su relación con una célula yihadista en España desarticulada en 2001, y Jamal Ahmidan, alias "El Chino", investigado por tráfico de drogas. También se señala a quién facilitó el robo y transporte de explosivos, Emilio Suárez Trashorras, con antecedentes policiales por narcotráfico.

Los actos preparatorios con los explosivos y armas, reconoce De la Morena, "no se habían detectado por ningún lado".

Inmolación en Leganés

El 2 de abril, con el creciente temor a unos nuevos atentados en España, se encontró un artefacto explosivo en las vías del AVE Madrid-Sevilla, y un grupo autodenominado 'Ansar Al Qaeda en Europa' amenazó en un comunicado con reanudar acciones el día 4. "Damos de plazo al pueblo y al Gobierno de España hasta el mediodía del próximo domingo para que se satisfagan nuestras legítimas reivindicaciones: la inmediata y completa retirada de vuestras tropas de Afganistán e Irak", decía la nota.

"Intuíamos que se nos acababa ya el tiempo", sigue relatando De la Morena. "Si a eso le añadimos que habíamos calculado que tenían entre 60 y 80 kilos de explosivo (…) Fue quizás la situación más crítica y desesperada".

Pero el 3 de abril, la investigación localizó el piso de Leganés donde se atrincheraron ocho terroristas, gracias al rastreo de una tarjeta concreta cuyo número es similar a otra investigada meses antes. La Policía despliega un amplio operativo.

"Recibí dos llamadas de los servicios secretos tunecinos marroquíes", revela. Algunos de los terroristas habían llamado a sus familiares para despedirse. Siete se inmolan, pero uno huye. La explosión que provocan en el piso de Leganés mata al subinspector de los GEO, Francisco Javier Torronteras. Según calcularon las autoridades, la "inmensa mayoría" del explosivo robado debía estar almacenado allí.

Además del 'Tunecino' y el 'Chino', hay otro integrante clave entre los suicidas, Allekema Lamari, del Grupo Islámico Armado, detenido en el 1997 y liberado por la Audiencia Nacional en 2002. Según la sentencia, los ocho, junto Zougam, son los autores materiales del atentado.