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Coronavirus

La OIT alerta: "1.600 millones de trabajadores en el mundo deben elegir entre morir de hambre o por el virus"

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Una trabajadora muestra un cartel por el Día del Trabajo en Quito (Ecuador).
Una trabajadora muestra un cartel por el Día del Trabajo en Quito (Ecuador).

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha alertado este jueves de que 1.600 millones de trabajadores informales en todo el mundo, el 62% de la fuerza laboral del planeta están ante el dilema de "morir de hambre o morir por el virus", ante la falta de recursos materiales para subsistir durante los periodos de confinamiento por el coronavirus y las medidas extraordinarias establecidas por los distintos gobiernos.

"La crisis del COVID-19 está exacerbando las vulnerabilidades y las desigualdades existentes", ha asegurado el jefe del servicio Inwork de la OIT, Philippe Marcadent. "Las respuestas políticas deben garantizar que el apoyo llegue a los trabajadores y a las empresas que más lo necesitan", ha agregado.

El organismo con sede en Ginebra ha alertado de que estos 1.600 millones de trabajadores, de los más de 2.000 millones que hay a nivel mundial, no pueden depender de esquemas de protección contra el desempleo, al estar en situación laboral irregular, y tampoco disponen de ahorros que les permitan cumplir con las medidas de confinamiento y no ir a trabajar.

"Morir de hambre o morir por el virus es el dilema demasiado real al que se enfrentan muchos trabajadores de la economía sumergida", ha destacado la OIT en un informe presentado este jueves.

Los trabajadores vulnerables representan el 62% de la fuerza laboral en el mundo

Los 2.000 trabajadores informales representan el 62% de la fuerza laboral a nivel mundial. En países de bajos ingresos, los trabajadores de la economía sumergida representan el 90% del empleo total, mientras que en los países de ingresos medios ese porcentaje baja hasta el 67%, y se vuelve a reducir hasta el 18% en los países más desarrollados.

Para los 67 millones de trabajadores domésticos del mundo, 75% de los cuales son trabajadores informales, el desempleo representa una "amenaza tan grande como el mismo virus", ha alertado la OIT. Muchos no han podido trabajar, bien sea por solicitud de su empleador o por cumplir con las medidas de confinamiento.

Aquellos que siguen trabajando enfrentan un "riesgo elevado" de contagio al cuidar de familias en su domicilio privado. Para los 11 millones de trabajadores domésticos migrantes, la situación es "aún peor", ha criticado el organismo.

La necesidad de adoptar políticas que minimicen la exposición de los trabajadores informales al virus es una de las recomendaciones del informe, que recomienda garantizar atención médica a las personas infectadas, ingresos y ayudas alimentarias para los trabajadores y sus familias y prevención para minimizar el daño en el tejido económico.