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Elecciones en Francia 2017

La elevada abstención alimenta la incertidumbre en las elecciones de Francia

  • Las estimaciones de participación están muy por debajo de anteriores comicios
  • Los sondeos pronostican un empate técnico entre los cuatro primeros aspirantes
  • Cualquiera de ellos podría pasar a la segunda vuelta y optar a ganar el Elíseo
  • A menor número de votantes, mayores posibilidades para candidatos alternativos
  • Especial sobre las elecciones presidenciales en Francia 2017

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Máxima igualdad entre los candidatos a las presidenciales francesas

Las estimaciones sobre la participación en la primera vuelta de las elecciones presidenciales de Francia, apuntan a un récord negativo de asistencia a las urnas, un escenario que alimenta la incertidumbre sobre los dos aspirantes que pasarán a la segunda ronda, toda vez que las encuestas arrojan un empate técnico entre los cuatro candidatos con mayor intención de voto.

Se trata de una situación inédita,  que no señala a ningún favorito claro y que abre la puerta a sorpresas, puesto que, según los cálculos de la agencia Reuters basados en anteriores comicios, cuanto menor es la participación, mayores son las posibilidades de los candidatos de partidos que concurren desde los márgenes del sistema, como La Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon.

Esa incertidumbre se agrava por el elevado número de indecisos, de forma que los últimos sondeos colocan a los cuatro aspirantes con mayores posibilidades dentro del margen de error, lo que equivale a un empate técnico: el socioliberal Emmanuel Macron y la ultraderechista Marine Le Pen parecen ligeramente en cabeza, con el 22 % de la intención de voto; mientras que el izquierdista Mélenchon y el conservador François Fillon les seguirían a pocos puntos, con entre el 20 % y el 19 %.

La campaña electoral francesa llega a su recta final con empate entre los cuatro primeros candidatos

Así, a pocos días de la primera vuelta, cualquiera de los cuatro tiene posibilidades de pasar a la segunda ronda, lo que ya ha empezado a escamar a los mercados, siempre renuentes a la inestabilidad. "Esto crea un riesgo de sorpresa, porque reduce sustancialmente el voto necesario para pasar a la segunda vuelta", señala un informe de la gestora de fondos suiza Unigestion.

De este modo, la participación se convierte en una de las variables clave que habrá que tener en cuenta durante la jornada electoral del domingo: cualquier porcentaje que quede por debajo de los registrados en 2002, cuando el candidato del Frente Nacional, Jean-Marie le Pen, consiguió colarse en la segunda vuelta, será indicativo de que podría haber sorpresas en el escrutinio.

El precedente de Le Pen padre

Ese año, la participación en la primera vuelta fue del 71,6 %, un magro porcentaje de votantes si se tiene en cuenta que, desde que el presidente francés se elige mediante el sufragio directo, suele superar el 80% y solo en tres ocasiones ha bajado de ese umbral; el anterior récord negativo, de hecho, databa de 1969, con un 77, 6 %.

El Ministerio de Interior francés tiene previsto, como es habitual, ofrecer datos de participación a medida que avance la jornada, a las 12:00 y a las 17:00 horas. En 2002, la participación a mediodía era solo del 21 %, mientras que a las cinco de la tarde había subido al 58 %: esas serán las referencias para este domingo.

El presidente Chirac es reelegido por una amplísima mayoría gracias a un fenómeno que conmociona al país: el resultado histórico del ultraderechista Frente Nacional, que se impone al Partido Socialista en la primera vuelta en una derrota dolorosa para la izquierda y su líder, el primer ministro Jospin.

Reuters ha hallado que existe una correlación negativa desde 1965 entre el resultado del segundo candidato clasificado para la segunda vuelta y la abstención, es decir, cuanto menos gente acude a votar, más bajo está el umbral para acceder a esa segunda ronda.

Y este año, si en algo han coincidido los sondeos, es en que la participación será baja: una encuesta del instituto de opinión Elabe publicada este lunes vaticina que solo el 68 % de los votantes acudirá a las urnas, mientras que el sondeo diario de IFOP-Fiducial es algo más optimista y lo eleva al 70 %, aunque seguiría por debajo de la de 2002.

En cualquier caso, los analistas coinciden en que la abstención favorece a Marine le Pen, cuyos seguidores aparecen en los sondeos como los más convencidos de su voto y los más decididos a acudir a las urnas. Así que, tal como se esperaba antes de la campaña, la duda estriba sobre todo en saber quién le disputará la presidencia de Francia en la segunda ronda.