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Cumbre del clima 2021

Del Mar Menor a las Tablas de Daimiel: los ecosistemas españoles en la UCI

  • No solo es el cambio climático: la sobreexplotación de acuíferos para la agricultura pone en riesgo parajes únicos
  • Zonas mediterráneas y humedales son los espacios más amenazados por el aumento de temperaturas y del nivel del mar

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Los peces muertos volvieron a aperecer an la superficie del Mar Menor este verano
Los peces muertos volvieron a aperecer an la superficie del Mar Menor este verano

Aunque el cambio climático afectará a prácticamente todos los rincones de la Tierra, España será uno de los principales puntos calientes. En nuestro país, ecosistemas únicos de gran riqueza natural, se ven cada vez más amenazados por las crecientes temperaturas, precipitaciones irregulares y fenómenos extremos.

El calentamiento del planeta no es, sin embargo, la única causa detrás de la destrucción de humedales, bosques o ríos, sino que muchas veces el abuso de los acuíferos por parte de la agricultura, los vertidos de la ganadería o una urbanización descontrolada están detrás de esta pérdida natural.

"España es una región muy dependiente del agua. Especialmente los bosques mediterráneos, las zonas más secas y las más planas están sometidas al estrés hídrico, explica a RTVE.es desde Glasgow Javier Andaluz, coordinador de Energía y Clima de Ecologistas en Acción. De los espacios más amenazados, la gran mayoría se encuentran en el Mediterráneo, un clima especialmente sensible al cambio climático, que provoca más sequías y un cambio en el patrón de las precipitaciones.

Según señala Andaluz, "pasamos de tener lluvias mantenidas en el tiempo que permiten la recarga de acuíferos para pesar los meses de sequía, a otras torrenciales". "Cae mucha agua en poco tiempo, lo que compacta el suelo y hace que penetre mucho menos a profundidad y que por tanto esa agua no recargue acuíferos", asegura.

Mar Menor

El Mar Menor, la mayor laguna salada de Europa, se ha convertido en el símbolo por excelencia de la degradación ambiental en España. En 2016 apareció cubierto de toneladas de peces muertos, después de que la preciada laguna se convirtiera en una ‘sopa verde’. Desde entonces, el episodio se ha vuelto a repetir con distinta intensidad.

La última vez fue este verano, lo que supuso además un golpe para el turismo y un shock para los vecinos de la zona, que ven cómo va desapareciendo a marchas forzadas la vida de un ecosistema único. La "sopa verde" se crea cuando hay un exceso de nitratos en el agua, lo que provoca que crezca el número de algas entre la superficie y el fondo. Esto impide que la luz solar alcance las praderas en el suelo marino, que mueran y que su descomposición provoque anoxia o falta de oxígeno, lo que acaba por matar a la fauna marina.

La principal causa de este aumento de nitratos es, según el Instituto Oceanográfico Español, la filtración de los fertilizantes de los cultivos cercanos, muchos de ellos ilegales. Tras meses de acusaciones cruzadas de inacción entre el Ministerio de Transición Ecológica y la Región de Murcia, finalmente el primero ha decidido actuar: cerrará el grifo a las más de 8.500 hectáreas de regadío ilegal en el campo de Cartagena.

Delta del Ebro

A cada año que pasa, el delta que forma el Ebro en su desembocadura va perdiendo tamaño. La gran cantidad de embalses a lo largo del río y sus afluentes reducen la cantidad de sedimentos que llegan al deltamientras que el aumento del nivel del mar va reduciendo el tamaño del mismo.

A esto se suma que las cada vez más frecuentes e intensas tormentas se llevan por delante buena parte de los arenales, que tardan más tiempo en recuperarse. "Cuando vienen las tormentas el desgaste y la erosión de la costa aumentan. Además, los arrozales cerca del mar tienen más peligro de ser inundados por el agua salada, con lo que ello supone para la principal economía de la zona", explicaba a TVE Nuno Caiola, del Institut de Recerca i Tecnologia Alimentàries. Otro daño a la economía lo provoca el aumento de la temperatura marina, que impide el crecimiento de crustáceos como el mejillón.

El Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático estima que la situación irá a peor en el futuro: el agua podría tragarse el 50 % del delta del Ebro y otras zonas en el mar Menor, el cabo de Gata o el golfo de Cádiz.

El Delta del Ebro, víctima sensible del cambio climático

Tablas de Daimiel

Son prácticamente el único humedal interior y el mejor ejemplo de las "tablas fluviales" que quedan en España. Pero pronto podrían dejar de serlo: las Tablas de Daimiel sufren el embate de la sequía, que se prolonga durante años. Este humedal que forma el Guadiana cerca de su nacimiento, en Castilla-La Mancha, fue declarado Parque Nacional en 1973. Precisamente con esta protección se quería resaltar su vulnerabilidad a unos recursos hídricos cada vez más escasos, debido al abuso de los acuíferos por parte de los agricultores.

