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Premios Goya 2019: Mejor Película

Cine necesario, humanista y sin complejos

  • Gerardo Sánchez, director de Días de Cine, destaca la calidad y variedad de temas que abordan las nominadas
  • Especial Premios Goya 2019

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Fotograma de 'Campeones' de Javier Fesser
Fotograma de 'Campeones' de Javier Fesser

En un año en el que han destacado por su extraordinaria calidad muy especialmente los documentales españoles, con títulos como El silencio de otros, Desenterrando Sad Hill, Mudar la piel o Camarón, flamenco y revolución, trato de encontrar un hilo conductor para las igualmente estupendas cintas nominadas como “mejor película” a los Goya 2019 y me encuentro, así a bote pronto, con ideas fugaces para definirlas.

Cine político transversal, para El reino, cine de mujeres en un entorno hostil, Carmen y Lola. Cine de buenos sentimientos, pero sin complejos, Campeones. Cine antropológico humanista con título de canción: Entre dos aguas, y un pasado que siempre pesa, en este caso con acento español, en la última película de Ashgar Farhadi, Todos lo saben.

Un dato curioso. Todas las películas nominadas han conseguido algún premio en la VI Edición de los Premios Días De Cine: Carmen y Lola se ha llevado el premio El futuro es mujer, El reino ha regalado premios a Antonio de la Torre (mejor actor español) y a Luis Zahera (Premio El Resplandor).

Campeones ha conseguido el premio del público, Entre dos aguas ha resultado ganadora como mejor película española de 2018, y Todos los saben ha hecho posible que Penélope Cruz ganase el premio a mejor actriz española de 2018.

Vayamos ahora un poco más detenidamente a analizarlas… Debo confesar que, a diferencia de otras ediciones, no tengo grandes favoritas porque todas me gustan mucho. Si acaso, echo en falta, otros dos títulos españoles para mí imprescindibles del 2018: La noche de los doce años y El hombre que mató a Don Quijote.

Valentía y cine político

Carmen y Lola no solo hizo posible que Arantxa Echevarría fuese la primera mujer española que tuviera presencia en el Festival de Cannes, sino también, poner sobre la pantalla una problemática de por sí difícil, aún en los días que corren, el amor entre dos mujeres, sino además hacerlo en su condición de gitanas. Solo puedo decir que, ignorando los prejuicios absurdos que puede haber al respecto, es una estupenda película por los cuatro costados.

El rechazo a la homosexualidad en la comunidad gitana es retratado en "Carmen y Lola", la historia de dos adolescentes que se enfrentarán a los tabúes de sus familias para llevar a cabo su inspirador romance. La película, dirigida por Arantxa Echeverría, tuvo un celebrado estreno mundial en el pasado Festival de Cannes y fue preseleccionada para los Premios del Cine Europeo, a pesar de tener la particularidad de contar con un elenco sin formación, resultado de una búsqueda de naturalidad y denuncia en la misma.

Magníficamente dirigida por Arantxa Echevarría (a veces parece que estemos ante un documental), fotografiada, e interpretada por esas dos auténticas revelaciones que son Zaira Morales y Rosy Rodríguez, Carmen y Lola respira autenticidad sin impostura. Está siendo una de las revelaciones del año. Y al cine, y a la sociedad en general, le hacen falta películas así.

También al cine español, y al país en general le hacen falta películas como El reino o en su día la estupenda B, ese cine político que pone el dedo en la llaga de las cosas que más nos duelen cuando encendemos cada día la televisión y vemos esas cosas que no nos gustaría ver.

En El reino, de Rodrigo Sorogoyen, cuenta con detalle y nervio una trama de corrupción que puede parecerse mucho a alguna trama de corrupción de algún partido político en una región bastante determinada. Pero no nos engañemos.

Un influyente vicesecretario autonómico a punto de dar el salto a la política nacional se ve salpicado por unas filtraciones que le implican en una trama de corrupción en "El reino", la última película de Rodrigo Sorogoyen, protagonizada por Antonio de la Torre y Bárbara Lennie. La película, que cuenta con guión del propio Sorogoyen junto a Isabel Peña, tiene referencias claras a casos de corrupción reales de la política española, aunque sin alusiones específicas y ha sido presentada recientemente en el Festival de San Sebastián, con muy buenas críticas.

El director ha recalcado que no quiere señalar a ningún partido político en concreto, porque, bien lo sabemos, lo que cuenta de forma ejemplar la película podría afectar a cualquier partido político que se haya enquistado en el poder demasiado tiempo. No reconocer tal cosa es un síntoma de inocencia tan bienintencionada como peligrosa.

Lo mejor del filme es esa trama tan zafia de corrupción, sustentada por el gran trabajo de sus actores, entre los que destacan los mencionados Antonio de la Torre y Luis Zahera, sin olvidar al resto del reparto.

Por poner un “pero”, quizás el tono de su secuencia final, con Barbara Lennie entrevistando en directo en televisión a ese corrupto que interpreta Antonio de la Torre, cambie demasiado el registro con respecto a lo visto hasta entonces.

