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Coronavirus

Los profesores se vuelcan para que la brecha digital no deje atrás a sus alumnos: "No estábamos preparados"

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Un niño sigue desde el televisor de su casa, la programación educativa del canal CLAN de RTVE.
Un niño sigue desde el televisor de su casa, la programación educativa del canal CLAN de RTVE.

“Tengo mucha incertidumbre. Estoy en paro y no puedo salir a buscar trabajo pero lo que más me preocupa es el tema de los estudios. Mi hijo está en sexto de Primaria. Iba bien, pero el próximo año comienza el instituto y no quiero que llegue con carencias”. Esta es una de las mayores inquietudes de Marcela, madre soltera de un niño de 11 años, que vive en Valencia.

Su hijo forma parte de esa infancia que, a causa de la crisis mundial del Covid-19, está en riesgo de quedarse atrás en los estudios. Y es que, además de la crisis sanitaria y económica, el coronavirus.

La pandemia aumenta la brecha educativa

Según el Instituto Nacional de Estadística, en España hay casi 7.800.000 menores en edad escolar [con menos de 16 años: Educación infantil (0-6), Primaria (6-12) y Secundaria (12-16)], repartidos en algo más de 4.600.000 hogares. De ellos, 100.000 familias no tienen acceso a la red y a estas hay que sumarles otras 235.000 hogares cuya única forma de conexión es a través del móvil. En total, cerca de medio millón de niños que no pueden continuar, o no de la mejor manera, su formación educativa a distancia.

Por eso, desde el inicio de esta crisis, las organizaciones humanitarias se pusieron a trabajar para intentar que esos niños, pertenecientes a colectivos vulnerables, no se convirtieran en víctimas del ‘nuevo sistema educativo’. Así fue como surgió el programa ‘A tu lado’ de Save the Children, o se adaptó el proyecto ‘Promoción del Éxito escolar’ de Cruz Roja.

Las mañanas de RNE con ïñigo Alfonso - 'A tu lado', respuesta de Save The Chidren para las familias críticas - Escuchar ahora

Este último es un plan, que surgió en 2012, y con el que Cruz Roja “ofrece un apoyo integral a las familias durante todo el año”, gracias a sus 300 asambleas locales, repartidas por todo el territorio.

“Este programa contemplaba un refuerzo educativo que recibían los niños cada tarde en nuestras asambleas y que estaba coordinado con sus profesores y tutores. Ahora, lo hemos adaptado y seguimos ofreciendo ese apoyo a los niños, con los mismos voluntarios con los que antes tenían contacto, pero vía telemática. Así los niños se enganchan más porque siguen manteniendo a una misma persona como referente” explica Paula Rivares, directora de Cruz Roja Juventud (CRJ).

En un primer momento "la brecha digital afectó a todos porque los colegios no estaban preparados" y los voluntarios de esta organización “entregaban en mano, o mediante cartas, los deberes impresos". Posteriormente, y para paliar esa brecha digital, Cruz Roja comenzó a repartir tabletas y tarjetas SIM para facilitar conectarse a internet.

“Tuvimos que trabajar muy rápido para dar soporte a estos niños de colectivos más desfavorecidos y evitar que se incrementara esta desigualdad”, cuenta la directora de CRJ

“Desde Juventud hemos entregado ya 1.500 tablets y más de 5.000 tarjetas SIM que permiten a más de 7.500 familias con niños estar conectadas” añade Rivares, que sin embargo espera que “no sea tarde para otros niños porque la demanda de ayuda se está incrementando demasiado rápido en estos dos meses”.

“Los equipos estaban obsoletos y no permitían la conectividad”

En Save the Children, por su parte, buscaron poner freno a la brecha digital creando el programa ‘A tu lado’ como “una respuesta de emergencia en cuanto vimos que se cerraron los centros escolares”.

