Enlaces accesibilidad

Sánchez e Iglesias afrontan una decisiva reunión inmóviles en sus posturas

  • Sánchez priorizará en la reunión hablar de programa antes que de cargos, mientras que Iglesias exige un gobierno de coalición
  • Es la quinta reunión en más de dos meses de negociaciones infructuosas y el apoyo de Podemos sigue en el aire

Por
Pablo Iglesias y Pedro Sánchez
El líder de Podemos, Pablo Iglesias, y el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, en una reunión previa a la mantenida este martes.

A dos semanas para el inicio del debate de investidura el 22 de julio, el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, y el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, vuelven a reunirse -por quinta vez- y sin estar de acuerdo en el principal escollo de las negociaciones: un gobierno de cooperación, como ofrece Sánchez, o de coalición, como exige Iglesias.

Sánchez ha llegado al Congreso a las 11.50 horas con su coche oficial, y veinte minutos después ha posado para los fotógrafos junto al líder de Podemos en la sala en la que se celebra el encuentro. Junto a Pablo Iglesias han estado el secretario de Organización de Podemos, Alberto Rodríguez, y el responsable secretario de Acción de Gobierno, Pablo Echenique, mientras que con el presidente en funciones ha estado la portavoz socialista en el Congreso, Adriana Lastra.

Con el apoyo de la formación morada en el aire, la intención de Sánchez es priorizar que se alcance un acuerdo programático antes que hablar de cargos. Está dispuesto a incorporar ministros independientes que tengan el visto bueno de Podemos, pero rechaza la entrada de Iglesias o miembros de su formación en el Gobierno, algo que no acepta el líder del partido morado.

Precisamente este lunes por la noche, Iglesias insinuaba en una entrevista a Telecinco que Sánchez le había ofrecido dos ministerios, algo que ha desmentido tajantemente la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo.

El líder morado está dispuesto a tumbar si es necesario y por segunda vez- tal y como ocurrió en 2016- la investidura de Sánchez con la intención de que PSOE ceda en un gobierno de coalición en septiembre. Lo dijo hace unas semanas y lo ha vuelto a recordar este martes la portavoz parlamentaria de Unidas Podemos, Irene Montero, ante lo que considera un "retroceso" del PSOE en la oferta programática, ya que no incorpora los acuerdos que alcanzaron de cara al proyecto de Presupuestos Generales del Estado.

De cara a la reunión de este martes, que podría ser decisiva para la investidura, la Ejecutiva del PSOE se reunía este lunes para concretar una oferta a Unidas Podemos que pueda poner fin a dos meses y medio de negociaciones infructuosas desde las elecciones del 28 de abril.

Para esta nueva reunión, los socialistas apostaron por un documento basado en el programa electoral del PSOE para un gobierno "monocolor" que sea "social, feminista, ecologista, europeísta y progresista". Para ellos, hablar sobre programa antes que de cargos es el "orden lógico" de las negociaciones.

Pero aunque Iglesias ha cedido en asumir las posturas del PSOE respecto a Cataluña, donde hay profundas discrepancias -precisamente Cataluña no está contemplado en el documento que le presentará Pedro Sánchez-, para le líder de Podemos hablar de programa implica también hablar de "equipos de gobierno". Así, el lunes pedía a Sánchez una "negociación integral" sobre ambas cuestiones e instaba al PSOE a "terminar el período de las excusas" y "negociar un gobierno ya".

Un pulso de dos meses y medio

Desde que el PSOE ganó las elecciones el 28 de abril, Sánchez ha dejado claro en todo momento que su "socio preferente" es Unidas Podemos y, con un cordón sanitario impuesto por Ciudadanos a los socialistas, Iglesias daba por hecho que ambas formaciones llegarían a un acuerdo.

Iglesias pidió entrar desde el principio y pese a sus 42 diputados -es la cuarta fuerza en el Congreso- en un gobierno de coalición, mientras que el PSOE hablaba de un gobierno de "cooperación" en el que la formación morada fuera su socio a nivel "programático", "institucional" y "legislativo" en el Parlamento.

La justificación socialista en todo momento es que la suma entre PSOE y Unidas Podemos, 169 escaños, no alcanzan la mayoría absoluta en el Congreso y que habría partidos que, siendo favorables a apoyar a Sánchez, no ven con buenos ojos a un gobierno conjunto con Podemos, como es el caso de Coalición Canaria.

Mientras, Iglesias ha defendido que la única "garantía" para que el PSOE cumpliera las medidas sociales que pudiera pactar con la formación morada sería entrando en un gobierno conjunto para asegurarse de que se cumplieran.

Llamamientos sin éxito a Ciudadanos

Mientras tanto, Sánchez ha ido haciendo llamamientos infructuosos a PP y Ciudadanos -especialmente a este último- para pedir su abstención en una investidura. Pero el líder de Cs, Albert Rivera, ni siquiera ha aceptado acudir a la nueva ronda de contactos con Sánchez.

Tras reinicidir en pedir la abstención a estos dos partidos, Iglesias llegó a criticar que Sánchez "prefería pactar con la derecha" y a decir que cuando no lograra "torcerle el brazo" al líder de Cs se acabaría dando ese gobierno de coalición, aunque eso fuera en septiembre después de una investidura fallida.

Con la amenaza real de que Unidas Podemos pudiera tumbar la investidura de Sánchez, el presidente del Gobierno en funciones se abrió en una entrevista en Telecinco a incorporar ministros independientes en su Ejecutivo, oferta que mantiene a día de hoy.

Pero Podemos no contempla la no entrada de Iglesias en un gobierno de coalición y ahí es donde está la principal discrepancia. "No tendría sentido -que no estuviera Iglesias en un Gobierno- al igual que no lo tendría que no estuviera Pedro Sánchez", afirmaba la portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Irene Montero, la el jueves pasado, dando por hecho que Sánchez va a "una investidura fallida". Iglesias, por su parte, aseguraba que Sánchez "recapacitará" antes o después, es decir, en julio o en septiembre, cuando podría darse un segundo debate de investidura.

Otros votos inciertos en el aire

Mientras, la investidura se le complica a Sánchez por otros frentes. Por ahora, tiene garantizado el apoyo del diputado del Partido Regionalista de Cantabria, con quien ha firmado un acuerdo. También parece favorable el voto del diputado de Compromís. En el aire están, sin embargo, los seis votos del PNV y los dos de UPN, que condicionaron su voto a que los socialistas navarros favorecieran un gobierno de Navarra Suma en la comunidad foral, algo que no ha ocurrido.

Pese a que el argumento de Sánchez para convencer a PP y Cs de la abstención es "no depender" de los partidos independentistas, es probable que, si Unidas Podemos acaba apoyando a Sánchez, el candidato acabe necesitando a las fuerzas soberanistas en la investidura para gobernar, especialmente ERC, quienes pese a decir que no pretenden "bloquear la investidura", afirman que no darán a Sánchez un "cheque en blanco".