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El debate de la desigualdad en la EBAU: ¿es realmente más difícil la selectividad en algunas comunidades?

  • Análisis como el Informe Manu aseguran que existen múltiples disparidades entre los exámenes
  • Profesores y alumnos opinan sobre la posibilidad de crear una única prueba para toda España

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¿Es realmente más difícil la EBAU en algunas comunidades?: un grupo de alumnos haciendo exámenes en la imagen
Un grupo de alumnos realiza exámenes de la Evaluación del Bachillerato para el Acceso a la Universidad (EBAU)

Reválidas, selectividad, PAU, PAEG…La Evaluación del Bachillerato para el Acceso a la Universidad, mejor conocida hoy como EBAU o EvAU, ha tenido muchos nombres desde su implantación hace casi cinco décadas, tiempo durante el que, además, ha acumulado cuantiosas críticas. Multitud de alumnos y profesores lamentan cada junio las desigualdades entre los exámenes de las comunidades, disparidad, dicen, que puede afectar a la hora de elegir una carrera. Pero, ¿cuál es la realidad detrás de estas quejas, en qué se fundamentan? ¿Sería posible -y lo más justo- crear una única prueba para todo el país?


Del 'Informe Manu' a la nota media y la disparidad en las faltas de ortografía

Actualmente no existe ningún estudio que compare las distintas pruebas en todas las asignaturas en cuanto a contenidos y a criterios de corrección. Sí han visto la luz, sin embargo, análisis como el Informe Manu, en el que la docente Cristina Rueda defendió que la EBAU perjudica especialmente al alumnado de Castilla y León basándose en las notas de cinco materias. De acuerdo a su observación, la probabilidad de acceder a una plaza de Medicina para quienes se presentaron a la PAU 2015 en Canarias, Extremadura o Murcia fue el doble.

En 2022, no obstante, lo cierto es que Castilla y León fue la segunda con más sobresalientes de España en la fase general (11,2%), solo por detrás de Asturias (13,6%). Además, su media de aprobados en dicha fase fue la mayor de todas: un 7,4% que compartió con La Rioja. También los castellanoleoneses consiguieron la calificación más alta en esa prueba, un 7,21. En segundo lugar les siguen los riojanos (7,18), luego los asturianos (7,12) y en la cola los canarios (6,69) y los baleares (6,34).

La coordinadora general de la EBAU de la Universidad de Extremadura, Mary Paz González, reconoce que la "rumorología" tiende a reclamar que los exámenes en el sur del país son más sencillos que en el norte. "Puede ser que en alguna asignatura concreta de algún año sea así, pero hay que ir a los datos, y los porcentajes de aprobados por comunidades no dicen eso", defiende al señalar que dicho valor oscila entre el 90,31% de Andalucía, el 88,62% de Canarias, el 90,40% de Cataluña, el 94,16% de la Comunidad Valenciana y el algo más del 96% de Castilla y León y País Vasco.

Por su parte, un informe llevado a cabo por el profesor Iván Teruel, miembro de la asociación Escuela de todos, apunta a una "importante" desigualdad entre las comunidades en el examen de Lengua Castellana y Literatura. Las diferencias se encuentran desde en las horas semanales de la asignatura que tienen los alumnos hasta en la estructura de la prueba y el peso que le otorgan a sus distintos elementos y en los criterios de corrección ortográfica.

Según el análisis de Teruel al que ha tenido acceso RTVE.es, Cataluña es el territorio que menos horas de la materia ofrece a la semana, únicamente dos. Además, y en cuanto al contenido, en Andalucía la literatura cuenta 2,5 puntos, en Madrid tres, en Galicia de dos a ocho y en la Comunidad Valenciana un alumno puede examinarse sin probar sus conocimientos en esta área (de 0 a 4,8 puntos). "Pero las diferencias más sangrantes son los criterios de puntuación ortográfica", advierte el profesor. En Baleares las primeras cinco faltas no cuentan, mientras que en Extremadura significan un suspenso automático.

La comparación con el informe Pisa y la opinión de los docentes

El podio de las comunidades con las notas más altas cambia si se atiende a la Calificación de Acceso a la Universidad (CAU), aquella que suma la nota media de Bachillerato (un 60%) y la conseguida en la fase general. Aunque los estudiantes de Canarias obtuvieron una de las más bajas en la fase general (6,69), tuvieron la más alta en Bachillerato (8,09) y, por ende, la tercera mayor en el acceso a grado (7,62). La mejor nota, además, la consiguieron los murcianos (7,68) y los andaluces (7,66), quienes en Bachillerato lograron un 8,01 y 8,06 respectivamente.

Así, y pese a haber obtenido la calificación más alta en la fase general, los alumnos de Castilla y León tuvieron una media de acceso a grado de 7,50. De ahí que las disparidades que señalan profesores y alumnos entre el norte y el sur no se observen tanto en los exámenes de la EBAU, sino en el desempeño en el instituto. Algo que para muchos es incoherente con los resultados del informe PISA, que mide el rendimiento académico de los alumnos de 15 años y donde entre las comunidades mejores paradas se encuentran Castilla y León, Asturias y Galicia, mientras que a la cola se posicionan Andalucía y Canarias.

No obstante, los estudiantes que realizan los exámenes de PISA son menores de 15 años que quizás no terminen presentándose a la EBAU. Como señala Save the Children, Ceuta, Andalucía, Castilla La Mancha, Murcia, Extremadura y Canarias son las comunidades y ciudades con mayores tasas de pobreza infantil, algo que puede incidir en el abandono escolar y en los bajos resultados. "Sí, puede que influya", reconoce el catedrático de Sociología en la Universidad Complutense de Madrid Julio Carabaña, pero en su opinión, continúa, si se comparase solo a los estudiantes de PISA que han terminado yendo a la Universidad, "seguiría habiendo diferencias objetivas entre el norte y el sur de España". El sociólogo considera que existen desigualdades incluso en la dificultad de los libros de texto de las comunidades.

