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La enseñanza bilingüe, a examen: una "chapuza" para unos y "plus" formativo para otros

  • Expertos, docentes y familias analizan el funcionamiento de un sistema que cuenta con 17 años de historia en España
  • Casi 1,5 millones de alumnos cursan el Programa Bilingüe, sin que se haya evaluado qué funciona y qué falla

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Una docente y varios alumnos en una clase de Educación Primaria.
Una docente y varios alumnos en una clase de Educación Primaria.

La enseñanza bilingüe se acerca a sus dos décadas de vida en España y quizá también a un punto de inflexión. Es el propio sector educativo el que pide que haya cambios, pero no todas las voces apuestan por los mismos: mientras un gran número de asociaciones, docentes, familias y sindicatos piden, directamente, acabar con estos programas y los califican de “chapuza”, otros muchos profesionales o centros educativos los defienden con argumentos radicalmente opuestos al considerar que representa una oportunidad de mejora formativa para el alumnado.

Sucede que en los 17 años que han pasado desde que se implementó la enseñanza bilingüe en los primeros centros no se han llevado a cabo evaluaciones generales que permitan determinar de manera clara quiénes están en lo cierto o qué elementos funcionan y cuáles están fallando.

Lo único que resulta palmario, tras consultar numerosas fuentes, es que esta modalidad educativa necesita ser sometida a examen cuanto antes.

Dos vertientes críticas con un modelo que no saca buena nota media

Paco Serrano, maestro de Primaria en un centro público bilingüe de la Comunidad de Madrid, tiene clara la nota que sacaría el modelo: suspenso.

“Este ha sido el mayor cambio educativo desde la democracia; ha supuesto mucho más que cualquier cambio de ley, pero estamos lastrando el aprendizaje de las materias a costa de que sepan un poquito más de inglés (...) Es ahora cuando nos estamos empezando a dar cuenta de la barbaridad educativa que supone el bilingüismo, sobre todo cuando es impuesto y no incluye un análisis y una evaluación”, sostiene Serrano, que ha impartido clases de Sociales y Naturales en inglés y ha podido constatar, dice, el perjuicio ocasionado a los alumnos.

Nos estamos empezando a dar cuenta de la barbaridad educativa que supone el bilingüismo

Tanto es así que se ha convertido en un “activista” en contra del Programa Bilingüe; ha dirigido un documental titulado “La chapuza del bilingüismo” y ha formado equipo con asociaciones de enseñanza, grupos de padres y sindicatos para alertar sobre las consecuencias de este método. De hecho, preparan movilizaciones para el primer trimestre del nuevo curso escolar.

Xavier Gisbert, presidente de la Asociación Enseñanza Bilingüe (EB), representa la otra vertiente crítica. Él considera que la enseñanza bilingüe está “aún muy lejos de llegar al sobresaliente”, pero defiende a capa y espada las virtudes de un Programa Bilingüe que esté “bien desarrollado”.

"Es algo muy sencillo. Funciona bien, cuando se hace bien; regular, cuando se hace regular; y mal, cuando se hace mal. Esto último se da si no se ponen los recursos, no se forma a los profesores o se obliga a los centros a ser bilingües (...) Si se hace bien, es un valor añadido para cualquier centro porque ofrece a sus alumnos más de lo que ofrece la enseñanza ordinaria, es un plus" , opina Xavier Gisbert, que fue Consejero de Educación en las embajadas de España en Londres y Washington, y director general de Mejora de la Calidad de la Enseñanza de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid.

Si se hace bien, es un valor añadido para cualquier centro

La asociación que preside, de la que forman parte más de 500 miembros, ha desarrollado un programa de mejora para los centros que permite hacer una autoevaluación. También ha impulsado un certificado de calidad en forma de sello que únicamente se otorga a los colegios e institutos que más calidad ofrecen en la enseñanza bilingüe.

Casi la mitad de los centros de Primaria y ESO son bilingües

El Programa Bilingüe comenzó en el curso 2004-2005 en las aulas de Educación Primaria de 26 colegios públicos, se extendió a los centros concertados en el curso 2008- 2009 y llegó a los Institutos públicos en el curso 2010-2011.

Que esta modalidad ha vivido un ‘boom’ desde aquellos años es algo innegable. En el curso 2010-2011, algo más de 338.000 alumnos de Primaria, ESO, Bachillerato y FP ya cursaron programas de aprendizaje integrado de contenidos y lengua extranjera, y en el curso 2019-2020 había más de 1,4 millones en total.

El pasado año, en total, ofrecieron este tipo de enseñanza el 46,4% de los colegios de Primaria (5.315); el 47% de los centros de ESO (2.926); y el 17,5% de los centros de Bachillerato (691), según la estadística que elabora el Ministerio de Educación y Formación Profesional (MEFP) a partir de los datos facilitados por las comunidades autónomas. El inglés es la lengua más utilizada en las diferentes modalidades de aprendizaje bilingüe.

