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Coronavirus

El personal de residencias reivindica su labor: "Nos dejamos la vida por nuestros viejitos"

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El personal de las residencias pide ayuda: "Si no vienen a recoger los cuerpos, ¿qué hacemos?"

Desde que la UME localizó en residencias varios cuerpos de ancianos que habían fallecido con COVID-19, estos centros de mayores están bajo el foco mediático, y esto es algo que está afectando severamente al personal en un momento en el que, aseguran, se están dejando "la vida" para ayudar en la emergencia sanitaria. Los trabajadores están "desbordados", carecen de material de protección y siguen sin recibir las pruebas diagnósticas para conocer si ellos también están contagiados.

La directora de la residencia madrileña Madre Maravillas, Beatriz Benito, explica a TVE cómo de duro está siendo afrontar esta situación. De los 35 empleados que habitualmente trabajan en el centro, 11 están de baja, y de los 54 ancianos residentes hay ya dos positivos confirmados que se encuentran en el hospital. Asume que todos los ancianos podrían haberse infectado.

"De los más de treinta años que llevo trabajando aquí, este es el momento más difícil que he pasado. No puedo más, estoy desbordada", dice la directora, al borde de la lágrima.

"En el hospital son héroes, que lo son, pero nosotros no"

Ella se encuentra mal físicamente. Es una persona de riesgo y tiene fiebre, pero no puede descansar, dice, porque debe seguir ayudando. Su entrega es total, como también lo es la del resto de trabajadores de la residencia, que continúan en primera línea para atender a los residentes y servir de barrera frente al virus.

Por ese motivo, lamenta que las noticias que llegan sobre residencias de mayores dañen la imagen del personal de estos centros y oculten el sobresfuerzo que realizan cada día.

"No es justo. Nosotros nos dejamos la vida por nuestros viejitos. (...) En el hospital son héroes, que lo son, pero nosotros no. ¿No somos también sanitarios? ¿No lo hacemos bien?", lamenta Benito, que pide más ayuda para las residencias por ser lugares especialmente vulnerables.

Entrevista completa con trabajadoras de la residencia Madre Maravillas, "desbordadas" por la emergencia sanitaria

"Si no vienen a recoger los cuerpos, ¿qué hacemos?"

La UME ya ha desinfectado el centro que ella dirige, pero mientras respondía a las preguntas de TVE todavía había un anciano fallecido en su habitación porque la funeraria, explica, "no da más abasto".

"Si no vienen a recogerlos, ¿qué hacemos con ellos?", se pregunta una de las trabajadoras que la acompañan, Lidia Álvarez, que insiste en que el procedimieno de emergencia y control se ha cumplido en todo momento y que se encuentran en situación límite.

Entre el personal ni siquiera hay ya distinción entre especialidades. Todos hacen "de todo", desde dar de comer a los ancianos, hasta doblar su ropa.

"Cuando hay un fallecimiento en un hospital el motivo es el COVID-19, cuando hay un fallecimiento en una residencia es por un mal manejo. No es justo", critica Lorena Rodríguez, otra trabajadora de la residencia Madre Maravillas, donde, además, no cuentan con equipos de protección y doblan turnos para poder asistir día y noche a los ancianos.

Todo eso, sin saber con certeza si el personal que continúa activo está o no infectado, ya que, de momento, no se les han realizado las pruebas.

Más residencias "desbordadas" y sin medios

La dirección de la residencia Santísima Virgen y San Celedonio, también ubicada en Madrid, ha emitido este miércoles un comunicado en el que también lamentan que "desde diversas instancias se cuestione la entrega y profesionalidad" con la que está actuando el personal de estos centros, "a costa" de su propia salud.

"Desde el principio de la crisis, como tantos sanitarios y personal civil, no han cesado en su desvelo y entrega a los mayores (...) Nos vemos desbordados y sin medios, ni personal suficiente", señala el texto, en el que se pide que la medicalización de las residencias se lleve a cabo "de inmediato".

Desde esa residencia también apuntan que las pruebas diagnósticas no han llegado todavía y que el material clínico se les entrega "con cuentagotas".