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Guerra en Ucrania

Los escenarios de la guerra un año después: de un conflicto sin fin a un improbable choque entre Rusia y la OTAN

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Residentes pasan junto a maquinaria militar rusa destruida en una calle de Bucha
Residentes pasan junto a maquinaria militar rusa destruida en una calle de Bucha

Un año después de que Rusia iniciara la invasión de Ucrania el 24 de febrero de 2022, la guerra parece estancada. A lo largo de este tiempo el conflicto ha ido evolucionando de forma muy diferente en periodos de tiempo muy cortos. A pesar de que inicialmente parecía que la guerra se iba a resolver en cuestión de días o semanas a favor de Moscú, las tropas ucranianas terminaron frenando al Ejército ruso y ganando terreno.

Tanto Ucrania como Estados Unidos llevan semanas pronosticando que habrá una gran ofensiva rusa para tratar de ampliar las posiciones que tiene actualmente en Ucrania, pero los expertos coinciden en que la guerra "no se va a decidir de aquí al mes de mayo o junio", según afirma a RTVE.es el profesor de Derecho Internacional y Relaciones Internacionales en la Universidad Pontificia Comillas, José Ángel López.

"El escenario más probable es que la guerra continúe como hasta ahora, con un semiestancamiento, focalizados los combates en la zona este de Ucrania y con una perspectiva muy limitada de que esto pueda evolucionar en un sentido o en otro", opina el profesor de Historia Contemporánea de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), Josep Puigsech. "Tanto el Ejército ruso como el ucraniano -con el apoyo de la OTAN y de EE.UU.-, están evidenciando que tienen una capacidad militar relativamente pareja y ello dificulta enormemente el avance de unos y otros", añade.

Los analistas consultados por RTVE.es ven improbable un choque directo entre la OTAN y Rusia y, ante lo que todo apunta a que se convertirá en un conflicto prolongado, algunos opinan que los países occidentales podrían acabar presionando a Kiev a medio o largo plazo para que se celebren negociaciones.

Rusia intentará consolidar territorio y congelar el conflicto

Los intentos iniciales del Ejército ruso por controlar la capital ucraniana y la ciudad de Járkov, la segunda más poblada del país, no tuvieron éxito debido a la fuerte resistencia de las unidades militares ucranianas, lo que obligó a los soldados de Moscú a replegarse. Sin embargo, en el sur del país, Rusia ha llegado a capturar numerosas ciudades importantes, entre ellas Mariúpol, y también Jersón, que meses después fue recuperada por el Ejército ucraniano.

Pero desde abril de 2022, Putin ha librado una guerra de desgaste y ha apostado por una guerra lenta en el este de Ucrania con el objetivo de acabar con los recursos de Kiev. López opina que Moscú tratará de "consolidar unas posiciones más amplias desde el punto de vista territorial" para llegar a una mesa de negociación política y "congelar diplomáticamente el conflicto".

"El Kremlin se mueve como pez en el agua congelando los conflictos. Marea la perdiz desde el punto de vista diplomático y me da la sensación de que en el caso de Ucrania la alternativa más factible puede ser esta, congelar el conflicto y llegar a la mesa de negociación con el mayor número de cartas a su favor", señala el profesor de la Universidad Pontificia Comillas.

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Por su parte, Puigsech señala que "no hay una perspectiva de que el conflicto pueda resolverse" y que la guerra "no puede prolongarse durante mucho tiempo como una guerra enquistada porque implica desgaste". "Ni a uno ni a otro Ejército le interesa que la guerra se dilate excesivamente en el tiempo por el coste material y humano que todo ello implica", recalca.

Las autoridades ucranianas y estadounidenses han advertido de la posibilidad de que Rusia lance una gran ofensiva a principios de 2023, incluso de un nuevo intento de hacerse con Kiev. En este sentido, el profesor de Historia Contemporánea de la Universidad de Educación a Distancia (UNED), Isidro Sepúlveda, subraya que "nada garantiza" que en esta ocasión "sea más exitosa la ofensiva que lo ocurrido hace un año". "Fundamentalmente, porque Rusia ha gastado muchas energías y se está agotando militarmente. El factor sorpresa lo ha perdido.", afirma.

Para este profesor, Moscú va a continuar intentando la que era su idea inicial, "aislar a Ucrania del mar Negro". "Tratará de romper el cerco que sus propias tropas no han sabido controlar en el Donbás, recuperar esos territorios. La gran conquista de esta campaña debería ser Odesa", subraya.

Improbable choque militar directo entre la OTAN y Rusia

Cuando Rusia se anexionó la península de Crimea en 2014, los países de la Alianza Atlántica comenzaron a dar apoyo financiero y para modernizar el Ejército ucraniano y, desde el 24 de febrero de 2022, han ofrecido un respaldo sin precedentes a Ucrania.

Pero más allá de ayudar a Ucrania para frenar a las tropas rusas, la OTAN ha dejado claro en reiteradas ocasiones que no participará directamente en el conflicto. En caso de que Rusia agreda a cualquier miembro de la Alianza, conduciría a la aplicación de su artículo 5 y se vería como un ataque a todos los socios de la organización.