“Sabíamos que muchas familias no tenían acceso a internet y desde la primera semana empezamos a identificar cuáles eran para saber donde teníamos que incidir y ofrecerles soluciones”, relata Diego González, responsable de programas de Lucha contra la Pobreza de Save the Children.

Clases con walkie talkies para suplir la falta de ordenadores

Detectaron que el 50% de las familias a las que prestan ayuda no tenían ningún tipo de equipo informático en casa y en muchos otros casos “esos equipos eran obsoletos y no permitían la conectividad para que los niños pudieran seguir sus clases”. Además, detectaron que un tercio de esos hogares no tenían acceso a la red por lo que se pusieron a trabajar para intentar ‘Cerrar la Brecha’ (Informe sobre el impacto de la crisis del Covid-19 en la educación que presentaron este lunes)

Desde entonces han repartido más de 1.000 tablets y han entregado 600 tarjetas de conectividad y 300 routers. Unos medios que están permitiendo que “3.800 niños se puedan conectar a las clases y puedan seguir nuestros programa de acompañamiento de manera regular”.

Uno de esos niños es el hijo de Marcela, que gracias a la tableta que le ha proporcionado Save the Children “hemos podido respriar tranquilos”.

“Solo teníamos mi móvil y ahí el niño no podía seguir el ritmo. Ahora, gracias a la tablet pudimos entrar en las editoriales, descargarnos los libros digitales y seguir con las clases”, relata esta madre que resalta que la ayuda recibida va más allá.

“Save the Children nos ofrece todos los días dos horas de clases on line. Una está pensada más para distraerse, con juegos y actividades acordes a la edad del niño. En la otra hora una educadora les ayuda con los deberes que les ha mandado el colegio. Es una gran ayuda, la verdad, porque hay muchas asignaturas que yo desconozco y no le puedo explicar”, destaca Marcela.

“Es una locura seguir las clases por el móvil”

Algo así es lo que esta buscando Rosa, madre de un niño de 8 años y que solo cuenta con un móvil como único dispositivo con conexión a internet para seguir las clases de su hijo.

“Daniel ya va con un poco de retraso porque esta situación nos pilló sin estar dada de alta en la plataforma, así que nos perdimos todos los deberes y explicaciones de los primeros 15 días. Después, ya conseguí las claves y me registré pero es una locura intentar seguir el ritmo a través del móvil”, confiesa esta madre que dice estar “desesperada”.

“Y en el teléfono no puedo descargar los libros, así que llevo dos meses copiando a mano todas las fichas y actividades de cada día. Lo que sea porque ella no se quede atrás, pero es insostenible”, relata Rosa.

Además, afirma estar “angustiada” por el futuro ya que hasta ahora ha estado dedicada “en cuerpo y alma” a las clases de Daniel porque ella está en un ERTE, pero no sabe cómo podrán seguir la educación a distancia cuando ella se incorpore a su trabajo.

Una forma de docencia para la que nadie estaba preparado

Y es que el estado de alarma por la COVID-19, que obligó al confinamiento de la población, también trajo consigo una nueva forma de docencia para la que alumnos, profesores y padres no estaban preparados.

“De la noche a la mañana tuvimos que abandonar todo lo presencial y comenzar a trabajar a través de la plataforma. Y las clases online, que se utilizaban hasta entonces como algo complementario, se convierten en la única forma de llegar al alumnado. Ha sido y está siendo todo muy complicado”, destaca Sonia García Gómez, profesora de infantil y portavoz de ANPE (Asociación Nacional de Profesionales de la Enseñanza).

Pero a pesar de las dificultades, los profesores están “totalmente implicados” y realizando "una labor de investigación para intentar llegar a todos".

“Estamos todos volcados con el alumnado más vulnerable. Dictando las tareas por el móvil, mandando fotos por whatsapp, haciendo llamadas para saber cómo están. Lo que sea para paliar esa brecha digital”, destaca la portavoz de ANPE.

Y es que esa implicación personal de cada profesor con sus alumnos es lo que permite a muchos niños seguir el ritmo del curso escolar.

