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Elecciones en Francia 2017

La pregunta que quita el sueño a Bruselas: ¿Y si gana Marine Le Pen?

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La candidata presidencial por el Frente Nacional frances, Marine Le Pen, en un mitin en París
La candidata presidencial por el Frente Nacional frances, Marine Le Pen, en un mitin en París

Entre los funcionarios de las instituciones europeas, circula uno de esos chistes a medias: "si gana Le Pen, al mes siguiente no cobramos". El programa de su Frente Nacional (FN) contempla sacar a Francia, un proyecto construido sobre la alianza franco-alemana. Pero ¿se atrevería la presidenta Le Pen a dar ese salto al vacío?

Su programa es ambiguo sobre la forma de desconexión. Y en campaña, ha sido escurridiza y alternado gestos eurófobos –como exigir a la cadena TF1 que retire la bandera de la UE del plató dónde iba a entrevistarla-, con la promesa de que sólo sacará a Francia del euro si los franceses lo avalan en referéndum. O la sugerencia de un plan intermedio en el que el franco francés conviviría con una unión monetaria europea.

Para Gregory Claeys, analista del centro de estudios Bruegel, es puro disimulodisimulo. “Le Pen sabe que sus ideas sobre el euro dan miedo, en especial a los franceses de mayor edad. Quiere atraerse sus votos, por eso ha aguado sus planes. Pero la salida del euro es el núcleo de su programa. Y es algo muy peligroso”, avisa, en declaraciones a RNE, este economista hispano-francés.

La búsqueda de apoyos: dentro, y fuera

La clave está en los sondeos: entre los votantes del FN, el 68% quiere abandonar el euro; entre el conjunto de los franceses, sólo el 28%. Le Pen tiene que navegar entre dos aguas si quiere ampliar su base electoral y tener alguna opción de imponerse en una hipotética segunda vuelta.

Los sondeos no prevén esa victoria. Pero quién se fía ya de los sondeos. Por si acaso, las autoridades comunitarias ponen cara de póker. “Aunque Marine Le Pen gane las elecciones, no será el final del proyecto europeo”, apuesta el presidente de la Comisión, Jean Claude Juncker (Welt am Sonntag, 19 de abril). “No creo que suponga necesariamente el final”, decía ya en noviembre el ministro de Exteriores español, Alfonso Dastis.

En 2015, François Durpaire anticipó el escenario en el cómic La Presidente (Les Arènes BD), distopía sobre una Francia presidida por la líder ultra. El personaje Le Pen, tras llegar al Elíseo, opta por una astucia temporizadora: esconder sus planes sobre el euro hasta ganarse el apoyo de la derecha moderada y convocar el referéndum sólo cuando sabe que va a ganarlo. “Han mordido el anzuelo”, celebraba la presidenta de papel.

Un 'corralito' para imponer el Frexit

El economista Claeys se imagina un guión más dramático. “El referéndum no llegaría a celebrarse. Porque basta con que se plantee, para que los franceses corran a sacar su dinero del banco, ante el riesgo de que se convierta en francos devaluados”.

El precedente útil no es pues el Brexit -Reino Unido no tiene el euro- sino el Grexit: la crisis bancaria sufrida por Grecia en 2015 ante el riesgo, no concretado, de que el país saliera de la eurozona. “En una situación así, el gobierno Le Pen tendría dos opciones: imponer límites a la retirada de dinero de los bancos o crear una moneda para salvar a los bancos y salir de la eurozona. Al contrario que el Gobierno griego, Le Pen haría lo segundo. Diría ‘los mercados nos atacan, no es nuestra culpa’ y aprovecharía para sacar a Francia del euro de inmediato”.

A cuatro días de las elecciones en Francia, el empate entre cuatro candidatos deja abierta todas las hipótesis

¿Y después qué?

Porque todo el programa de Le Pen pasa por recuperar la soberanía monetaria, para reintroducir un franco devaluado, ganar competitividad y relanzar la economía gala. Plan que para los economistas ortodoxos se parece a escupir contra el viento. Las empresas francesas, argumentan, está tan interconectadas con las europeas, que el cambio monetario llevaría a muchas a la quiebra (su caja pasaría a francos, pero sus deuda exterior seguiría en sólidos euros); el coste del petróleo se dispararía y anularía cualquier ventaja competitiva. El resultado, dicen, una espiral de inflación y paro. “Un escenario de miedo”, insiste Claeys.

¿Peor para Francia? Peor para todos. La sacudida iría más allá del Hexágono. “La zona euro se sostiene por el carácter irrevocable de la moneda. En 2012: cuando los mercados impusieron a España, Italia primas de riesgo mayores por el miedo a que volvieran a la peseta o la lira, Draghi (El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi) nos salvó con la frase famosa ‘haré lo necesario por mantener el euro’. Si Francia saliera, los mercados dejarían de creérselo. Me temo que habría un efecto dominó. El proyecto se vendría abajo rápidamente”, profetiza Claeys. “Pero las posibilidades de que Le Pen gane las elecciones son pocas”, respira.