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Análisis | Estados Unidos

El "espectáculo" judicial de Trump dispara su popularidad: "Cada imputación es un capítulo más que gana audiencia"

  • Cuatro meses después de su primera imputación, la popularidad del exmandatario sube como la espuma
  • Ahora se enfrenta a cuatro procesos legales y sigue siendo el favorito para la nominación republicana

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Imagen de archivo del expresidente republicano Donald Trump
El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Horas después de convertirse en el primer expresidente estadounidense en comparecer ante un juez acusado de cargos penales, el 5 de abril, Donald Trump se dio un baño de masas ante sus seguidores. El político acaparó la atención mediática en todo el mundo mientras denunciaba ser víctima de una “caza de brujas”. Cuatro meses y tres imputaciones después, la popularidad del exmandatario sube como la espuma y es el gran favorito para ganar unas primarias republicanas con pocas opciones para sus contrincantes.

Como ya hiciera durante su mandato en la Casa Blanca, Trump recurre a publicaciones incendiarias en su red social Truth Social, organiza mítines multitudinarios tras comparecer ante el juez e incluso autoriza retransmisiones en directo de su camino hacia los juzgados, algunas grabadas desde el interior de su coche. El expresidente y su equipo tienen clara su estrategia y parece funcionarles: máxima exposición pública.

Con cada imputación, los medios se agolpan ante los tribunales, los seguidores se movilizan para mostrar su apoyo a Trump, e incluso se han iniciado recaudaciones de fondos para hacer frente a sus gastos legales, que van en aumento. Su equipo incluso puso a la venta camisetas con su cara y la frase 'Not guilty' (No culpable) que ofrecían a cambio de donaciones. El fenómeno Trump no frena y parece remar contra las graves acusaciones que le persiguen.

“Donald Trump nunca conoció publicidad que no le gustara: buena, mala o neutra. Le gusta usar las redes sociales y la cobertura mediática de sus publicaciones en Truth Social para intimidar indirectamente a los posibles miembros del jurado y a los fiscales”, expone a RTVE.es la politóloga del Watson Institute de la Universidad de Brown Wendy Schiller.

El político republicano se ha servido de Truth Social para informar sobre los procesos judiciales que enfrenta. En sus mensajes ha arremetido contra jueces y fiscales, ha cuestionado la validez de los casos y ha llamado a "protestar" a sus seguidores. Así lo hicieron este jueves a las puertas de la cárcel del condado de Fulton, donde se entregó por su última imputación, con mensajes como 'Trump inocente' o 'Trump no ha hecho nada malo' estampados en pancartas y camisetas.

Seguidores de Trump lo apoyan en Fulton

Seguidores de Trump a las puertas de la cárcel de Fulton, donde se entregó el jueves AP Photo/Brynn Anderson

"Trump hace todo lo posible para sacar provecho político de sus problemas legales, al menos fuera de los tribunales. Se llama a sí mismo víctima, proclama su inocencia en redes y ha intentado vender camisetas con su foto", expone a RTVE.es el profesor de Ciencia Política de la Universidad Católica de América, Matthew N. Green, que señala que las imputaciones "despiertan simpatía entre algunos republicanos, que las ven como una prueba de que está siendo víctima de los demócratas".

La profesora de Brown cree, sin embargo, que con cuatro imputaciones y cuatro juicios a la vista, Trump “tendrá que gastar mucho tiempo y dinero en sus tácticas de miedo, y eso hará que sea menos atractivo para los votantes independientes que necesita para ganar las elecciones generales”.

Las cuatro imputaciones de Trump

Sumando todos los cargos, Trump podría ser condenado a hasta 76 años y medio de cárcel. La de Georgia, por manipular presuntamente los resultados electorales de 2020 en ese estado, es la última de cuatro imputaciones que cada vez han ido causando menos sorpresa y que el exmandatario se empeña en encajar en el relato de denuncia de una “caza de brujas” de la que ya hablaba desde la Casa Blanca.

"Trump ha conseguido que todo el proceso se vea transformado en un espectáculo en el que cada imputación es un capítulo más de una serie que va ganando audiencia", apunta el experto en Liderazgo Político y profesor de la Universidad Europea, Moisés Ruiz. "Cada vez se frivoliza más y esto le favorece". Prueba de ello fue su sonado regreso a X (Twitter), donde más de dos años después de su última publicación, posteó la primera fotografía de su ficha policial. "¡Nunca me voy a rendir!", versaba el mensaje.

Tal y como apunta Green, es "posible" que cada nueva acusación sobre Trump sea "menos potente que la anterior", pero esta última aportaba aspectos novedosos, como ese posado para la Policía que no se había producido en las anteriores imputaciones y que "ha llamado mucho la atención de los medios". El exmandatario ha sabido sacar partido de la expectación generada.

La primera imputación fue el pasado marzo, por el presunto pago en negro a la actriz porno Stormy Daniels para comprar su silencio. Llegó a escasos meses del anuncio de su candidatura a las presidenciales que se produjo, a su vez, poco después de que los candidatos que impulsó Trump cosecharan un resultado mucho peor de lo esperado en las elecciones de medio mandato.

“Tanto él como su gran equipo de comunicación, de marketing y de estrategia política, dieron la vuelta a la situación utilizando la estrategia del victimismo y del anti Estado y consiguieron revertir lo que parecía el fin de su carrera política", explica Ruiz. “Para comunicar y liderar hay que crear un relato y eso ha hecho Trump; y su gente ha ido comprándolo sin importarle el precio a pagar”, añade.

Tres meses más tarde, en junio, llegó la imputación por los documentos clasificados, y poco después, en agosto, la del asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021 y la última de Georgia, una semana más tarde.