Hace dos años que no llega agua de forma natural, por lo que solo el 10% de sus hectáreas están encharcadas. El agua que llega a estas hectáreas proviene, desde septiembre, de la activación de los pozos de emergencia. "Las aguas subterráneas tienen un grave problema de sobreexplotación hídrica y eso hace que los aportes de los ríos no existan", asegura el director del parque, Carlos Ruiz de la Hermosa.

Es la misma situación que en el Mar Menor, pero como no tenemos agua no aparecen peces muertos

También en este caso aparece el robo de agua. Una reciente investigación de WWF descubrió que había cientos de pozos ilegales esquilmando los acuíferos, no solo de las Tablas de Daimiel, sino de muchas otras zonas.

Las Tablas de Daimiel, un acuífero castigado por el robo de agua en España

Para Ecologistas, la situación es similar a la del Mar Menor. "Tienen la misma situación que nosotros, pero como no tenemos agua no aparecen peces muertos. Tenemos la contaminación de veinte o treinta años de vertidos de fertilizantes y agroquímicos que han hecho que nuestro acuífero esté a la mitad y que esa mitad no podamos utilizarla porque es cancerígena", según explicaba a RNE Rafael Gosálvez.

Doñana

Otro caso paradigmático de la explotación ilegal de los acuíferos. El humedal de Doñana, uno de los primeros parques nacionales, y hogar de especies emblemáticas como el lince ibérico o los flamencos, sufre desde hace años la instalación de pozos ilegales para cultivos. Esto termina repercutiendo en un menor acceso al agua en las lagunas y una biodiversidad cada vez más amenazada.

La Justicia europea condenó en junio a España por no proteger este espacio. Según WWF, a la sobreexplotación de los acuíferos se une la presión turística en verano en núcleos como Matalascañas, o la amenaza de construcción de infraestructuras, como la autovía entre Huelva y Cádiz, que tendría un altísimo coste no solo económico sino también ambiental. Además, hay otros planes suspendidos pero no anuladas definitivamente, como un gran almacén de gas o el dragado del Guadalquivir.

"Uno de los problemas que tiene el cambio climático es que no podemos predecir muy bien cuándo lloverá más o menos. Las sequías recurrentes están impactando cada vez más no solo a ecosistemas como estos, sino a todo el territorio español", asegura Andaluz

Albufera

El humedal valenciano ha sobrevivido siempre en un delicado equilibrio. Rodeado de cultivos de arroz, de huerta, de la urbanización creciente en la tercera ciudad española, y sometido a la pesca, su estado ha ido empeorando con los años. Cada vez recibía menos agua de los acuíferos que lo alimentan, también sobreexplotados, y cada vez se llenaba más de lodo, lo que repercutía en la vida marina que da de comer a los pescadores de la zona.

Las administraciones cometieron, para evitar un colapso del ecosistema, varias medidas, como la rehabilitación del "Tancat de la Pipa" o la compra de terrenos para poder restaurarlos, por valor de 60 millones de euros. El Ayuntamiento de Valencia, por su parte, puso en marcha la primera barca eléctrica para recorrer la zona.

Miguel Martín Monerris, investigador del Instituto de la ingeniería del agua y el medio ambiente de la UPV, resalta que el principal problema es el aporte del agua, aunque alerta de que "la dificultad reside en de dónde podemos obtener esa agua". Se muestra optimista sobre el futuro del humedal, y resalta que "la calidad del agua ha mejorado, como se ve en indicadores como el fitoplancton", aunque "queda mucho por hacer".

Otros: del Pirineo a la Axarquía malagueña

Aunque las zonas de montaña son más "resilientes" al cambio climático, la pérdida de glaciares y el aumento de las temperaturas transforman profundamente los ecosistemas del Pirineo y otras cordilleras españolas. El cierre de la estación de esquí en Navacerrada (Madrid), hizo saltar las alarmas sobre el impacto de los deportes de montaña en estos parajes. En Aragón, la ampliación de la estación de esquí de Cerler levantó las críticas de los vecinos, mientras que las asociaciones ecologistas han lanzado la voz de alarma ante los planes de ampliación de pistas recurriendo a la nieve artificial, como la de la estación de Leitariegos, en León.

La comarca de la Axarquía, en Málaga, está en la "zona cero" por riesgo de desertificación en España. Un riesgo que, según Andaluz, va creciendo conforme se avanza de norte a sureste. Sin embargo, los planes hídricos la han convertido en una zona de cultivo intensivo de regadío de mangos y aguacates. Las autoridades han tenido que recurrir al agua depurada de las zonas urbanas para salvar estos cultivos, y se plantea construir una planta desaladora.