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Entrevista

Rosebell Kagumire: "El caso de Jenni Hermoso es un grosero recordatorio de que las mujeres no están seguras"

  • RTVE.es entrevista a la periodista, activista y defensora de los derechos humanos en Uganda
  • Edita African Feminism, donde escritoras y activistas documentan las realidades de las mujeres en África

Por
Retrato de Rosebell Kagumire en el IV Encuentro de Periodistas África-España

Rosebell Kagumire (Uganda, 1983) reescribe la historia a partir de los "silencios" de las mujeres africanas. Es periodista, activista, defensora de los derechos humanos y editora de la plataforma 'African Feminism', una organización que alberga voces de escritoras que cuentan, explican y documentan las realidades de las mujeres en el continente negro. Le preocupa el papel de las mujeres en la política, la economía, los conflictos o los grandes retos ambientales. Es una voz premiada, y sus textos pueden leerse en medios internacionales como The Guardian, Al Jazeera o Quartz.

Su obsesión es construir y desarrollar estrategias para luchar contra la violencia sexual, la trata, los derechos sexuales y reproductivos y la discriminación de las mujeres. Visita Madrid y charlamos con ella en el marco del IV Encuentro de Periodistas África-España, organizado por Casa África y el Ministerio de Asuntos Exteriores, con la colaboración de la Fundación Anesvad y Fundación ‘la Caixa’.

PREGUNTA: Llevas años empeñada en la necesidad de contar África a través de la voz de sus mujeres…

RESPUESTA: La historia se cuenta desde la visión de los hombres, ellos la han relatado y han tomado las decisiones sin nosotras. Todo lo han decidido los hombres desde la familia, el Estado, la iglesia o la mezquita. Todos han dicho cómo debían ser las mujeres, pero nosotras no hemos tomado ninguna decisión. Por eso, creo que es importante crear plataformas de medios donde las mujeres puedan reivindicar sus derechos, libertad, lo que quieren ser y lo que representan. Es fundamental documentar la contribución de las mujeres. Muchas veces han sido son borradas. África no puede prosperar y desarrollarse si dedica tiempo y recursos a oprimir a una parte de la población.

P: En la vida pública de algunas sociedades africanas, sin ánimo de generalizar, ¿consideras que las mujeres son invisibles?

R: A veces no son invisibles, lo que no se ve es su contribución. No vemos a las mujeres en su conjunto, sino que reducimos su existencia a ser una madre al servicio de esto o aquello. Queda relegada a un rol determinado, en lugar de analizar el papel histórico de las mujeres y su aportación a la sociedad. Vemos a la gran mayoría realizando trabajos de cuidado y tareas domésticas no remuneradas, un trabajo que debería de reconocerse y pagarse. Además, las mujeres merecen no hacer todo este trabajo solas. Hace falta que estén visibles en aquellos campos donde son una minoría. La gente tiende a tachar a África como el lugar que está atrasado, donde a las mujeres les va mal, pero en muchos casos las mujeres africanas a veces tienen más voz en muchos ámbitos. Ocupan espacios culturales y toman decisiones importantes. Porque hemos estado peleando, no porque alguien nos lo haya dado. Llevamos generaciones luchando para conquistar una posición determinada.

P: Tú trabajas mucho con las mujeres y con su participación en la vida pública. La violencia política está a la orden del día en Europa. ¿Cómo es en África?

R: Lo vemos en Europa, África y en muchos países del mundo. Estamos ante lo que es una reacción violenta contra las mujeres. Las que han alcanzado derechos como el acceso al trabajo, recibir un salario o postularse a cargos públicos se encuentran con hombres movilizados que dicen "oh, las mujeres se lo llevan todo". No obstante, los datos y las estadísticas nos demuestran que las mujeres siguen los márgenes. No hay ninguna parte en el mundo donde haya igualdad de género. En Europa vemos el auge de los movimientos de extrema derecha que son una gran amenaza para el movimiento feminista. Estamos ante una regresión. El Estado no tiene que regular a quién vas a amar o con quién vas a vivir. Luego tenemos ejemplos como la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, que tiene poder y privilegios, pero pone en jaque nuestros derechos como mujeres. Es muy peligroso.

En Europa vemos el auge de los movimientos de extrema derecha que son una gran amenaza para el movimiento feminista

P: Tendemos a hablar de las mujeres africanas como un colectivo homogéneo. A la hora de hablar de África lo hacemos como si fuera un país olvidando, que en realidad son 54 estados, ¿crees que es correcto abordar África como un ethos único?

R: No. África es uno de los lugares más diversos del planeta, tenemos más de 2.000 etnias distintas. Por lo tanto, vivimos experiencias diversas, diferentes creencias y formas de vida que nada tienen que ver. Por ejemplo, siempre nos diferencian entre cristianos y musulmanes, pero se olvidan de que muchas personas tienen una espiritualidad africana indígena que existe y sobrevivió a la colonización. No se nos reconoce la diversidad espiritual. Lo mismo ocurre con las mujeres africanas desde la historia hasta el presente. Sudáfrica no es igual que Uganda, aunque hay armonía en la diversidad.

P: Hay una gran brecha entre las zonas urbanas y las rurales. ¿Crees que esa brecha aumenta por la falta de acceso a las nuevas tecnologías?

