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Caso Luis Lorenzo: declaran como testigos el hermano y la cuidadora de la fallecida tía Isabel

  • El hermano de Isabel insiste en el buen estado de salud que tenía la mujer
  • La cuidadora de la tía fue contratada de forma privada por el actor y su mujer para cuidar a Isabel

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Caso Luis Lorenzo: el hermano de la tía Isabel insiste en el buen estado de salud que tenía la mujer

Se producen nuevas declaraciones en el caso de Luis Lorenzo. La cuidadora de la tía Isabel declara en los Juzgados de Arganda del Rey en Madrid. Es la segunda vez que lo hace: el pasado 26 de mayo ya declaró ante los agentes de la Guardia Civil. Pero no es la única, también lo hace el hermano de la fallecida a través de videoconferencia desde Asturias. Este último ya dejó muy clara su postura y dejó entrever un posible crimen económico.

Por su parte, Luis Lorenzo y Arancha Palomino, a los que la jueza retiró el pasaporte, comparecen otra vez este viernes. En esta ocasión sí estará presente la acusación particular que pidió que entrasen en la cárcel.

"Isabel siempre decía que no tenía el testamento a favor de nadie"

José María Suárez es el hermano de la tía Isabel, considera que las intenciones de su sobrina Arancha iban mucho más allá que cuidar de su tía Isabel: "Tengo la convicción de que Aránzazu y Luis Alfonso vinieron a Grado al juicio y con la intención de llevarse a Isabel para quitarle el dinero", asegura su hermano.

Según él, antes de que la anciana se mudase a Madrid con su sobrina en marzo de 2021, gozaba de una buena salud: "Isabel estaba bien de salud físicamente y a nivel psicológico también. Se valía ella sola para el resto de actividades cotidianas. No necesitaba asistencia para moverse", dice.

Isabel tenía una vida muy activa en Grado, donde residía. Vendía patatas y huevos en el mercado. Y, según José María, no le gustaba ir a Madrid. Pero a la anciana se la llevó su sobrina a Madrid de forma repentina: "Recuerdo que la llamé ese día varias veces y no contestaba. Joaquín, otro hermano, se acercó al piso y al llegar vio que Isabel no estaba. Puse la denuncia en el juzgado de Grado por habérsela llevado mi sobrina Aránzazu", explica.

Arancha dice que durante ese tiempo nunca puso problema en que su tía hablase con su familia de Asturias, algo que José María niega: "Intentamos contactar con ambas por teléfono en infinidad de ocasiones, sin ningún resultado".

En junio la anciana murió, dejando a su sobrina casi toda la herencia. En su cuenta corriente tenía unos 60.000 euros. Fue entonces cuando saltaron todavía más las alarmas entre sus familiares de Asturias: "Siempre decía que no tenía el testamento a favor de nadie".

Por eso José María pidió que le hicieran una autopsia a su hermana. No se creía que hubiese muerto por causas naturales. Una muerte que, al parecer, se enteró por terceras personas cuando Arancha se desplazó hasta Grado con su marido para enterrarla.

Por su parte, Arancha, en su declaración ante la Guardia Civil, fue así de reveladora: "Llego a saber que pasa esto y hubiese incinerado a mi tía. Así nadie se entera y nada de esto hubiese pasado. Que no soy gilipollas. Yo solamente cumplí con su última voluntad, que era enterrarla en el pueblo junto a su marido", afirma Arancha.

La declaración de la cuidadora

"Aránzazu y Luis querían muchísimo a Isabel y esta se encontraba bien en la vivienda". Es el testimonio de la mujer que cuidó a Isabel hasta su muerte. Empezó a trabajar el 22 de mayo de 2021 y su primera impresión al llegar fue que "la vivienda no se adaptaba a las necesidades de Isabel" pero en cuanto empezó a trabajar allí, Luis Lorenzo y Arancha empezaron a comprar todo tipo de cosas que pudiera necesitar, según la cuidadora.

Los dos acusados le dijeron a la cuidadora que se trajeron a la tía de Asturias para hacerle pruebas clínicas y ya se quedó en Madrid: "En esos dos meses tuvo un deterioro físico grande, no podía andar porque se caía, ya no iba al baño, usaba pañales, ya hablaba muy poco y ya no quería comer", revela la mujer.

Una evolución que obligó a que la víctima necesitara una silla de ruedas: "Aránzazu quería comprar una silla de ruedas (...) quería disponer del saldo de Isabel, pero el director del banco de Asturias le ponía impedimentos para llevar a cabo dichas operaciones y por ello subían mucho a Asturias para intentar solucionar estos temas".

Los gastos cada vez aumentaban más:"Nunca observé quejarse a Luis y Aránzazu por el tema del dinero". Nunca vio grandes cantidades de dinero en la casa. Pero tampoco sabría decir a qué se dedicaba la pareja: "No sé exactamente, creo que sí trabajan, Aránzazu es abogada".

Tras la muerte de María Isabel siguió trabajando casi un mes más con ellos. Una relación laboral que terminó bien, incluso asegura que a día de hoy son amigos. La autopsia reveló que en la sangre de la tía Isabel se encontraron 200 veces más cantidad de cadmio de lo normal y 20 más de manganeso.