En la academia Luis Vives, su jefa de estudios, Julia Salvador, prepara para la EBAU principalmente a alumnos madrileños, pero también a estudiantes de otras comunidades. Por ello, no cree que las diferencias entre los territorios sean sustanciales. "Los programas son muy parecidos, aunque es cierto que pueden pedirse cosas diferentes en asignaturas como historia", afirma. Tampoco observa que cada año siempre los exámenes sean más complicados en alguna comunidad concreta o más sencillos en otras. "Es algo muy relativo. Yo he utilizado preguntas de Química de Andalucía que no han sabido hacerlas bien", agrega.

Salvador, además, cree que las posibles disparidades entre los exámenes de la antigua selectividad no son el principal motivo por el que un alumno no consigue entrar en un grado concreto. "Hay factores más importantes", como "la falta de estudio" o la baja oferta de plazas en comunidades donde la demanda es muy alta. Tiene una opinión distinta el docente Iván Teruel, pues afirma que "unas décimas" pueden acotar o expandir las posibilidades de elección. "Quizás una sola asignatura no se note, pero si hay desigualdades en otras materias el impacto es mayor", asegura al recordar los hallazgos de su análisis.

"Los datos son los datos", añade por su parte la profesora de Matemáticas en Castilla y León Carmen Fraile. Ha sido correctora de la EBAU tanto en Madrid como en su comunidad y, pese a que admite que no puede comparar el contenido de los exámenes o sentenciar que estos son más duros en algunos lugares, también cree que las estadísticas reflejan anualmente cómo los mismos territorios obtienen las notas totales más altas y otros las más bajas. "No sé si es porque son más fáciles, porque los alumnos son mejores o porque aquí los correctores somos más duros, pero las estadísticas están ahí", concluye.

"Lo injusto es tener que jugarte tu futuro en un examen"

En cualquier caso, lo cierto es que cada año por el mes de junio las redes sociales amanecen inundadas con quejas de los alumnos, ya sea por la dificultad de alguna materia concreta o por las desigualdades que observan en comparación con las pruebas de otras comunidades. Un reflejo de ello fue la iniciativa de Roberto, un alumno leonés que recogió casi 200.000 firmas para solicitar la creación de una prueba única. "Teniendo los mismos conocimientos que otros, obtenemos menos nota por las diferencias en el contenido que nos entra y en dificultad", lamentaba.

Pero, vistas las estadísticas de los resultados en los exámenes, las agrupaciones de estudiantes observan la problemática desde otra óptica. “No es que haya una comunidad que en la que sea más sencillo y otra en la que sean más fáciles permanentemente, es que cada año cambia, cada año hay problemas. Lo que es injusto es tenerte que jugar tu futuro en la Universidad en un examen", señala al respecto la secretaria general del Sindicato de Estudiantes, Coral Latorre. Para la joven, la única solución "justa" sería la de acabar con la EBAU al completo.

La selectividad es una prueba tremendamente antipedagógica

Ana Granados ocupa el mismo puesto que Latorre en el Frente de Estudiantes, desde donde comparten también su reivindicación. "La selectividad es una prueba tremendamente antipedagógica", asegura, pues para ella "es una criba de estudiantes por la falta de plazas en las Universidades". Desde las notas de corte a los desplazamientos obligados de muchos alumnos que no pueden acceder a un grado determinado en su ciudad, Granados considera que "hay un montón de cuestiones a debatir más allá de si el contenido es igualitario o no".

"No dudo de que los estudiantes en Asturias salgan igual de preparados de Bachillerato que los de Madrid o Andalucía. El asunto va por otro lado", apostilla.

¿Es posible una EBAU única para toda España?

Aunque algunos apuesten por la total erradicación de la EBAU, otros solicitan la creación de una prueba única para todo el país como principal solución. En RTVE.es hemos preguntado a distintos profesores sobre si este tipo de examen sería posible o no, así como sus desventajas o beneficios.

Al respecto, tanto la docente Julia Salvador como la profesora canaria Laura Calderín consideran que sería la medida ideal para acabar con el debate anual en torno a las desigualdades. "Me parece lo más justo", añade la segunda. Eso sí, habría que facilitar el acceso a la universidad de los estudiantes más vulnerables y aumentar las plazas. "No lo creo, pero de ser verdad que los exámenes en Canarias son más fáciles, aunque no sea ético hay que entender que los estudiantes aquí solo tienen dos Universidades públicas y tienen que desplazarse a la Península".

El sociólogo Julio Carabaña, por su parte, lo tiene claro: una prueba única "es factible", pero con matices, "a costa de rebajar el sistema". "La EBAU podría terminar convirtiéndose en una especie de SAT norteamericano", un examen estandarizado que no se acopla al marco curricular de Bachillerato dividido en únicamente tres secciones (lectura crítica, matemáticas y escritura) y que, en opinión de Carabaña, supondría "degradar" los aprendizajes obtenidos durante dicha etapa.

Problemática a la que habría que sumar la gran descentralización de la que parte España, en la que "la medida de desigualdad" no es la comunidad, donde los contenidos reflejan la diversidad cultural de cada territorio en temáticas como el arte o la historia, sino las facultades. "Cada universidad es muy distinta de la otra, e incluso dentro de la misma hay diferencias entre los grados", afirma.

Diversidad ante la que la coordinadora extremeña de la EBAU, Mary Paz González, apuesta por una "armonización" de la estructura base de los exámenes y sus criterios de corrección en lugar de por una prueba idéntica para todos, algo, asegura, sobre lo que ya se está trabajando.