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Día Mundial de la Salud

La pandemia ha condicionado la salud de los cántabros

“Al comienzo de la pandemia no llegaban ni infartos, ni apendicitis ni cólicos nefríticos”

“El confinamiento aumentó el sedentarismo, y pasó factura a pacientes con obesidad”

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Los enfermos crónicos han sido los grandes perjudicados por la pandemia

Mascarillas, gel hidroalcohólico, distancia física y cierta sensación de hartazgo. Con estos elementos convivimos desde hace más de un año, cuando empezamos a oír hablar del coronavirus. Durante este tiempo, las consultas médicas han cambiado, y también, en algunos aspectos, nuestra salud. Hoy se celebra su día mundial, instaurado por la OMS en 1948, y hemos querido hacer una radiografía no covid de un año difícil, con momentos en los que quien enfermaba de patologías habituales descartaba acudir al hospital por miedo al contagio. Gonzalo Pérez Rojí, coordinador de Urgencias del Hospital Valdecilla, aporta el dato: en Cantabria diagnostican un infarto de media al día. En los primeros momentos de la pandemia, a su servicio “no llegaban ni infartos, ni apendicitis ni cólicos nefríticos”.

El confinamiento aumentó el sedentarismo, y la falta de ejercicio físico pasó factura a pacientes con obesidad. La doctora Coral Montalbán dirige el Servicio de Endocrinología del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla. Explica que se ha constatado un incremento de peso en un 50 % de los pacientes, y la mayor parte de ellos, ya eran obesos. Esto ha hecho aumentar el riesgo de padecer diabetes e hipertensión arterial. Y es que los enfermos crónicos se han llevado la peor parte. Porque el teléfono ha interpuesto una barrera entre médico y paciente, que antes de la pandemia se veían en el 80 por ciento de los casos.

Menos infecciones

En el caso de pediatrÍa, muchos diagnósticos se apoyan en fotografías que envían los padres. Y las mascarillas han cambiado el motivo de las consultas: apenas hay contagios de enfermedades infecciosas, mientras que han aumentado los traumatismos. Lo mismo ha ocurrido con los adultos: los fisioterapeutas han adaptado sus protocolos a las restricciones.

Ya no llegan los ancianos de residencias, porque ya están vacunados

Gema Ruiz,  fisioterapeuta del Centro de Salud de Bezana, explica que ven con menos frecuencia al paciente, pero le enseñan a realizar ejercicios en casa. Una educación para la salud que al personal de enfermería, siempre en contacto directo con el usuario, le ha resultado más difícil inculcar.

Carmen Hernández, enfermera del mismo centro, lamenta que al atender las prioridades, se deja de lado el trabajo habitual,  aunque entiende que ahora la vacunación es el gran objetivo. Urgencias, según su coordinador en el Hospital Valdecilla, empieza a notar que ya no llegan los ancianos de residencias, porque ya están vacunados. Y Luis Cadelo, coordinador del Centro de Bezana, propone que nos hagamos a la idea de que esto no ha pasado, y que aún llegarán otras olas. Afrontarlas con responsabilidad es la tarea que todos tenemos por delante.