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De Vistalegre a Alcorcón: ¿qué queda del Podemos original?

  • La historia del partido ha estado muy marcada por la pugna entre Iglesias y Errejón hasta la ruptura definitiva
  • Belarra tomará previsiblemente las riendas con el reto de reflotar un proyecto tocado en las urnas y marcado por las crisis

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De Vistalegre a Alcorcón: así llega Podemos a su IV asamblea

El Podemos que nació del 15M y fue presentado en el pequeño Teatro del Barrio en enero de 2014 en Madrid ha cambiado mucho en siete años. Lo que no había cambiado hasta ahora es el hiperliderazgo de Pablo Iglesias. Su marcha abre un nuevo ciclo con una de sus personas de confianza al frente, la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, si finalmente sale ratificada en la Asamblea Ciudadana de este domingo. Será la cuarta en siete años y ya no se celebrará en Vistalegre sino en Alcorcón (Madrid).

El nuevo Podemos, según la candidatura de Belarra, tendrá un “protagonismo colectivo” frente al personalismo de Iglesias y será más feminizado, cuando hasta no hace mucho tiempo tenía una cúpula principalmente masculinizada. Pero ¿qué ha sido del Podemos que combatía la “casta” y que quería “asaltar el cielo”? ¿Qué ha sido de todos los movimientos y líderes que confluyeron en el partido pero acabaron abandonándolo ante la mano dura de Iglesias?

Pablo Iglesias era un profesor universitario con cierta popularidad gracias a su programa televisivo en La Tuerka cuando presentó Podemos en enero de 2014 en el madrileño Teatro del Barrio de Lavapiés. Lo hizo arropado por intelectuales de izquierdas y junto Juan Carlos Monedero e Íñigo Errejón (cofundadores), Miguel Urbán (Izquierda Anticapitalista) y Teresa Rodríguez (actual líder de Adelante Andalucía). Muy marcado por el movimiento indignado del 15M, se trataba de “un método participativo” y “abierto” para "convertir la indignación ciudadana en cambio político". En el discurso había duras críticas contra los recortes que aún sufría la ciudadanía por la crisis de 2008 y contra el bipartidismo.

Victoria en las europeas de 2015 y 'Vistalegre I'

Ese espíritu de rebeldía contra el sistema del 78 supuso la primera victoria para Podemos en las europeas de mayo de ese año con cinco diputados, Iglesias entre ellos. Y la celebración de ‘Vistalegre I’ en el otoño de 2014 bajo el lema ‘Sí se puede’ constituyó la estructura de un partido plural en una asamblea a la que, incluso, asistió el entonces primer ministro griego, Alexis Tsipras, con cuyo partido (SYRIZA) se identificaban en Podemos.

Primera Asamblea Ciudadana de Podemos en Vistalegre en 2014: 'Sí se puede'

Primera Asamblea Ciudadana de Podemos en Vistalegre en 2014: 'Sí se puede'. EFE/Chema Moya

En aquel Vistalegre se impuso la propuesta de los fundadores -Iglesias, Luis Alegre, Carolina Bescansa, Errejón y Monedero- frente a la del secretario de organización del partido, Pablo Echenique (por aquel entonces más crítico), Teresa Rodríguez y la entonces eurodiputada Lola Sánchez. Ya nombrado secretario general, Iglesias eligió la que sería su Ejecutiva inicial, en el que estaban los fundadores, así como Nacho Álvarez, Tania González, Sergio Pascual, Auxiliadora Honorato y Ángela Ballester. Poco después, en febrero de 2015, se incorporaron la actual ministra de Igualdad, Irene Montero (encargada de Coordinación de Áreas) y Pablo Bustinduy, responsable de Relaciones Internacionales.

De los 62 miemros que salieron del primer Consejo Ciudadano Estata, solo quedan 11, siendo los mas visibles Echenique -quien ya ha avisado que le queda poco en política- y Montero. La primera gran baja fue la de Juan Carlos Monedero, que dimitió en mayo de 2015 al criticar la deriva del partido, la pérdida de “frescura” de su “origen” y el parecido que estaba tomando a lo que la formación pretendía “sustituir”. Su decisión venía motivada por todo el proceso electoral de las autonómicas de mayo de 2015.

Ya entonces se estaba fraguando esa pugna entre Iglesias y Errejón por imponer su visión en el partido. Pero las elecciones regionales y locales fueron todo un éxito para Podemos y llegaron los llamados ‘ayuntamientos del cambio’, representados principalmente en Madrid (con Manuela Carmena al frente) y Barcelona (con Ada Colau).

Aupado en todas las encuestas y copando buena parte del discurso político en los medios de comunicación y en las redes sociales, el partido se propuso culminar su asalto a los cielos en las generales de 2015, las que terminaron de romper el bipartidismo en España (con la entrada también de Ciudadanos). Podemos rechazó entonces ir en coalición con Izquierda Unida y respetó que las confluencias fueran con nombre propio (En Marea, En Comú Podem y Compromís). La irrupción de Podemos y las confluencias en el Congreso se tradujo en 69 diputados, a tan solo 11 del PSOE de Pedro Sánchez y se acercaba el sueño de ser la fuerza hegemónica en la izquierda.

