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La Amazonia brasileña sufre el mayor número de incendios desde 2007

  • Registró 2.308 focos en junio, un 2,6% más respecto al mismo periodo de 2020, el anterior récord en casi 15 años
  • La situación puede ser aún más grave en agosto y septiembre, con la intensificación de la época de sequía

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Los incendios en la selva tropical brasileña han alcanzado récords históricos bajo el mandato de Bolsonaro.
Los incendios en la selva tropical brasileña han alcanzado récords históricos bajo el mandato de Bolsonaro.

La Amazonia brasileña registró 2.308 focos de incendio en junio, el mayor número registrado para ese mes desde 2007, según ha informado el Instituto Nacional de Investigación Espacial (INPE). Los incendios de junio aumentaron un 2,6% respecto al mismo periodo de 2020, cuando esta región ya había alcanzado un récord de quemas con respecto a ese año de referencia de 2007.

Los datos han sido divulgados la misma semana en la que el Gobierno del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, ha publicado un decreto en el que suspende por 120 días el uso de fuego en la región, debido al inicio de la época de sequía, y determina el envío de las Fuerzas Armadas para combatir la deforestación y los incendios, medida, esta última, cuestionada por organizaciones medioambientales.

"Infelizmente, ese récord en el mes de junio no es una sorpresa, considerando la continuidad de la política medioambiental y la insistencia en la utilización de una herramienta cara con el envío de las tropas militares, que se mostró ineficaz en los últimos dos años", ha denunciado Greenpeace en un comunicado.

Lo peor estaría aún por llegar

Los ecologistas han advertido de que los incendios pueden empeorar todavía más en los próximos meses, especialmente en los meses de agosto y septiembre, con la intensificación de la época de sequía en la región.

​Los incendios en la selva tropical brasileña han alcanzado récords históricos bajo el mandato de Bolsonaro.

Los incendios en la selva tropical brasileña han alcanzado récords históricos bajo el mandato del presidente Jair Bolsonaro, cuya política medioambiental ha sido duramente criticada por organizaciones ecologistas e incluso países extranjeros.

El deterioro de la Amazonia ha aumentado la presión sobre el Gobierno y ha empujado a un importante grupo de fondos de inversiones globales a advertir sobre una eventual retirada de capitales, en caso de que no fuera reforzado el combate a la deforestación.

La política del Ejecutivo de Bolsonaro también ha puesto en juego el avance del acuerdo comercial entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay) después de que Francia haya expresado su rechazo al tratado al alegar problemas ambientales.