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Villarejo matiza su declaración sobre los atentados del 17A: el CNI no pretendía un atentado, pero se "fue de las manos"

  • Dice que cuando murió el imán de Ripoll, el líder de la célula terrorista, los miembros "no saben cómo reaccionar"
  • El excomisario asegura también que Inteligencia llegó a "trabajar" con el imán de Ripoll

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Villarejo matiza sus palabras sobre los atentados del 17A y dice que el CNI no lo pretendía, pero "se les fue de las manos"

El excomisario José Manuel Villarejo ha matizado sus palabras sobre el doble atentado de Cataluña de 2017 y ha asegurado que el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) no quería provocarlos, pero que lo que pasó es que "se le fue de las manos" al exdirector del CNI Félix Sanz Roldán cuando murió el líder de la célula, el imán del Ripoll, al que, según él, tenían controlado los servicios de inteligencia españoles.

"Lo que he dicho en relación con lo del susto es que muchas veces se han provocado comandos ficticios para tranquilizar, y que probablemente la intención en absoluto fuera provocar ningún atentado, pero sí dar la apariencia del riesgo para que Cataluña viera la necesidad de la protección del Estado", ha explicado Villarejo en declaraciones a los periodistas a la entrada del juicio que se celebra en la Audiencia Nacional por tres piezas del caso Tándem.

Pese a esas intenciones, ha proseguido, el asunto al CNI "se le fue de las manos cuando el imán muere" en la explosión de la vivienda de Alcanar (Tarragona) en la que preparaban bombas para atentar, y entonces los miembros de la célula, "los jovencitos, no saben cómo reaccionar".

Villarejo ha aclarado así las manifestaciones que hizo el martes durante el juicio por 'Tándem', cuando señaló que, una vez jubilado, siguió trabajando con el CNI para temas puntuales. "Estuve colaborando con ellos para intentar arreglar el entuerto del famoso atentado del imán de Ripoll, que al final fue un error grave del señor (Félix) Sanz Roldán, que calculó mal las consecuencias por darle un pequeño susto a Cataluña", indicó, en alusión al ex director del CNI.

Para reforzar su versión, el excomisario ha recordado que la fiscal que investigó los atentados, la actual fiscal general del Estado, Dolores Delgado, dijo en su momento que había que asumir que hubo errores porque sino el atentado no se habría cometido. "Eso es lo que he dicho, he mantenido y mantengo. Si quieren pruebas que miren mis notas informativas", ha apuntado en respuesta a aquellos que le acusan de hacer revelaciones sin pruebas.

Se queja de que no le devuelven sus archivos

"Ya están con el 'mantra' de que no hay pruebas", se ha quejado el excomisario al señalar que la "única prueba" es que no le devuelven sus archivos o agendas, una reclamación que es ya constante en sus declaraciones y en sus respuestas en el interrogatorio al que está siendo sometido en este juicio desde este lunes.

Según ha explicado, en esos archivos consta que cuando se produjeron los atentados, y pese a estar ya jubilado, habló -porque se lo pidieron, ha precisado- con el entonces juez instructor de la investigación de los atentados Fernando Andreu y el director del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO) José Luis Olivera, "así como con todos los responsables y con los servicios de inteligencia de Arabia Saudí".

"Todas esas pruebas están en esos archivos.¿Por qué no los liberan?, Yo autorizo a que se haga, ¿Por qué lo tienen escondido?", se ha preguntado de forma retórica.

Asegura que el CNI trabajaba con el imán de Ripoll

Además, el comisario jubilado ha asegurado que el imán de Ripoll fue detenido "a principios de 2000" porque "se dedicaba a meter, digamos, marroquíes con pasaporte falsos fabricados por el servicio de inteligencia marroquí". Ha indicado, además, que años después se le 'pinchó' el teléfono por su presunta vinculación con "los atentados del 11-M" y se le contactó por parte del CNI.

Además, ha continuado, cuando lo iban a expulsar "unos señores del CNI hablan con el juez, anulan la orden de expulsión y se ponen a trabajar".

Según confirmaron fuentes de los servicios de inteligencia a Europa Press en 2017, los agentes de Inteligencia "siguiendo los protocolos" contactaron con el imán de Ripoll en 2014, cuando este cumplía una condena en la prisión de Castellón por tráfico de drogas.

Las mismas fuentes precisaron que en ningún caso fue un confidente. El imán fue condenado a cuatro años de cárcel en 2010 por tráfico de hachís y cumplió condena en 2014, fecha en la que fue puesto en libertad.