Alejamiento entre Iglesias y Errejón: las generales de 2016

Pero aquella ambición supuso una brecha en el partido y el inicio de múltiples crisis. Iglesias rechazaba el pacto de Sánchez con Ciudadanos para gobernar y se veía incompatible con la formación naranja. El líder morado exigía un Gobierno de coalición PSOE-Podemos en el que él fuera vicepresidente. La tensión entre Iglesias y Errejón comenzó a ser evidente. El actual líder de Más País, que por entonces era una de las personas más cercanas a Iglesias, rechazaba ir a una repetición electoral y apostaba por hacer presidente a Sánchez con la abstención del partido, pero Iglesias veía posibilidades de ‘sorpassar’ al PSOE.

Sánchez, entre Rivera e Iglesias en el debate de las elecciones generales de 2015

Sánchez, entre Rivera e Iglesias en el debate de las elecciones generales de 2015 EFE/JuanJo Martín

Errejón no compartía algunos de los argumentos de su compañero de filas. Con un perfil más moderado, la cara que mostró cuando Iglesias se refirió a los GAL y le dijo a Sánchez que el expresidente González tenía las manos “manchadas de cal viva” reflejó que poco a poco ambos líderes se iban distanciando. Hubo repetición electoral y Errejón cada vez estaba más alejado de Iglesias. Rechazaba la coalición con Izquierda Unidaque finalmente se produjo bajo el nombre de Unidos Podemos a las generales de junio de 2016.

La estrategia no salió como Iglesias esperaba. La coalición logró 71 diputados, los mismos que habían logrado unos meses antes Iglesias y Alberto Garzón por separado, algo que reprochó Errejón en los medios de comunicación. Podemos no ‘sorpassó’ al PSOE ni pudo pactar con él un Gobierno de coalición. Sánchez había logrado el peor resultado de los socialistas y acabó dimitiendo meses más tarde tras sufrir la crisis más grave que ha habido en el Partido Socialista.

Iglesias y Errejón, en diciembre de 2016 en el Congreso

Iglesias y Errejón, en diciembre de 2016 en el Congreso. EFE/Zipi

Pero en Podemos ya estaba en marcha otra crisis y sus miembros estaban tomando partido entre Iglesias y Errejón, que tomaban posturas muy distintas respecto a la estrategia que debía tomar el partido. La división se fue instalando en el ámbito territorial. Poco antes de las elecciones, ya en marzo de 2016 había habido una grave crisis en Madrid, donde dimitieron en bloque los afines de Errejón ante las discrepancias con Luis Alegre, que por entonces era de la máxima confianza de Iglesias. Se sumó a otras fracturas que el partido vivió en Galicia, La Rioja y Euskadi y acabó con el cese por parte de Iglesias del entonces secretario de Organización del Consejo de Coordinación de Podemos, Sergio Pascual (afín a Errejón).

Vistalegre II: el punto de inflexión

La explosión de aquellas diferencias culminó en 'Vistalegre II' en 2017. Errejón presentó abiertamente su proyecto político a las bases del partido pero Iglesias no solo revalidó la secretaría general, sino que se impuso de todas las maneras, ganando el documento político, organizativo, de igualdad y ético del partido. Y una vez más, la cara de Errejón mostraba que la “unidad” que gritaban los líderes y asistentes de Podemos tras conocer los resultados no era tal. Errejón seguía con Iglesias en la Ejecutiva, pero Bescansa rechazó formar parte de ella. Más tarde saldría a la luz un plan entre ella y Errejón para desbancar a Iglesias que el actual líder de Más País nunca ha admitido como suyo.

El abrazo entre Iglesias y un derrotado Errejón en 'Vistalegre II'

El abrazo entre Iglesias y un derrotado Errejón en 'Vistalegre II' EFE/Chema Moya

A partir ‘Vistalegre II’, la división entre ‘pablistas’ y ‘errejonistas’ se agrandó, así como las crisis territoriales. A medida que pasaba el tiempo aumentaban las gestoras que dirigían el partido en diversos territorios. Iglesias trataba de imponerse allí donde surgían conflictos, pero acabó logrando la marcha de muchos dirigentes. Algo que se vio claramente en Madrid, con la salida en 2018 de Rita Maestre y otros cinco concejales que rechazaron concurrir a las primarias de Podemos para las municipales y decidieron sumarse por libre al equipo de Manuela Carmena. Todos fueron suspendidos de militancia. Las primarias para las autonómicas y municipales de 2019 también fueron convulsas en otros territorios.

Podemos situó a Errejón lejos de la dirección del partido como cabeza de lista para las autonómicas de Madrid. Pero lejos de calmar la situación, seguían los roces entre Iglesias y Errejón con motivo de la relación de Podemos con Carmena o la “alerta antifascista” contra contra Vox.

