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Tsunami en Indonesia

Indonesia confirma al menos 1.234 muertos por el terremoto y el tsunami

  • Hay 799 heridos graves ingresados y la búsqueda de atrapados continúa en zonas de difícil acceso
  • Entre las víctimas hay 34 niños enterrados en un campamento religioso en Sigi

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Indonesia busca supervivientes cuatro días despues del tsunami, que deja ya más de 1.200 muertos

Las autoridades indonesias han elevado a 1.234 la cifra de víctimas mortales que ha causado el terremoto de magnitud 7,5 y el posterior tsunami que golpeó la isla de Célebes el viernes pasado. Los equipos de rescate apuran la búsqueda de supervivientes, aunque reconocen que todavía no han podido llegar a todas las zonas afectadas, como el distrito de Sigi Biromaru.

El portavoz de la Agencia Nacional de Gestión de Desastres (BNPB), Sutopo Purwo Nugroho, ha señalado en una rueda de prensa en Yakarta que además hay 799 heridos graves ingresados en distintos centros hospitalarios.

Entre las víctimas se encuentran 34 niños de entre 13 y 15 años sepultados por el barro en un campamento religioso en Sigi, al sur de Palu, la zona más afectada.

En total, unas 60.000 personas han sido desplazadas de las poblaciones afectadas y la ONU estima que 190.000 personas necesitan asistencia.

Ayuda internacional

Sutopo ha informado de que 26 países y dos organizaciones internacionales ofrecen asistencia, pero no ofreció datos de las ONG que colaboran en la búsqueda y atención de las víctimas sobre el terreno. Los suministros de carburante y agua potable están llegando, aunque aún son insuficientes para las necesidades de decenas de miles de afectados que lo han perdido todo.

El aumento de la cifra de fallecidos se debe a que los equipos de rescate han entrado en zonas que estaban inaccesibles desde el viernes, cuando se fraguó la catástrofe con un terremoto de magnitud 6,1 que mató a una persona e hirió a 20 y al que le siguió, tres horas después, el seísmo de 7,5 y el tsunami.

No obstante, Sutopo ha admitido que todavía hay áreas en esa parte de la región central de las Célebes en las que es difícil acceder. "Hay algunos sitios a los que no podemos llegar, pero no muchos. En Donggala por ejemplo hay algunos distritos donde tenemos que enviar suministros en helicóptero", corroboró en Palu el coronel Muhammad Thohir, del Ejército indonesio.

Palu es la capital de la provincia de Célebes Central, tiene una población de unas 350.000 personas, y es vecino del distrito de Donggala, con unos 277.000 habitantes; ambos están considerados las zonas más afectadas por el terremoto y el tsunami.

La licuefacción, pesadilla añadida

Un punto negro en el rescate es la playa de Palu, en la ciudad golpeada por el tsunami, y en concreto el Hotel Roa Roa, donde se calcula que había unas 50 personas cuando las tres olas azotaron la ciudad. El jefe del equipo de rescate, Agus Haryono, trabaja con la hipótesis de que todavía haya supervivientes atrapados, según ha declarado a Reuters. De momento ya han rescatado a tres personas con vida y ha recuperado nueve cadáveres.

Localizar a una persona atrapada entre los escombros requiere un minucioso análisis y una delicada ejecución: Haryono ha analizado los planos del hotel en busca de pasadizos y es consciente de que hay que ser cuidadoso "para no arriesgarnos a dañar a algún superviviente cuando movemos los restos", explica. Como ejemplo, el rescate de un hombre de 38 años de un edificio financiero en Palu, una operación que ha durado tres horas.

Además de los derrumbes y destrozos característicos de tsunamis y terremotos, Célebes afronta un horror particular: el fenómeno de la licuefacción, cuando la tierra movida por un terremoto adquiere un comportamiento líquido. Como consecuencia, más de 1.700 viviendas han sido absorbidas por la tierra en Palu y cientos de personas enterradas en su interior, según la Agencia Nacional de Desastres. Una fotografía de satélite del antes y el después tomada en el aeropuerto de Palu muestra una zona sin signos de vida por la licuefacción.

Vista aérea de un terreno afectado por la licuefacción en Palu. REUTERS

En Donggala, el pueblo pesquero más cercano al epicentro del seísmo, los primeros voluntarios de Cruz Roja describen un escenario escalofriante. "Es una situación de pesadilla" porque ha sufrido un golpe "extremadamente duro", ha informado el jefe de la Federación de la Cruz Roja, Jan Gelfand, en un comunicado.

La isla indonesia de Flores, a cientos de kilómetros de Célebes, ha registrado esta madrugada otro seísmo de magnitud 5,9, sin que por el momento se hayan registrado daños materiales ni personales.