Las mañanas de RNE con Íñigo Alfonso - Las asignaturas pendientes de la educación bilingüe - Escuchar ahora

De todas las regiones, Madrid es la que en mayor medida ha abanderado este modelo y donde primero se introdujo a gran escala. La mitad de los centros educativos públicos son ya bilingües y todos los centros de nueva construcción lo serán también por defecto.

Hay demasiados centros bilingües en España ya

Algunos centros deciden salirse del Programa Bilingüe

Salvo en el caso de algunas comunidades como Galicia, donde la Xunta ha autorizado 225 secciones bilingües más para el próximo curso, parece que el ‘boom’ empieza a revertirse. En Castilla La-Mancha, por ejemplo, salieron del Programa Bilingüe casi un centenar de centros en 2017, según apuntan desde la asociación EB.

“Hacen bien porque hay demasiados centros bilingües en España ya. Se tendrían que salir muchos más, todos los que no sean capaces de ofrecer una buena calidad de enseñanza en inglés. La política fomenta que haya más centros y la educación lo que exige es que haya los necesarios, con condiciones adecuadas”, comenta Gisbert, quien cree que el estancamiento se debe, en parte, a que las decisiones sobre estos programas las han ido "heredando" con los años nuevos responsables políticos para los que este tema "no es prioridad". Se han limitado a "darle a la manivela" sin mejorar el funcionamiento, critica.

Rubén es profesor de Primaria en un colegio público de Valladolid que el pasado curso decidió renunciar a la etiqueta de ‘centro bilingüe’. La decisión de volver al método inicial fue firme y unánime entre el equipo docente, y no la tomaron, dice, por no sentirse capacitados para impartir clases en inglés, sino por considerar que era lo mejor que podían hacer por su alumnado.

“Nos dimos cuenta de que el bilingüismo no funcionaba porque los niños y niñas no estaban motivados ni adquirían igual los conocimientos. Hacían un aprendizaje de las materias pasivo y memorístico (...) No es que estemos en contra de que aprendan inglés, es que estamos en contra de este sistema concreto”, explica Rubén.

Los niños y niñas no estaban motivados ni adquirían igual los conocimientos

Él, que ha impartido clases en Estados Unidos y que cuenta con un nivel muy alto de inglés, afirma que "no conectas” igual con los alumnos cuando la lengua común no es la materna. Según su experiencia, se pierde “profundidad” en las explicaciones, se genera frustración en los alumnos con menos capacidad para seguir las clases y se reduce la participación del grupo.

¿Mejora las competencias lingüísticas sin perjudicar a las materias?

En el caso de docentes con menor fluidez en la expresión oral se entiende que esto empeora aún más, pero la inexistencia de evaluaciones generales impide comprobar con datos si esa apreciación que también hacen otros docentes consultados es verdaderamente un problema generalizado.

Solo una comunidad, Madrid, ha examinado a los alumnos al final de la etapa educativa, si bien estos estudios se consideran insuficientes por parte de algunas asociaciones. Las conclusiones del informe de la I Fase de la Evaluación en esta región señalan que, a largo plazo, durante toda la etapa educativa obligatoria, el Programa Bilingüe "no reduce los conocimientos y las competencias en ninguna asignatura" y "mejora de forma destacada el aprendizaje de la lengua inglesa", aunque sí menciona una "ligera pérdida" durante los primeros años de la Educación Primaria.

Desde el ámbito académico, expertos como Virginia Vinuesa, cuya labor investigadora se ha centrado en los últimos 15 años en la enseñanza bilingüe y en las didácticas de las lenguas extranjeras, no creen que las carencias, si las hay, estén ligadas al idioma sino que las atribuyen a factores como la falta de formación en el profesorado.

Cuando el concepto está bien explicado, da igual el idioma

"Cuando el concepto está bien explicado, da igual el idioma (...) Si a un profesor no se le ha dado una formación metodológica correcta ni se le enseña a que realmente sepa desarrollarse en otra lengua, eso va a perjudicar claramente. Lo importante es cómo se explique y muchos centros lo hacen estupendamente", afirma Vinuesa, que dirige el máster universitario en Enseñanza Bilingüe de la Universidad Rey Juan Carlos.

El estudio 'Evaluating a bilingual education program in Spain: the impact beyond foreign language learning*, impulsado desde la Universidad Carlos III y basado únicamente en las dos primeras cohortes de estudiantes que terminaron la educación Primaria en Madrid, revela que “hay un claro efecto negativo, y cuantitativamente sustancial, en el aprendizaje de la materia enseñada en inglés”, aunque no pudo determinar cuáles fueron las causas.

De lo que sí se muestra convencido el catedrático Antonio Cabrales, uno de los nombres que están detrás de esa investigación, es de que, al menos en aquellos primeros estudiantes, sí hubo un impacto perjudicial que era "más claro", dice, "en los estudiantes que venían de entornos socioeconómicos más complicados". "Cuando los padres tenían más nivel formativo, padres con titulación universitaria, por ejemplo, el impacto era menos contundente (...) una hipótesis era que quizá compensaran en casa las carencias", agrega.

