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Análisis

El 'supermartes', próxima estación de la locomotora Trump

  • Presiones para que el aparato republicano apoye públicamente a Marco Rubio
  • Clinton encarrila su campaña
  • Especial: Elecciones en EE.UU. 2016

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El candidato republicano a las primarias presidenciales, Donald Trump, en un acto en Atlanta, Georgia, el 21 de febrero de 2016. Branden Camp/Getty Images/AFP
El candidato republicano a las primarias presidenciales, Donald Trump, en un acto en Atlanta, Georgia. Branden Camp/Getty Images/AFP

Las primarias en Carolina del Sur han dejado claro, por si quedaban dudas, que Donald Trump es el enemigo a batir por el resto de aspirantes republicanos en las primarias para las presidenciales de Estados Unidos. La prueba de fuego será el conocido como "Supermartes", que tendrá lugar el 1 de marzo y en el que se celebran primarias simultáneamente en 11 estados.

La victoria de Trump en Carolina del Sur es especialmente simbólica: en este estado hay, como recuerda la CNN, una fuerte presencia de militares y veteranos, lo que a priori hacía pensar en un mejor resultado para Jeb Bush, hijo y hermano de presidentes. Jeb contó en la campaña con el apoyo de toda su familia y en especial de su hermano, George W. Bush, padre de la "guerra contra el terror".

Pero no: la provocación de Trump se ha impuesto una vez más y el pedigrí político no ha servido de nada al exgobernador de Florida, quintaesencia del establishment, que ha abandonado la carrera con la cabeza baja y el rostro compungido.

Clinton y Trump refuerzan sus aspiraciones tras sus victorias en Nevada y Carolina del Sur

Nerviosismo entre los republicanos

La fuerza de la campaña del magnate neoyorquino parece ser tal, según The Washington Post, que sus rivales dan por hecho su victoria general el día 1 (salvo, quizá en Texas, hogar de Ted Cruz) y aspiran tan solo a robarle delegados aquí y allí, pero no a tumbarle. Así, por ejemplo Cruz apunta al voto de los evangélicos en los estados del "Cinturón de la Biblia", mientras Marco Rubio espera el apoyo de los conservadores urbanos de las grandes ciudades, según el mismo diario.

Entre el aparato del partido comienza, pues, a cundir el nerviosismo. Los dirigentes republicanos temen que una candidatura de Trump a la presidencia está abocada al fracaso y puede provocar daños colaterales en otras elecciones, como las del Senado.

Hay un riesgo real de que nos levantemos el 2 de marzo y Trump haya ganado la mayoría de los estados y el mayor número de delegados

Los viejos estrategas del partido son conscientes de que el magnate se está beneficiando de la dispersión del voto entre sus oponentes. “Trump lo ganará todo hasta que sea una carrera de dos, y va a ganar por una gran ventaja", ha declarado al Washington Post Russ Schriefer, un veterano de las campañas electorales republicanas. “Hay un riesgo real de que nos levantemos el 2 de marzo y Trump haya ganado la mayoría de los estados y el mayor número de delegados".

Para evitarlo, según The New York Times, aumentan las presiones para que importantes figuras republicanas, como el excandidato Mitt Romney y el propio Jeb Bush, apoyen públicamente a Rubio, segundo en Carolina del Sur y esperanza del aparato.

Un apoyo de Bush podría significar además una inyección de dinero en la campaña de Rubio, ya que el ex gobernador de Florida ha sido el candidato que más donaciones ha recibido.

Clinton encauza su campaña

También los demócratas tienen su "Supermartes" el día 1, pero en el partido del burro las aguas del apoyo de las bases parecen volver poco a poco al cauce tradicional de la campaña de Hillary Clinton.

Como preveían las encuestas, Clinton ha ganado en Nevada y encarrila su campaña, tras el empate por la mínima de Iowa y la derrota en New Hampshire.

Como se preveía, Sanders no ha podido imponerse en Nevada, un estado más diverso, con más votantes de minorías étnicas y demócratas "de toda la vida" que apoyan a la ex secretaria de Estado. La diferencia, sin embargo, ha sido tan sólo de cinco puntos porcentuales, por lo que Clinton no puede confiarse.

A partir de ahora, siempre según las previsiones, la bolsa de delegados de Clinton engordará en cada estado, salvo quizá en Vermont, al que Sanders ha representado tanto en el Senado como en el Congreso.

Una semana antes del "Supermartes", los candidatos de ambos partidos cruzarán sus pasos para una cita previa: los republicanos se miden en Nevada el 23 de febrero y los demócratas en Carolina del Sur el 27.