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Terremoto en Marruecos

Los testigos del terremoto en Marruecos, entre el "shock" inicial y el "miedo a la réplica": "Ha sido atroz"

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Españoles testigos del terremoto de Marruecos

Cientos de personas han pasado la noche en las calles de Marrakech tras el terremoto que ha sacudido la medina este viernes a las 23 horas y ha causado más de 2.000 muertes en todo el país. El miedo a las réplicas y al colapso de los edificios les ha mantenido atentos a cielo abierto y entre mantas para el frío, una vez superado el "shock" de la sacudida. No obstante, la mayoría de las víctimas se han producido en la provincia de Al Haouz, al sur de Marrakech y cercana al epicentro. "Ha sido una experiencia atroz", afirma un residente.

Los residentes de Marrakech, la ciudad más grande cerca del epicentro, han asegurado que algunos edificios de la ciudad vieja —declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO— se han derrumbado. Muchos españoles se encuentran allí y se han visto sorprendidos por el temblor de magnitud 7.

"Se nos derrumbó prácticamente todo encima. Tuvimos la suerte de que nuestro riad —construcción marroquí— estaba recién reformado y se rajó, pero no cayó. Todo se llenó de polvo y grietas, pero pudimos salir rápidamente", ha relatado al Canal 24 horas Irene Seixas que se encontraba en la medina (zona antigua) de la ciudad cuando ocurrió el temblor.

Tras juntarse con otros turistas españoles y extranjeros, Seixa ha conseguido realojarse en otro hotel y comprar vuelos para adelantar su salida del país, por lo que reconoce su suerte. "Horrible, nosotros hemos podido salir y tenemos una casa en otra parte de mundo. Aquí ves niños y familias que se han quedado sin nada. Es doloroso", ha afirmado.

Del "shock" tras el temblor al "miedo a la réplica": un testigo español en el terremoto de Marruecos

Una noche larga y tensa

En ese escenario, ha surgido también la colaboración y solidaridad entre locales y turistas. Una enfermera española que se encontraba haciendo turismo en la ciudad se ha puesto manos a la obra para ayudar a los heridos que iban llegando a la plaza Yamaa el Fna, junto a otros médicos y sanitarios mientras esperaban a que llegaran las ambulancias, según ha contado su novio, Sebastián Martínez, en el Canal 24 horas.

"El novio de otra enfermera y yo hemos estado intentando ayudar en lo que pudiésemos a los sanitarios, buscando materiales, intentando crear un poco de espacio. Los policías han sido supersimpáticos con nosotros y la gente local se ha desvivido por ayudarnos a conseguir lo que necesitáramos y a traducir" ha explicado.

La noche ha sido "larga" igualmente para Manuel Marhuenda, que hasta la mañana del sábado no ha podido regresar a su alojamiento tras asegurarse de que no había riesgo de derrumbe. El joven está de viaje en Marrakech con otros nueve españoles y han vivido el terremoto desde el centro de la ciudad vieja "con miedo y nerviosismo, porque en el momento del terremoto el grupo estaba separado", según ha contado en el Canal 24 horas.

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Él y otros cuatro chicos y chicas "por suerte", dice, se encontraban en la plaza principal de la ciudad cuando comenzó el sismo. "Acabábamos de salir del zoco, que son calles muy estrechas", ha descrito. El temblor desató el nerviosismo en el ágora, donde se formó un pequeño tumulto que pronto se disipó. Entonces, el polvo de las casas quebradas alrededor comenzó a alzarse formando una nube.

Pese a que su intención era volver cuanto antes a su riad para juntarse con el resto del grupo, las autoridades marroquíes les recomendaron que se quedaran en la plaza, que era "el lugar más seguro" si se producían réplicas. "Al principio no fuimos consientes de la gravedad. Se movieron, pero no vimos ningún edificio caer", señala Marhuenda, que reconoce que fueron sus compañeros en el alojamiento quienes pasaron los momentos de mayor tensión: "Se les caía parte del techo y, cuando querían salir, la puerta se les quedó atascada".

También en la calle ha pasado la madrugada Germán Aranda, periodista de El Nacional, entre las familias del vecindario, en el que todo el mundo trababa de mantener la calma. "El miedo se desgaja mucho cuando estás así de acompañado y ves a la gente tranquila", ha afirmado. "Era peor correr y perder los nervios". Aunque todavía no había podido recorrer mucho la ciudad, ha relatado que en las "cuatro calles colindantes" a su hotel, ha encontrado unos "cinco edificios afectados", solo "en cinco minutos a la redonda". El periodista busca ahora si pueden trasladarse a una zona más segura, con menos edificios juntos, por si se dieran réplicas.

El ascenso de víctimas es constante, ya 2.012 muertos y 2.059 heridos (1.404 en estado crítico), cuando a las 19:00, hora local, el recuento oficial de víctimas del terremoto ascendía a 1.305 muertos. Según los últimos datos oficiales, se registraron víctimas en una decena de provincias: Al Haouz, -al sur de Marrakech y cercana al epicentro-, con 1.293 fallecidos, seguida de Taroudant (452 víctimas mortales), Chichaoua (191 fallecidos), Ouarzazate (41), Marrakech (15), Azilal (11), Agadir (5), Casablanca (3), Al Youssufia (1) y en Tinguir (1).

El seísmo es el más mortífero registrado en la historia de Marruecos, más incluso que el terremoto de 2004 cerca de Al Hoceima, en las montañas del norte del Rif, en el que murieron más de 600 personas.

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