Las voces más críticas aseguran que aumenta la segregación

Esto último tiene relación con algo que también advierten desde la Federación Regional de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado Francisco Giner de los Ríos: "Está fomentando las clases particulares en academias de inglés y acaba siendo una segregación, porque el que va a la academia es porque se lo puede pagar", señala Camilo Jené, portavoz de FAPA, para luego añadir que muchas familias se dejaron llevar por el "marketing" y la "publicidad" que hay detrás de estos programas y han acabado "decepcionadas".

“Los docentes y las familias estamos un poquito chantajeados. Los profesores, porque si vas en bilingüe te dan antes destino, puedes elegir mejores centros y cobras más, y los padres porque existe la segregación, sobre todo en los institutos. Si tu hijo va a la 'sección', va a evitar a los alumnos más conflictivos o con dificultades aprendizaje. Utilizan el inglés como excusa para dividir a los alumnos entre buenos y malos, porque al final el que tiene más nivel de inglés suele ser el que tiene más nivel de todo”, opina Serrano, que lamenta que se haya "pervertido” el sistema.

Desde el sindicato de trabajadores y trabajadoras de la enseñanza de Castilla La-Mancha STE-CLM añaden que "en muchos pueblos ya no hay opción de elegir" para las familias, que se ha generado "una competencia entre centros" y que también ha provocado "una carrera competitiva entre el funcionario debido a la transformación de plazas ordinarias en bilingües dentro de las plantillas orgánicas".

"En lugar de valorar que si estamos mal en varias materias es probable que sea a causa de la infra financiación económica de nuestro sistema educativo que genera aulas masificadas y una desatención a la diversidad del alumnado, se decidió optar por un modelo 'low cost' donde el profesorado se paga su formación para trabajar en programas lingüísticos que desplazan los contenidos de otras materias a cambio de mejorar el nivel de otros idiomas. Es la copia mala de otros centros educativos europeos", afirma el mismo sindicato.

Tantos modelos de enseñanza bilingüe como comunidades

La situación no es la misma en todas las comunidades porque cada una establece su modelo. Se ven diferencias significativas, por ejemplo, en los requisitos que se le exige a un docente para impartir clase en inglés. Mientras que la Comunidad de Madrid y Navarra exigen un nivel de inglés avanzado (C1) para hacerlo, en el resto de comunidades basta con un nivel intermedio (B2), algo que, según Gisbert, es "insuficiente" para impartir clase.

Tampoco en todas las comunidades —ni en todos los centros de una misma región— se imparten las mismas asignaturas en inglés: "Se están haciendo muchas barbaridades. Hay comunidades en las que una asignatura se imparte en dos lenguas y en otras comunidades, para que el alumno no pierda, repiten todo en un idioma y en otro, con lo cual están duplicando el tiempo para la mitad de contenidos", explica Gisbert.

Del mismo modo, no hay un criterio unificado respecto a la edad a la que debe iniciarse la ensañanza en lengua extranjera. En la gran mayoría de comunidades el programa bilingüe comienza en Primaria, pero en algunas, como en Madrid, hay centros que lo incluyen también en la etapa de Infantil, algo que el presidente de la Asociación Enseñanza Bilingüe considera del todo inadecuado.

No está en contra, precisa este experto, de que los más pequeños tengan contacto con una lengua extranjera, pero tiene que ser desde un enfoque lúdico, "como aproximación", y no mediante un programa que podría afectar a la consolidación del aprendizaje de la primera lengua a esas edades. Además, dado que "no existe la especialidad de inglés para Infantil", habría que formar a los maestros en la metodología.

Azucena de la Cruz, directora del colegio Santa Ana y San Rafael, reconocido como centro bilingüe por la Comunidad de Madrid en la etapa de Ifantil, asegura, por el contrario, que los resultados de esta enseñanza están siendo muy positivos en los niños de 3 a 6 años, algo que perciben también algunos padres y madres de alumnos. Todo depende, subraya la directora, de la coordinación del centro y de la formación de los docentes: "Cualquiera no vale para impartir clases en inglés", sostiene De la Cruz, que también considera crucial el apoyo que reprepresentan los auxiliares de conversación nativos en el desarrollo de las clases.

Va siendo hora de poner un poquito de orden y buscar un modelo lo más homogéneo posible

"Va siendo hora de poner un poquito de orden. Aprovechar lo que ha funcionado en algunas comunidades e intentar buscar un modelo lo más homogéneo posible para que todos los alumnos puedan recibir el mismo tipo de enseñanza y que los resultados sean buenos. Si conseguimos entre todos mejorar la enseñanza bilingüe le haremos un gran favor a la sociedad", añade Gisbert.

Vinuesa también ve importante aclarar a las familias qué es y qué no es la enseñanza bilingüe porque la falta de información, dice, puede generar falsas expectativas: "Su hijo no va a salir siendo bilingüe, como un niño que ha nacido en Inglaterra, tiene padres españoles y va a un centro en inglés; su hijo va a tener un mayor nivel de competencia lingüistica con el que se va a poder comunicar perfectamente cuando acabe 4º de la ESO, pero no va a hablar como un nativo".