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Los países de la UE respaldan la propuesta francesa sobre la reforma del espacio Schengen

  • Francia pide un "pilotaje político" que gestione el buen funcionamiento de la zona europea de libre circulación de personas
  • También se ha avanzado la negociación del pacto europeo sobre migración y asilo

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El presidente francés, Emmanuel Macron, dirigiéndose a los ministros europeos de Exteriores y Justicia
El presidente francés, Emmanuel Macron, dirigiéndose a los ministros europeos de Exteriores y Justicia

Los países de la Unión Europea han acordado este jueves supervisar el espacio Schengen sin fronteras a través de reuniones ministeriales periódicas tal y como proponía Francia, que lo define como un "pilotaje político" que gestione el buen funcionamiento de la zona europea de libre circulación de personas, de la misma forma que las reuniones de la zona euro dirigen la política económica

Ese consejo específico reunirá de forma regular a los ministros competentes con una agenda "muy operativa", tal y como declaró este miércoles el presidente francés, Emmanuel Macron, la víspera de que el consejo informal de titulares europeos de Interior le diera su visto bueno.

Los ministros reunidos en Lille también se han mostrado de acuerdo con otra propuesta francesa, que consiste en adoptar un enfoque gradual en los planes de las normas de asilo de la UE, estancada desde hace tiempo por desacuerdos entre los Estados, ha explicado tras la reunión el ministro francés del Interior, Gerald Darmanin.

La preocupación por la seguridad nacional, las oleadas migratorias y, más recientemente, la pandemia del coronavirus han hecho resurgir los controles fronterizos en el 'espacio Schengen', erosionando lo que había sido aclamado como un hito de la integración europea tras la Segunda Guerra Mundial.

El espacio Schengen es la mayor zona libre de pasaportes del mundo, que permite la circulación sin restricciones de personas entre 26 países europeos.

¿Cómo funcionará el 'Consejo Schengen'?

La situación en las fronteras exteriores, la evaluación de las vulnerabilidades, la anticipación a posibles crisis y una reacción rápida en caso de que sucedan pasarían a formar parte de las misiones de este nuevo consejo, así como la movilización de los medios necesarios para actuar y el lanzamiento de grandes orientaciones políticas sobre su estado.

No supondría crear una nueva instancia ni implicaría una modificación de los tratados europeos, pero mejoraría la coordinación de ese espacio y su primera reunión como tal tendrá lugar el 3 de marzo, coincidiendo con el consejo de ministros de Justicia e Interior de la UE en Bruselas.

"La propuesta ha sido adoptada con un amplio consenso", ha apuntado Gérald Darmanin, al término de ese encuentro celebrado en Lille, al que este viernes seguirá otro con los titulares de Justicia.

El miércoles, ante los ministros de Justicia e Interior de la UE, el presidente francés Emmanuel Macron dijo que lo que el llamado 'Consejo Schengen' evaluaría es el trabajo realizado anteriormente, pero también tomaría decisiones conjuntas y facilitaría coordinación en tiempos de crisis.

"Este Consejo puede convertirse en la cara de una Europa fuerte y protectora que se sienta cómoda controlando sus fronteras y, por tanto, su destino", dijo Macron.

Los pasos a seguir para el pacto migratorio

Francia también ha visto impulsada su idea de avanzar "por etapas" en la negociación del pacto europeo sobre migración y asilo presentado por la Comisión Europea en septiembre de 2020, de forma que, sin rebajar su ambición, se puedan dar pasos concretos, pero graduales, con evaluaciones intermedias para ver si se ha cumplido cada objetivo.

"Hay una voluntad de avanzar hacia el pacto en su conjunto, pero de recabar la confianza paso a paso", ha indicado Darmanin en la conferencia de prensa final de esa cita, en la que ha participado entre otros el titular español, Fernando Grande-Marlaska. Este último puso sobre la mesa la necesidad de potenciar la dimensión exterior de la política migratoria, según ha indicado su gabinete en un comunicado: "La actuación preventiva en los países de origen y tránsito de la migración ofrece todavía un campo de trabajo muy amplio en los ámbitos financiero y operativo que contribuiría a evitar las salidas", ha dicho.

Los Estados miembros, según el balance del ministro francés, están de acuerdo en que vayan de la mano el principio de responsabilidad en la gestión de las fronteras y el de solidaridad en caso de quienes no están en la primera línea de entrada.

Se trataría de una "solidaridad obligatoria" para que aquellos que no quieran reubicar a inmigrantes en su suelo aporten a cambio importantes medios financieros que lo compensen, en el marco de unos criterios que todavía están por definir.