Enlaces accesibilidad
Ola de calor

Dormir a 25 grados: así aumentan en toda España las noches tropicales y tórridas que dificultan nuestro descanso

  • En el Mediterráneo, la cuarta parte de las noches más cálidas del verano sobrepasaron los 25 ºC
  • Los expertos aconsejan mantener una buena ventilación del dormitorio y refrescarse antes de ir a dormir

Por
El número de noches tropicales ha aumentado en nueve de cada diez estaciones de la red de Aemet en comparación con la media 1991-2020.
El número de noches tropicales ha aumentado en nueve de cada diez estaciones de la red de Aemet en comparación con la media 1991-2020.

Miércoles 9 de agosoto. En el punto álgido de la tercera ola de calor en nuestro país, los termómetros de Herrera del Duque (Badajoz) aún marcaban 28,3 ºC a las 5:30 de la madrugada. No es la noche más cálida del verano en España, que se registró el pasado 20 de julio con 31,6 ºC en el aeropuerto de Málaga, pero marca una tendencia de la que los meteorólogos vienen advirtiendo: las temperaturas mínimas están siendo muy elevadas. Sobre todo en la mitad sur, en la zona centro y en el área mediterránea.

Como en Herrera, los datos consolidados de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) señalan que el mercurio se ha mantenido por encima de los 20 ºC en más del 75% de las noches de este verano en otras catorce estaciones de la red de medición de la Península y Baleares. Es lo que se conoce como noche tropical, y la cuenta va en aumento. Además, cada vez son más las ocasiones en las que la temperatura no baja de 25 ºC, provocando noches tórridas o ecuatoriales, en las que un descanso adecuado se hace prácticamente imposible.

Como muestra el gráfico anterior, enclaves del Mediterráneo como Valencia, Alicante, Murcia, Almería y Málaga están siendo los más afectados por la persistencia del calor durante la noche. Un hecho que no solo se refleja en que el termómetro se mantenga por encima de los 20 grados —algo que, como explica en el blog de Aemet el jefe de Climatología del Centro Meteorológico de Valencia, José Ángel Núñez, ya es habitual en los veranos de estas latitudes—, sino en que la cuarta parte de las noches son realmente adversas, con noches tórridas en las que la temperatura mínima supera los 25 ºC.

Por otra parte, y excluyendo el archipiélago canario por su singularidad geográfica, nueve de cada diez noches de este verano en Cádiz capital, el 76% de las noches en San Fernando y en torno a la mitad de las vividas en Rota y Vejer de la Frontera han sido noches tropicales.

Este fenómeno es cada vez más habitual en casi todo nuestro país, y para Núñez tiene dos causas bien definidas: "la principal, atribuible al cambio climático" y otra "de origen antrópico", por "el crecimiento de la isla de calor de las grandes ciudades". El meteorólogo explica que la propia estructura urbana impide que la brisa refresque las noches de zonas de playa y que materiales como el asfalto evacuan muy rápido la humedad y contribuyen a una mayor concentración del calor que resulta más difícil de disipar a lo largo de la noche.

Un fenómeno cada vez más frecuente

El aumento significativo de este tipo de noches especialmente cálidas puede verse en el mapa anterior. En él, se compara la media de noches tropicales entre el 1 de junio y el 8 de agosto de cada año para el periodo de referencia 1991-2020 con las que se han registrado en el verano de 2023.

El número de noches tropicales ha aumentado en nueve de cada diez estaciones, con incrementos significativos de más de 30 días por encima de la media en la localidad palmera de Tazacorte, en el tinerfeño Puerto de la Cruz o en Mogán y Pájara, en la isla de Gran Canaria. También en Águilas y San Javier, en Murcia, y en Ayamonte, en Huelva, donde la media de 9,8 noches tropicales al año se ha elevado hasta 40 en lo que va de 2023.

El incremento respecto a la media se extiende por casi todo el centro y sur de la Península. Con 27 noches tropicales y dos noches tórridas, Albacete ya ha batido su récord anual de noches cálidas sin haber terminado el verano. Las noches tropicales también han crecido ligeramente en algunos puntos del Cantábrico y la cifra solo baja respecto al promedio en Donostia (Gipuzkoa), Pamplona (Navarra), Calatayud (Zaragoza), Mérida y Badajoz, Zamora y Segovia.

Un calor que afecta a la calidad del sueño

Con los termómetros por encima de los 20 o 25 ºC, dormir es una tarea imposible para algunas personas, que encuentran gran incomodidad a lo largo del día por no haber tenido un sueño reparador. El cuerpo halla su temperatura óptima para dormir entre los 22 y los 23 grados, y está preparado para adaptarse ligeramente a los cambios que se producen durante la noche. No obstante, el doctor y especialista europeo en Medicina del Sueño, Eduard Estivill, señala algunos trucos para mejorar la calidad del descanso.

En el sueño, intervienen tanto la temperatura externa o ambiental como la interna de los órganos del cuerpo, explica el neurofisiólogo, que detalla que "para poder dormir, el cerebro se tiene que enfriar un grado". "Es como si bajásemos los peldaños de una escalera", ilustra Estivill, que destaca que, cuanto más calor hace, más nos cuesta llegar a los últimos, a las fases profundas del sueño. "La temperatura externa hace que no podamos profundizar en este sueño y que tengamos muchos microdespertares", señala.

No podemos enfriar voluntariamente nuestra sangre, nuestro cerebro o nuestro corazón, pero sí podemos ayudar al cuerpo a que lo haga. Utilizar una toalla mojada detrás de la nuca o en las zonas que retienen más calor, como detrás de las orejas o en las muñecas, es una de las primeras soluciones que propone el experto. "También es bueno darse una ducha de agua templada un par de horas antes de ir a dormir", apunta Estivill, que advierte que nunca ha de hacerse justo antes de meterse en la cama, ya que se produce el efecto contrario.

En cuanto a los ventiladores y aires acondicionados, el doctor recomienda su uso indirecto para enfriar las estancias, pero no aplicarlos directamente sobre la cama. Y para quienes no pueden acceder a estos aparatos, existen costumbres muy efectivas para refrescar la casa, manteniéndola cerrada y oscura durante el día y ventilándola durante la noche. "Aquí el defecto pueden ser el ruido y la luz, pero se pueden corregir con tapones para los oídos y antifaces", aconseja Estivill.

Con temperaturas tan altas y olas de calor cada pocas semanas, el doctor reconoce que el descanso pleno es muy complicado. Por eso, anima a aprovechar también breves momentos a lo largo del día para hacer pequeñas siestas: dos o incluso tres, que no sean muy largas, pero que puedan servir para compensar la imposibilidad de tener un sueño reparador durante la noche.

Sobre esta información

Los datos de evolución de las temperaturas nocturnas proceden de la Aemet a través de la librería de R Climaemet, desarrollada por Manuel Pizarro, Diego Hernangómez y Gema Fernández-Avilés, que recoge información de una selección de estaciones meteorológicas. Los datos extraídos con esta librería van con un pequeño decalaje temporal, lo que supone que la información de los últimos días no esté incluida en el análisis.