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La era Feijóo arranca con el primer gobierno en coalición con Vox: "El PP ha cruzado su rubicón"

  • El presidente gallego no había tenido que lidiar con Vox, pero ahora le ha abierto las puertas a su primer gobierno autonómico
  • Los de Abascal se enfrentan a su primer examen de gobernabilidad y empezarán a ser evaluados por su gestión

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El presidente de la Xunta de Galicia y candidato a la presidencia del PP, Alberto Núñez Feijóo
El presidente de la Xunta de Galicia y candidato a la presidencia del PP, Alberto Núñez Feijóo

El comienzo de la era de Alberto Núñez Feijóo al frente del Partido Popular (PP), que previsiblemente se alzará con la presidencia de la formación en el próximo Congreso de abril, arranca con el primer gobierno en coalición con Vox, un partido con el que hasta ahora no ha tenido que lidiar en Galicia pero al que necesitará a nivel nacional si desea seguir fraguando mayorías y acuerdos de gobierno, tal como apuntan las encuestas y ante el declive del que hasta ahora era su principal socio, Ciudadanos.

“Digamos que para el PP ahora empieza una travesía en el desierto”, apunta a RTVE.es la periodista y politóloga, Estefanía Molina. Por un lado, porque los ‘populares’ con Pablo Casado al frente “no tenían clara su estrategia con Vox”. “Era un líder a golpes de volante: unos días adoptaba su discurso, como en las elecciones del año 2019, y otros rompía con ellos, como en la moción de censura del año 2020”. Y por otro, subraya la experta, porque Feijóo “hasta ahora no creía en un pacto con Vox, al no necesitar su apoyo en el Parlamento gallego”; sin embargo, con los números en la mano, “muy probablemente les va a necesitar el día que gobierne”.

Por primera vez desde que saltó al escenario político, el partido de extrema derecha entrará en un gobierno autonómico gracias al acuerdo de legislatura al que ha llegado este jueves con el PP para el Ejecutivo de Castilla y León. Su candidato, Juan García-Gallardo, ocupará la vicepresidencia y el partido ocupará también tres consejerías, así como la Presidencia de las Cortes y una secretaría de la Mesa del parlamento autonómico.

“Territorializar los acuerdos y dejar margen de maniobra a los ‘barones’ es lo que ha posibilitado cruzar este rubicón para el propio PP”, sostiene la periodista y analista política Naiara Pinedo, quien no cree que esta decisión suponga algo negativo para los votantes ‘populares’, pues a su juicio “asumen con absoluta naturalidad los pactos con Vox, incluso los prefieren a una gran coalición con el PSOE”. En cambio, asegura a RTVE.es, sí supondrá que el PP haya dejado a un lado “el espacio de la centralidad”.

El líder del PP en Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, que seguirá al frente de la Junta, siempre había rechazado un acuerdo con Vox y mantenía su intención de gobernar en solitario, incluso a sabiendas de que no contaba con los apoyos suficientes. Pero los de García-Gallardo habían exigido desde el primer momento entrar en el Ejecutivo en las mismas condiciones que en la anterior legislatura lo había hecho Ciudadanos y, finalmente, los ‘populares’ han accedido con el fin, dicen, de “evitar un adelanto electoral”.

Feijóo, ante la paradoja de decidir qué hacer con Vox

El propio Feijóo había pedido al PSOE que diera un paso adelante y apoyase a Mañueco sin condiciones para impedir la entrada de Vox en el gobierno regional. Este jueves, tras fraguarse el acuerdo, ha culpado a los socialistas de no dejar posibilidad a otras opciones: “Nos ha llevado al PP a decidir entre Vox o adelanto electoral”, ha señalado en una comparecencia ante los medios.

Los analistas consultados coinciden en que se trata de una decisión que puede asociarse a la anterior dirección ‘popular’, encabezada por Pablo Casado y Teodoro García Egea, que fueron los que también precipitaron el adelanto de las elecciones. “Esa estrategia fue adoptada por la dirección saliente y fue fallida porque se les llevó por delante, sumado a la cuestión de Ayuso”, asegura el politólogo Eduardo Bayón, en alusión al presunto caso de espionaje al entorno de la presidenta madrileña que acabó con todo el partido de su lado. Precisamente fue Ayuso la primera que abrió la puerta a un pacto con Vox en Castilla y León: "Siempre pactaría antes con el partido de Ortega Lara que con aquellos que pactan con los que lo secuestraron", aseguraba.

Ante este contexto, Bayón explica a RTVE.es que el PP se encuentra “en una importante paradoja” pues “está dando el liderazgo del partido a un líder territorial de Galicia, donde en su sistema de partidos no existe Vox”, por lo que “habrá que ver cómo se adapta”. “De todas formas, yo creo que si la nueva dirección del PP intenta establecer, aunque sea de forma exclusiva, una estrategia de echarse al centro y de competir con el PSOE, será una estrategia fallida, porque se está alejando de la realidad actual, que es la propia competición con Vox”, añade.