El "efecto curativo" de Campeones

Participada por RTVE, Campeones es otra de esas películas que hacen falta en el mundo. Sencillamente, nos hacen mejores personas, al menos durante el tiempo de proyección. Espero de verdad que su efecto curativo vaya más allá de ese tiempo. Javier Fesser da en el clavo en esta película que nos ayuda a mirar con otra mirada a esas personas a las que hasta ahora algunos no observaban con la dignidad que debieran.

Días de cine - Campeones

No vamos a contar su historia, que yo creo que a estas alturas ya la conoce todo el mundo. Solo decir que Javier Gutiérrez llena de humanidad a su personaje, ese entrenador descreído que aprende lo que nunca sabía que aprendería de quienes creía que no tenían nada que enseñarle.

Y todo ese plantel de actores / no actores, literalmente, se salen de la pantalla. Una película como Campeones, que acaba de ganar el Premio Forqué a mejor película, hace más por la integración de las personas con algún tipo de dificultad, más que mil campañas de cualquier ministerio. Solamente por eso, puedo decir: gracias Javier Fesser.

El "pequeño milagro" de Entre dos aguas

También participada por RTVE, yo tengo la impresión al ver Entre dos aguas, de estar asistiendo a un pequeño milagro. La película es larga, casi dos horas y media, y en ella Isaki Lacuesta nos cuenta algo tan sencillo como la vida de sus protagonistas, unos personajes que están fuera del lado brillante de la carretera, que diría Van Morrison, y a los que retoma doce años después de aquella igualmente estupenda película La leyenda del tiempo.

Días de cine - Entre dos aguas

El porqué Isaki Lacuesta pone títulos de canciones memorables a sus películas es una anécdota que olvidamos al poco de empezar a verla, atrapados por su autenticidad. Al igual que Carmen y Lola, en muchos momentos tenemos la impresión de estar asistiendo a un documental, aunque no lo es en absoluto. Entre dos aguas ganó la Concha de Oro en el pasado Festival de San Sebastián.

Israel Gómez Romero y Francisco José Gómez Romero dan vida a esos dos hermanos que han seguido caminos distintos, Isra, y Cheíto. En el metraje, como diría Tavernier, La vida y nada más.

El peso del pasado

Y termino este repaso con Todos lo saben, la película española de Asghar Farhadi. Tan española, que está rodada en español, ambientada en la España profunda, y con actores españoles en su totalidad, exceptuando a Ricardo Darín.

Todos lo saben es una película tan reconocible como de Asghar Farhadi como pudieran serlo cualquiera de las anteriores. Es más, si lo pensamos bien, Farhadi podría cambiar los títulos de sus anteriores trabajos y sustituirlos por El pasado 1, El pasado 2, El pasado 3 etc, sin ningún problema. De hecho, su película “francesa” se titula El pasado.

El pasado pesa en todas sus películas, e independientemente de que nos puedan gustar más o menos, o que hayan tenido más o menos éxito, como el más poderoso de los personajes, y eso es algo que sigue estando en Todos lo saben.

Sin desvelar la trama, pues en las películas del iraní hay mucha trama, eso que sucede y que todos saben, no tendría el peso que tiene en la acción de no ser por el pasado. Magnífica película para mí, aunque tuve la desgracia de verla (por vez primera) con una persona delante en el cine que no paraba de mirar los whatsapp (intolerable que me dijera que yo era un exquisito al decirla que por favor se abstuviera de andar mirando el móvil).

La familia, el suspense y los sucesos inesperados vuelven a ser los ejes de la nueva película de Asghar Farhadi, que filma esta vez a España, con un elenco estelar encabezado por Penélope Cruz, Javier Bardem, Ricardo Darín, Bárbara Lennie o Eduard Fernández. Tras su paso por festivales como Cannes o Toronto, el octavo largometraje del cineasta iraní narra el reencuentro de varios miembros de una familia en un boda, que se verá trastocada cuando una niña desaparece y viejos secretos salen a relucir.

Magnífica, Penélope Cruz, quién reconoce que ha sido probablemente el trabajo más difícil e intenso de toda su carrera (y premio Días de Cine, recordemos) pero igualmente estupendos Javier Bardem, Barbara Lennie o Eduard Fernández.

Por poner un “pero” quizás a la película no le hacía falta visualizar al personaje del marido de Penélope Cruz, Ricardo Darín, aunque el tirón del argentino puede más que la ortodoxia de guión.

Como decía al principio, este año me cuesta decidirme por una u otra más que otros años. Todas las películas me gustan, y entiendo que unas u otras pueden tener unos u otros valores que puedan pesar de cara a las votaciones de los académicos.

Creo que me encontraría muy a gusto con cualquiera de estas películas como ganadoras. En honor a la verdad, y por una cuestión de justicia poética, a mi me hubiera gustado que El hombre que mató a Don Quijote, lo hubiera ganado todo, incluido el Goya a mejor película, pero también entiendo que eso la convertiría en un filme mucho más normal de lo que es: mucho más que una película, y desde luego una película excepcional.

Dicho lo cual, yo también soy algo Quijote, y se que arremeter contra molinos de viento puede hacer que mis huesos den en el suelo. O en las estrellas, que diría Cyrano.