A mediados de noviembre, se registró una explosión en Przewodów, un pueblo en la provincia polaca de Lublin, que elevó las tensiones. Según funcionarios polacos y la OTAN, se trataba de restos de un misil de defensa antiaérea ucraniano. Los expertos coinciden en que un choque militar directo entre Rusia y la Alianza Atlántica sería algo muy complicado.

"Sería un auténtico suicidio y nos acercaría a una Tercera Guerra Mundial", afirma el profesor de la UAB. "Eso no se produjo ni en plena Guerra Fría, cuando el ambiente era más predispuesto a ello", añade.

Recientemente, los países occidentales han anunciado el envío de carros de combate Leopard alemanes y Abrams estadounidenses que pidió el presidente ucraniano. Moscú considera que con este envío, la OTAN se involucra "de forma directa" en la guerra.

López cree que "la ayuda militar de Occidente puede empezar a tocar techo". "Hay que medir muy mucho el apoyo militar a Ucrania, especialmente Estados Unidos y la OTAN. Me da la sensación de que van a cuidar mucho no cruzar ese tipo de líneas rojas. Estamos bordeándolo en muchas ocasiones", recalca.

En la misma línea, el profesor de la UNED destaca que un escenario como ese supondría "el enfrentamiento directo de cuatro potencias nucleares". "Esto sería gravísimo, el peor de los escenarios fundamentalmente para Europa. No podemos estirar la cuerda hasta ese nivel", añade.

Presiones a medio o largo plazo para llegar a un acuerdo

El hecho de que la guerra en Ucrania se esté convirtiendo en un conflicto prolongado sin un aparente final a la vista pone en riesgo el apoyo de los países occidentales a Kiev. La crisis económica como consecuencia de la guerra puede llevar a que los Gobiernos moderen su respaldo a Ucrania y empujen a Zelenski a negociar.

"La dilatación de la guerra puede provocar un ahogamiento económico de Rusia, pero también de la Unión Europea, la OTAN y Estados Unidos", afirma Puigsech. "La propia economía ucraniana vive de los créditos que recibe EE.UU. y de la UE. Dilatar esto en el tiempo sería un auténtico suicidio y lo demuestra tanto la Primera como la Segunda Guerra Mundial. Lo que se genera es más destrucción, con una espiral cada vez más violenta", añade.

Sin embargo, las perspectivas de que se lleve a cabo una negociación entre Rusia y Ucrania son sombrías, ya que para un acuerdo de paz, al menos uno de los dos países debería ceder.

El profesor de la Universidad Pontificia Comillas considera que en una negociación entre Moscú y Kiev, Putin "no va a aceptar otra opción que no sea una cesión territorial de Ucrania". "Si no, ¿para qué se ha embarcado en una operación que está teniendo costes económicos, sociales, humanitarios y pérdidas humanas? Tampoco creo que Putin se vaya a autoinmolar renunciando a lo que ya tenía en 2014", asegura López. "La presión que está recibiendo internamente no es en el sentido de hacer concesiones y parar el conflicto. El ala dura le está impulsando a apretar el acelerador", añade.

Según Puigsech, la guerra "solo puede acabar de dos maneras": "o con la victoria de un Ejército sobre el otro por vía de la imposición militar o a través de unas negociaciones de paz", explica el profesor de la UAB. "En las negociaciones de paz todos van a tener que ceder, a no ser que sea una imposición de la paz, como ocurrió en la Primera o en la Segunda Guerra Mundial", asevera.

¿Un escenario sin Putin o Zelenski?

Uno de los escenarios menos probables en la guerra en Ucrania es que el presidente ruso pierda el apoyo o el poder por no lograr una victoria en el conflicto. O incluso que el mandatario ucraniano desapareciera por alguna razón de escena.

"Putin no puede permitirse no ganar la guerra", afirma Sepúlveda. "Es la única verdad incuestionable. Sabe que la perduración de su régimen depende de la suerte de la guerra", añade el profesor, quien explica que podría haber "un golpe de Estado interno en Rusia por las críticas que la parte política del régimen de Putin está realizando sobre los mandos militares". "Estas críticas pueden hacer que la cúpula militar se revuelva contra la élite política y que se pueda producir un clásico golpe de Estado, igual que le hicieron a Gorbachov", subraya.

López cree que un escenario en el que el líder del Kremlin desapareciera "es muy complejo, porque puede venir alguien que haga bueno a Putin". "No tenemos la garantía de que desaparecido Putin no venga alguien con un perfil más radicalizado, por las presiones que está recibiendo de parte de los halcones de la administración y de la estructura militar y política", asegura.

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Para este profesor, el hecho de que Zelenski desapareciera del escenario no supondría un problema para encontrar algún tipo de solución política o diplomática para poner fin al conflicto. "No va a depender de la figura personal o del liderazgo de Zelenski. En un momento determinado, si se le presiona por parte de Occidente para que consiga algún tipo de acuerdo porque van a aflojar las ayudas, finalmente cederá, de una forma u otra", opina.

Por su parte, Puigsech afirma que con Putin y con Zelenski parece "inviable cualquier tipo de acuerdo porque las posiciones son diametralmente opuestas", y subraya que "si se produjeran cambios internos en el Gobierno ucraniano y ruso, el escenario podría cambiar". "Uno y otro tienen que presentarse a la opinión pública con réditos, si no, eso sí que podría provocar una caída de Putin o de Zelenski", añade.