Molina destaca, además, que Feijóo presenta dos características que aún están por ver “cómo se testan en la actual arena política”. Por un lado, que “la política hoy en día está muy polarizada” mientras que Feijóo no destaca por esta característica, lo cual en su opinión “es bueno para la política española, pero no sabemos si será bueno para absorber a Vox, para recuperar el máximo de votos o para que ese voto de la derecha no se siga yendo a los de Abascal”. Y por otro, que “no es un líder hipermediático”, algo que choca con “la gran vertiente de mediatización y espectáculo” del panorama actual.

El PP se enfrenta a sus primeras críticas por el acuerdo

De momento, y hasta que llegue su primera cita con las urnas, a Feijóo le tocará hacer frente a las críticas que ya le están lloviendo a su partido por hacer que Vox entre por primera vez en un gobierno en España. Una de las primeras ha llegado de uno de los hombres fuertes de su partido, Juanma Moreno. El presidente de Andalucía se ha preguntado que "cómo va a ser fuerte un Gobierno de Vox que no cree" en la Unión Europea, ni en el Estatuto de Autonomía, al tiempo que ha señalado que el pacto del PP con Vox en Castilla y León no marcará a Andalucía.

También el líder del Partido Popular Europeo (PPE), Donald Tusk, ha recibido como una "triste sorpresa" la noticia del acuerdo entre el PP y Vox para formar Gobierno en Castilla y León y espera que sea "un incidente" y no una tendencia en España. Mientras que otros partidos de la oposición como el PSOE, Unidas Podemos y Ciudadanos han calificado de "vergüenza" el pacto in extremis alcanzado por PP y Vox para la nueva legislatura en Castilla y León. "Hoy es un mal día para Castilla y León y para la democracia", ha dicho la vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, en una rueda de prensa.

Lo cierto es que un pacto a nivel nacional con Vox limitaría mucho las opciones del PP con otros partidos, por ejemplo el PNV, quien ha considerado "un gravísimo error" que el PP "legitime" a un partido "antisistema y antidemocrático" como Vox. Así lo ha asegurado el portavoz parlamentario de la formación nacionalista vasca, Aitor Esteban, quien ha tachado de "malísima noticia" el pacto.

“El pacto en Castilla y León del PP con Vox le deja como único socio posible en el escenario y seguramente en los próximos escenarios que vayamos viendo en el resto de España, como por ejemplo va a ser Andalucía”, explica Bayón. Desde su punto de vista, “esto implica que el Partido Popular va a estar muy condicionado por Vox” a partir de ahora. "Veremos cómo Feijóo, una vez que asuma el control del partido, se desenvuelve con Vox y en qué medida compite con él mejor que Casado, que básicamente lo que consiguió fue robarle parte de su electorado", añade el profesor de Ciencia Política de la Universidad Rey Juan Carlos, Javier Lorente.

Vox empezará a ser evaluado por su gestión

En lo que respecta a Vox, la coalición de gobierno en Castilla y León será el verdadero examen de los de Santiago Abascal y para futuras citas electorales, en las que Vox ya podrá ser evaluado por lo que hace, y no solo por lo dice o promete. “En España se ha elegido la opción de no hacer un cordón sanitario a la extrema derecha y veremos a ver en qué se traslada. Puede ser que vaya muy bien para Vox, o puede ser que como no cumpla con sus expectativas, como ha pasado un poco con Podemos, que prometen mucho pero luego no han podido cumplirlo y han acabado desinflados”, subraya Lorente.

Vox hasta ahora se había instalado en la posición más o menos cómoda de mantenerse fuera de los gobiernos para evitar desgastarse y ha basado su discurso en la crítica a la gestión no solo del gobierno central, sino de otros a los que apoyó en algunas autonomías y donde gobernaban el PP y Ciudadanos. “Eso tiene en cierto modo una lectura negativa para Vox y es que cuando gobiernas también te mojas y la gente puede fiscalizarte, no en base a promesas, sino en base a hechos”, recalca Molina.

Según ha recalcado, estamos “ante la voluntad por parte de Vox de consolidar su giro hacia la gobernabilidad”, con el fin de “posicionarse como una marca que intente mostrar a su electorado que es capaz de aplicar ciertas políticas”. Pero esto también implica, advierte la politóloga, “la capacidad que tiene la democracia española de resistir ante una fuerza de estas características”. “¿Por qué? Porque en muchas materias en las que hasta ahora había un consenso, por ejemplo, en la cuestión de la violencia de género; pero ¿qué capacidad tiene el PP de resistir ante eso?”, se pregunta.

¿Anticipo de elecciones generales?

Con todo, los expertos consultados consideran que esta decisión del PP ha sido “un anticipo de una realidad que iba a enfrentar tarde o temprano” y que la entrada en el Gobierno de Castilla y León ya “legitima a Vox para entrar en otros futuros gobiernos”.

Esto podría incluso provocar un adelanto de las elecciones generales, sostiene Pinedo. “No mañana mismo, por supuesto, pero sí puede ser razonable dentro de seis meses o hacia finales de año”, asegura. Todo versará en función de si el Gobierno consigue atajar con eficacia la inestabilidad económica actual. “El PSOE podría ver una ventana de oportunidad para hacerse con el espacio de centralidad que acaba de abandonar el PP e intenta mejorar sus resultados con los votos de Ciudadanos y con los de la izquierda”, concluye.