“Las acusaciones y los procesos judiciales de Trump se han convertido en la realidad televisiva que esperaban tanto los comentaristas como sus partidarios”, afirma a RTVE.es la profesora de Ciencia Política del Davidson College, Susan Roberts, que asegura que, “si no fuera por la reprimenda de la jueza Tanya Chutkan sobre la intimidación de posibles jurados y testigos, la situación sería a la vez políticamente performativa y peligrosa”.

Chutkan, encargada de supervisar los cargos penales de Trump por intentar revertir su derrota de 2020, advirtió al exmandatario que tuviera cuidado al hacer ciertas declaraciones que sirvieran para intimidar a los testigos o prejuzgar a posibles jurados y aseguró que tomaría las medidas necesarias "para salvaguardar la integridad del proceso".

El favorito, pese a todo

El expresidente eligió como fecha para entregarse en la cárcel del condado de Fulton este jueves, un día después de la celebración del debate entre los candidatos republicanos, al que se negó a asistir. Es más, a la misma hora en que se emitía, se publicaba en redes una entrevista a Trump del expresentador de Fox News Tucker Carlson.

Para Roberts, esta es "una prueba más de cómo está explotando las acusaciones para el drama televisivo y el entusiasmo de sus seguidores", ya que se reduce la cobertura del debate para "centrarse en la teatralidad de Trump". El propio debate, añade, se ha dirigido hacia si los candidatos criticaban a Trump, más que a cualquier contenido aportado por los debatientes.

En su conversación con Carlson, Trump, que inició su bagaje televisivo hace ya dos décadas, dirigiendo el concurso The Apprentice, aprovechó para calificar de "gilipolleces" las cuatro imputaciones que enfrenta. También para afirmar que los ciudadanos estadounidenses "le entienden", ya que no deja de subir en las encuestas.

Mientras tanto, en el debate de sus rivales, el público dedicó aplausos a aquellos que alabaron al candidato ausente y abucheos a quienes lo criticaron. De hecho, solo dos debatientes, Chris Christie y Asa Hutchinson, manifestaron que no apoyarían al exmandatario en su carrera hacia la Presidencia si fuera condenado.

Lo cierto es que, según los sondeos, ninguno de sus compañeros parece tener opciones frente a Trump, ni siquiera Ron de Santis, segundo en intención de voto, quien a principios de año se había convertido en su máximo contrincante. La última encuesta de IPSOS revela que el 64% de los encuestados está considerando votar a Trump, frente al 51% de DeSantis. Además, un 63% opina que el exmandatario no debería suspender su campaña.

“Cada vez que hay una imputación, hay un mitin y un punto por encima en las encuestas. Domina su partido, ya no hay Partido Republicano, es el partido de Donald Trump”, afirma Ruiz. "No sé qué tiene que ocurrir para que esto diera la vuelta y le perjudique, por ahora no hay ningún signo de derrota en su comunicación no verbal, parece que esté deseando ir a otro juzgado y montar otro show", añade.

Roberts apunta, sin embargo, que el público se está "hastiando" con las acusaciones sobre Trump. "Las acusaciones de E. Jean Carroll encajan en la narrativa del mujeriego de Trump; la de Jack Smith, en la del papel preciso de Trump de dirigir a los insurrectos al Capitolio", apunta la profesora, que cree que el caso de Georgia puede marcar la diferencia. "Los estadounidenses están muy familiarizados con la llamada telefónica pidiendo 11.780 votosEs su voz, y la súplica es descarada", afirma.

Trump, imputado por cuarta vez: pidió a un supervisor que 'encontrara' más votos

Inmerso en este show político y judicial, Trump tendrá su primera prueba de fuego en las primeras primarias en Iowa, previstas para el 15 de enero de 2024. Con ellas arrancará el ciclo electoral en el que los estados elegirán a los delegados para proclamar a un candidato republicano a la Casa Blanca. "No hay forma de saber exactamente cómo reaccionará el electorado a las acusaciones y cargos contra Trump porque no han tenido la oportunidad de emitir ningún voto: una encuesta no son unas elecciones", puntualiza Schiller.

De camino a un año electoral insólito

Si Trump consigue, tal y como pronostican los sondeos, la nominación republicana, el siguiente paso será enfrentarse en las presidenciales al actual mandatario, Joe Biden, que ya le arrebató la Presidencia en su último duelo electoral. De hecho, incluso si es condenado, la ley estadounidense le permite seguir en la contienda electoral.

Mientras tanto, el equipo del exmandatario intenta retrasar los juicios lo máximo posible, aunque parece inevitable que Trump protagonice una carrera presidencial alternando mítines y pasos por el banquillo.

Roberts asegura que "las acusaciones jugarán un papel importante en las elecciones presidenciales". De hecho, tanto republicanos electos como partidarios MAGA están aprovechando el caso de Hunter Biden, hijo del presidente y acusado de varios delitos, "como si fuera igual de condenatorio".

"Los demócratas son rehenes de la falta de oposición a Biden", asegura la politóloga, que apunta al papel de los independientes. "Son los que se están amargando con lo ocurrido con Trump, y están siguiendo de cerca las acusaciones, pero también son los menos fiables en cuanto a participación electoral".

Schiller, por su parte, menciona que "ahora mismo Trump no ganaría las elecciones generales", ya que, aunque los votantes no estén encantados con Biden, los indecisos independientes no le votarán a él. "No sé si las acusaciones han hecho cambiar de opinión a muchos, pero si es condenado por cargos, especialmente en más de un caso judicial, algunos votantes del Partido Republicano podrían no votarle en 2024", argumenta.