“Hay días que son las 12 de la noche y estoy recibiendo correos de los padres con preguntas. Yo intento responder siempre y estar ahí, porque si no hay un riesgo real de que algunos niños se queden atrás”, subraya Belinda Suárez, tutora de Primaria en un colegio de Los Santos de Maimona (Badajoz).

“Hemos tenido que ir aprendiendo todos juntos, intentando ser cautos, manteniendo un contacto personalizado. Pero para esto no estaba preparado nadie”, incide esta maestra pacense.

“Esta crisis es una traba más para que algunos alumnos sigan en el sistema educativo”

Pero si esta nueva forma de ejercer la docencia ya es compleja en un centro escolar medio, la situación se complica aún más, cuando el colegio o instituto está en alguno de los barrios más desfavorecidos.

“Esta crisis nos presenta un panorama desolador para muchos. Es una traba más para que los alumnos que ya tenían una situación complicada sigan en el sistema educativo. Hay que trabajar muy duro para que esos chicos no se queden descolgados”, lamenta Susana Martín, Profesora Técnico de Servicios a la Comunidad (PTSC) en un instituto del distrito Latina.

A los chicos les falta ese estímulo social y cultural que tienen en la escuela

En su caso, casi el 20% de sus alumnos no dispone de tablet ni de ordenador por lo que para intentar paliar la brecha digital “están funcionando con móviles”.

“Hacemos llamadas de seguimiento a las familias. Damos alternativas de tiempos para que entreguen los trabajos. Coordinamos mucho con los servicios sociales… pero a los chicos les falta ese estímulo social y cultural que tienen en la escuela. Esa motivación que aporta el ir a clase, se la pierden, así que al final que saque el curso adelante o no va a depender mucho del apoyo familiar y de lo que dure esta situación”, explica Martín.

Profesores agobiados por la burocracia

Una situación muy similar es la que vive Cristina Vargas, profesora en un instituto sevillano al que acuden chicos de barrios marginales como Las 3.000 viviendas o Los Pajaritos, que están "totalmente descolgados" al "no tener recursos para pagar la conexión a internet".

Pero Cristina pone sobre la mesa otro problema: "Hemos tenido que ampliar nuestros contratos de conexión a internet para poder dar servicio a nuestros alumnos con las clases por videoconferencias y eso nadie nos lo está teniendo en cuenta”.

Una solución que los maestros toman “por voluntad propia” para ayudar a sus alumnos pese a que las direcciones de los centros están mas ocupadas en justificar el trabajo que estos hacen online.

“Inspección nos tiene amedrentados con los registros sobre trabajos realizado…En esta crisis no se ha tenido en cuenta al profesorado en ningún momento”, cuenta Victoria Guzmán, profesora de secundaria en un instituto de La Línea de la Concepción (Cádiz).

Que se empiece a planificar ya el próximo curso

Por todo esto, desde el sindicato de profesores ANPE reclaman que se empiece a pensar ya en el curso que viene y que se establezcan las medidas oportunas para “recuperar” a esos alumnos que hayan podido quedarse atrás.

¿Cómo será el regreso a las aulas cuando se reanuden las clases?

“Hemos propuesto que se haga una evaluación al inicio de curso para saber quienes han avanzado o no en los contenidos impartidos digitalmente y a partir de ahí hacer un seguimiento con una planificación de refuerzo y apoyo de esos contenidos que no se han podio impartir este trimestre. Habrá que adaptar el currículo”, desvela la portavoz de ANPE.

En la misma línea, Diego González, de Save The Children, pide que se “vayan desarrollando planes que pongan el foco en estos niños que estaban en una brecha educativa notable y que ahora se ha visto incrementada con la brecha digital”.

“Tenemos que sacar una lección de esta crisis y preparar los recursos y proyectos necesarios para garantizar que estos niños más desfavorecidos no van a volver a verse en una situación de fragilidad cuando se reinicie el curso escolar”, finaliza.