R: No es solo la brecha en lo rural. Supongo que puede haber problemas de acceso dentro de los propios barrios. En las grandes ciudades, las mujeres tienen experiencias distintas. La clase es un elemento crucial para el acceso a las nuevas tecnologías o para sobrevivir a ciertas cosas. Mi vecina puede tener una experiencia muy distinta a la mía. En sociedades desiguales, debemos evitar lo binario, urbano versus rural. Nací en una zona rural, viví allí 18 años de mi vida y mis padres me dieron una educación. La pobreza, la educación o la historia familiar marcan la diferencia. Es muy importante reconocer la brecha digital y relacionarla con el género. Las mujeres tienen menos acceso a los foros y herramientas digitales que los hombres. Y la razón es la violencia sistémica y la opresión sistémica. Los recursos de las mujeres no están en manos de las mujeres para poder tener acceso en la toma de decisiones.

P: Pero tú en internet también te has encontrado con muchas mujeres aliadas… ¿Crees que sería necesario universalizar la conectividad?

R: Precisamente por eso luchamos. Sabemos que con el acceso a la información puede tener una mayor capacidad para tomar sus decisiones. Ya sabemos que es muy valiosa la red para conocer a más personas y consolidar alianzas. Defendemos el acceso a internet porque abre oportunidades. Te da acceso a nuevas comunidades, puedes aprender un nuevo idioma, conocer otra cultura e incluso viajar. Acceder a la información abre la mente. Puedes nacer en un lugar, pero no tienes que estar siempre en él, puedes pertenecer a diferentes lugares. Y eso depende del acceso a la tecnología.

Sabemos que con el acceso a la información puede tener una mayor capacidad para tomar sus decisiones

P: Proteger a las mujeres del abuso y la violencia siempre fue una de tus principales preocupaciones. Con el auge de internet ¿sientes la violencia digital?

R: El discurso en línea sigue siendo muy patriarcal. Tenemos un gran problema sobre el abuso y el acoso en red. Muchas mujeres ven como se difunden fotos suyas intimas para avergonzarlas. Hay mucho acoso de este tipo. Así que, las pocas mujeres que somos visibles cuando accedemos, nos intentan atacar. Crean miedo a estar en el mundo online. Es necesario movilizar recursos de las comunidades para defender el derecho de las mujeres y demostrar a las niñas y a las adolescentes que podemos crear un internet más seguro para ellas. Muchas jóvenes se enfrentan a problemas de salud mental a causa del abuso en internet.

P: ¿Cómo se ejerce el periodismo en lugares como Uganda, Tanzania, Ruanda y Kenia?

R: Trabajar en medios de comunicación africanos no es fácil, sigue siendo difícil conseguir un sueldo de un medio. Este es un problema muy importante que afecta a hombres y mujeres. Luego, por supuesto, hay violencia contra las periodistas en los medios de comunicación como en otros ámbitos. Por lo general, las mujeres en los medios están en primera línea. Es imprescindible adoptar medidas de protección, pero también contrarrestar este tipo de violencia, porque cada mujer que aparece en el ojo público recuerda a la mayoría de la sociedad patriarcal como si estuvieras en un lugar en el que no deberías estar. Usan la violencia, el insulto, la invasión de la privacidad y otras tácticas para intimidarlas.

P: Tú pides a los medios internacionales contar con más testimonios locales o a contactar más con periodistas que se encuentran sobre el terreno. Hay una tendencia en los medios internacionales que consiste en cerrar corresponsalías y recurrir a informadores locales, especialmente en los países africanos. ¿Crees que esto permite contar una imagen más real de África?

R: Son pocos los medios de comunicación internacionales que han dado este gran paso. Son muy pocos. Los medios de hoy en día no representan la diversidad que existe. Me pregunto por los medios españoles, ¿cuántos negros tienen en su redacción? ¿Cuántas mujeres africanas tiene en las redacciones? Porque hay personas y generaciones procedentes de África en España. ¿Cómo es que siempre vemos el mismo prototipo de hombre blanco para cubrir África? La diversidad aporta mucho al periodismo, se consigue una información más privilegiada. Por eso es muy importante contar con voces negras, árabes, latinas en los medios de comunicación europeos.

¿Cómo es que siempre vemos el mismo prototipo de hombre blanco para cubrir África?

P: Y de España ¿qué noticia te ha sorprendido recientemente?

R: No me impactó, pero sí me sorprendió que se debatiera todo el caso de Jenni Hermoso. ¿Por qué se está debatiendo si dio o no el consentimiento? Incluso si hay consentimiento se trata de una relación de poder entre quien emplea y una empleada. ¿Cómo puede todo un país debatir esto? Pero al final, se planteó como un debate sobre su vida privada. No se tiene en cuenta su libertad y su derecho a no ser un objeto de violencia por parte de un hombre. Por eso es muy relevante que nos sigamos movilizando y luchando.

P: ¿Ha tenido impacto en Africa?

R: Por supuesto, tenemos muchas estrellas del fútbol. Nigeria y Zambia tienen equipos muy buenos. Es una mujer joven que se ha convertido en un gran ejemplo para otras mujeres en el mundo, una confirmación de que ellas también pueden hacerlo. Puedes jugar al fútbol en el escenario internacional, puedes ganar, puedes ir a la Copa del Mundo. Así que el caso de Jenni Hermoso es un grosero recordatorio del patriarcado de que las mujeres no están seguras ni siquiera en el fútbol élite, ni en su lugar de trabajo.