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Theresa May no quiere fronteras entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda tras el 'Brexit'

  • El Gobierno británico ha publicado un documento con su postura oficial
  • Para Bruselas esta idea de "fronteras invisibles" es una "fantasía"

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Un grupo de policías hace fila en un desfile en Belfast, en Irlanda del Norte, a principios de agosto.
Un grupo de policías hace fila en un desfile en Belfast, en Irlanda del Norte, a principios de agosto.

El Gobierno británico quiere mantener la "relación especial y única" con Irlanda tras el Brexit, y eso incluye que no haya ningún tipo de frontera física ni puesto fronterizo entre Irlanda del Norte e Irlanda. Londres ha hecho pública su postura oficial este miércoles respecto a uno de los temas más sensibles de cara a la tercera ronda de negociaciones con la Unión Europea, que comenzará el próximo día 28, a través de un documento oficial y una carta publicada por Theresa May en el periódico Irish News. Para fuentes de Bruselas, sin embargo, esta idea de "fronteras invisibles" es una "fantasía".

A pesar de que los negociadores británicos dan por descartado un acuerdo "sin fricciones", su deseo es el de mantener en lo que al conjunto territorial irlandés se refiere al Área de Circulación Común, un pacto de libre circulación entre Reino Unido e Irlanda para los ciudadanos británicos e irlandeses y evitar tener puestos fronterizos a lo largo de la que será la única frontera terrestre entre Reino Unido y la UE, además de la existente entre la colonia británica de Gibraltar y España. Tampoco habría controles fronterizos marítimos en las aguas que separan Inglaterra, Gales y Escocia de Irlanda e Irlanda del Norte, por considerar que "no son viables, ni desde un punto constitucional ni económico".

"Esto significa que no hay controles de pasaportes para ciudadanos del Reino Unido e Irlanda dentro de la CTA (Common Travel Area) ni controles de inmigración entre Irlanda del Norte e Irlanda", señala el comunicado del gobierno británico, que quiere evitar volver a los "duros controles fronterizos del pasado" e insta a la UE a colaborar con "flexibilidad" e "imaginación" en este asunto para asegurar que tanto las personas como los bienes comerciales sigan viajando libremente entre ambas "Irlandas" tras el "divorcio".

"Reino Unido no quiere ver puestos fronterizos para ningún propósito"

Por su parte, Theresa May, en un mensaje dirigido a la comunidad nacionalista que vive en Irlanda del Norte, insiste en que los derechos contenidos en el Acuerdo de Viernes Santo, como el de poder reclamar la ciudadanía irlandesa, se protegerán cuando se consume la marcha del Reino Unido de la Unión Europea, previsiblemente en 2019.

"Nadie ha votado para poner fin a los vínculos especiales que unen al Reino Unido e Irlanda o para socavar los arreglos únicos que hay entre Irlanda e Irlanda del Norte, que han apuntalado el acuerdo de paz y llevan en vigor mucho antes de nuestra pertenencia a la UE", asegura May en su mensaje en ese diario, con sede en Belfast y cuyos lectores son mayoritariamente nacionalistas irlandeses.

La política tory considera igualmente que "no debería haber ninguna frontera física de ningún tipo en ningún lado de la frontera entre Irlanda del Norte e Irlanda". "Quiero que la gente lo tenga absolutamente claro: el Reino Unido no quiere ver puestos fronterizos para ningún propósito", remarcaen este sentido.

Diariamente unas 30.000 personas atraviesan la frontera sin necesidad de controles. Sin embargo, los negociadores británicos temen que la salida de la UE inflame tensiones en una zona donde todavía perviven los efectos del conflicto norirlandés, casi 20 años después de los Acuerdos del Viernes Santo.

Proteger los Acuerdos de Viernes Santo

"El Reino Unido e Irlanda siempre han sido claros en que es necesario dar prioridad a proteger el Acuerdo de Belfast en estas negociaciones, y asegurar que la frontera terrestre sea lo más sencilla posible para las personas y los negocios", ha señalado el ministro para el Brexit, David Davis, en un comunicado.

Sobre ese punto, Londres propondrá a los 27 que en el acuerdo de salida se refleje "el compromiso absoluto del Gobierno británico, irlandés y de la UE al proceso de paz" y que continúen los fondos destinados a proyectos de reconciliación en áreas fronterizas.

Para fuentes de Bruselas, esta idea de "fronteras invisibles" es una "fantasía", según la agencia Reuters. La Comisión Europea ha insistido en que ese asunto ha de resolverse en las primeras fases de las negociaciones, antes de abordar la futura relación comercial entre ambas partes.

Tercera ronda de negociaciones

El Gobierno está desgranando estos días su postura ante temas clave en el proceso de diálogo con los Veintisiete y este martes publicó martes un primer documento oficial en el que reveló su intención de alcanzar un pacto con Bruselas para ampliar temporalmente la unión aduanera -uno o dos años- una vez consumada la salida del bloque, prevista para 2019.

Por su parte, el Gobierno irlandés ha dado la "bienvenida" a la divulgación del documento tras haber reclamado al Ejecutivo de Londres "mayor claridad" sobre ese asunto.

"El énfasis en las áreas prioritarias identificadas por el Gobierno, entre ellas el Área de Circulación Común, el Acuerdo de Viernes Santo, la cooperación norte/sur y evitar puestos fronterizos duros es bienvenido", ha señalado un portavoz que, no obstante, ha advertido de que "proteger el proceso de paz es crucial y no debe convertirse en moneda de cambio en las negociaciones".