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Zimbabue otorga inmunidad a Mugabe y a su mujer

  • De esta forma no podrán ser juzgados
  • Según fuentes gubernamentales, el expresidente "quiere morir en su país"
  • Mnangagwa jurará como presidente el próximo viernes

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Robert Mugabe junto a su esposa el pasado mes de abril en Harare
Robert Mugabe junto a su esposa el pasado mes de abril en Harare

El expresidente de Zimbabue Robert Mugabe ha recibido el beneficio de la inmunidad para ser procesado y la garantía de seguridad en su país como parte de un acuerdo que llevó a su renuncia, según han confirmado a Reuters fuentes cercanas a las negociaciones.

Mugabe, que ha liderado Zimbabue desde la independencia en 1980, renunció el martes después de que el Ejército tomó el poder y el partido gobernante le dio la espalda. Emmerson Mnangagwa, el exvicepresidente despedido por Mugabe este mes, jurará como presidente el viernes.

Fuentes gubernamentales han asegurado que Mugabe, que tiene 93 años, ha asegurado a los negociadores que quería morir en Zimbabue y que no tenía planes de vivir en el exilio.

“Fue muy emotivo para él y fue contundente en eso”, ha dicho la misma fuente, que no está autorizada a hablar sobre el acuerdo. “Para él era muy importante que le garantizaran seguridad para quedarse en el país (...) aunque eso no le impedirá viajar al exterior cuando quiera o deba hacerlo”, ha agregado.

Mnangagwa contra Grace, la esposa de Mugabe

El mandatario renunció el martes cuando el Parlamento comenzó un proceso de juicio político en su contra, lo que desató celebraciones en las calles. Su rápida caída después de 37 años en el poder fue provocada por una batalla para sucederlo que enfrentó a Mnangagwa contra Grace, la esposa de Mugabe.

“El presidente saliente es obviamente consciente de la hostilidad pública hacia su mujer, la furia en algunos círculos sobre la forma en la que se comportó y se acercaron a los partidos políticos ZANU-PF”, ha dicho una segunda fuente.

“En ese sentido, fue necesario asegurarle que toda su familia, incluida su esposa, estará segura”, ha agregado.

Mugabe se había aferrado precariamente al poder durante una semana después de que los militares intervinieron. Y enfureció a muchos ciudadanos al no renunciar en un discurso televisado al país el domingo, como muchos anticipaban.

Fuentes gubernamentales han insistido en que el momento decisivo para él fue la toma de conciencia de que sería enjuiciado y derrocado de una manera indigna.

“Cuando el proceso comenzó, se dio cuenta de que había perdido el partido”, ha indicado.

Mugabe recibirá por su retirada una pensión, vivienda, gastos de vacaciones y transporte, seguro médico, viajes aéreos limitados y seguridad, de acuerdo a la ley de Zimbabue.