2019: la ruptura definitiva entre Iglesias y Errejón

El 17 de enero de 2019, Errejón dio la sorpresa y anunció que se presentaría a las elecciones con las siglas de Carmena (Más Madrid) y no con las de Podemos. Aquel paso fue la ruptura definitiva. En su lista se llevó consigo también a Luis Alegre, dejando a Iglesias como único fundador del partido que seguía en el mismo.

Íñigo Errejón y Manuela Carmena en el 2 de mayo de 2018

Íñigo Errejón y Manuela Carmena en el 2 de mayo de 2018 EFE/Chema Moya

Podemos perdió gran peso territorial que había logrado en 2015. Se quedó sin importantes ayuntamientos como Madrid o Zaragoza y entregó algo más de 650 concejales. A nivel autonómico, desapareció de los parlamentos de Cantabria y Castilla La-Mancha y sufrió caídas en otras regiones como Extremadura. En otras elecciones autonómicas también ha ido perdiendo terreno, como en las gallegas y vascas de 2020 y en las del 4M en Madrid apenas subió tres diputados con el propio Iglesias de candidato.

Por contra, el Más Madrid de Errejón logró en 2019 ser cuarta fuerza con 20 diputados en la capital, muy por delante de Podemos, que estuvo a punto de perder la representación en la Asamblea y se quedó con 7, 20 menos que los que había logrado hacía cuatro años.

Gobierno de coalición

Poco después llegaron las generales de abril de 2019, en las que Unidas Podemos se desplomó hasta los 40 diputados. El escenario volvía a parecerse al de 2015: Unidas Podemos presionaron al PSOE para formar un Gobierno de coalición, los socialistas lo rechazaron y Sánchez llegó a decir que “no dormiría” con Podemos en el Gobierno. La falta de acuerdo llevó de nuevo a una repetición electoral el 10N en la que el partido morado volvió a caer hasta los 35 diputados. Aun así, logró resistir frente a Errejón, que había dado el salto nacional con Más País (sumando a Compromís y a Equo, que habían abandonado también el proyecto de Podemos). Errejón se quedó en tres diputados.

Solo 48 horas después del 10N, Sánchez e Iglesias sorprendían con un preacuerdo para un gobierno de coalición que se hizo efectivo en enero de 2020. Sin embargo, las discrepancias entre ambos socios a la hora de cumplir lo que estaba firmado en el acuerdo se han ido sucediendo hasta el día de hoy en múltiples materias como la regulación de los alquileres, la derogación de la reforma laboral o en cuestiones como la ‘ley trans’. El papel de Iglesias al frente de la Vicepresidencia Segunda, por otra parte, ha sido de lo más criticado por la oposición en el Congreso.

Sánchez e Iglesias firman un preacuerdo para un Gobierno de coalición 48 horas tras el 10N

Sánchez e Iglesias firman un preacuerdo para un Gobierno de coalición 48 horas tras el 10N EFE/Paco Campos

Pero también hubo algunas críticas que vinieron de dentro. La propia coalición PSOE-Unidas Podemos no gustó a los anticapitalistas, que en febrero de 2020 anunciaron su ruptura con el partido. Protestaban por "una ratificación de la estrategia de subalternización al PSOE de su dirección". "Sin deliberación previa y sin analizar la sangría que Podemos ha sufrido como organización durante los últimos años, no parece que haya posibilidades de cambiar este modelo", añadieron. Teresa Rodríguez también anunció su salida pactada de Podemos para seguir por libre con Adelante Andalucía. Y en mayo, ‘Vistalegre III’ se desarrolló sin pena ni gloria y de forma telemática en plena pandemia de coronavirus. Iglesias fue revalidado como secretario general sin apenas oposición con una baja participación.

El paso de Podemos por el Gobierno le ha llevado poco a poco a tomar un perfil más institucional, pese a airear las polémicas en redes sociales y a no renunciar a hacer ciertas proclamas controvertidas. Podemos tiene una visión más realista después de su transición de los mítines a la gestión. Y aunque sigue siendo muy crítico con el sistema, también ha sido muy criticado por los partidos de derecha, que lo acusan de haberse convertido en la “casta” que querían combatir, para lo que han esgrimido en múltiples ocasiones que Iglesias cambiara su casa de Vallecas por un chalet en Galapagar. Podemos tiene ya la estructura de un partido convencional y eso se refleja en la bicefalia en la que se ha planteado su futuro: por un lado, la secretaria general y, por otro, la candidata a las próximas generales (que será previsiblemente Yolanda Díaz).

Ahora, todo parece indicar que la sucesora de Iglesias en el Gobierno, Ione Belarra, será quien tome las riendas de una formación que ha acabado muy tocada por las múltiples crisis y sangrías internas. Su reto principal será reflotar un proyecto que no ha dejado de caer en las urnas desde 2016 y recobrar el impulso y la esencia de la primera etapa, ya sin el hiperliderazgo de Iglesias. En sus manos está la supervivencia del partido.