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Las niñas de Chibok, un año bajo el reino del terror de Boko Haram en Nigeria

  • No hay rastro de las 200 niñas secuestradas por Boko Haram hace un año
  • La ONU teme que muchas hayan sido asesinadas y el resto violadas
  • AI denuncia al menos 2.000 mujeres y niñas han sido raptadas desde 2014
  • Se las usa como esclavas sexuales y se las obliga a combatir contra sus pueblos

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Amnistía Internacional denuncia en un informe el estado de terror que aplica el grupo armado Boko Haram

Preparaban los exámenes finales en su instituto de Chibok, una pequeña aldea del estado nigeriano de Borno, cuando un comando del grupo terrorista Boko Haram les arrebató su libertad. Un año después, nada se sabe del paradero de las más de 200 niñas secuestradas. Los padres de algunas de ellas han perdido la esperanza de encontrarlas.

El secuestro ocurrió durante la noche, como todos los ataques de Boko Haram contra colegios-residencia. Pero esta vez, en lugar de asesinar salvajemente a profesores y alumnos mientras dormían -como sucedió en otras ocasiones-, decidieron capturar a las niñas.

Después de aquel asalto, sólo se las vio una vez más a través de un vídeo difundido por el grupo terrorista, que anunciaba que iba a venderlas como esposas en diferentes países africanos.

El alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Ra'ad al Hussein, cree que muchas de ellas podrían haber sido asesinadas en las últimas semanas. Del resto se sospecha que han sido sometidas a matrimonios forzados, a torturas y a todo tipo de violaciones. Otras pueden haber sido utilizadas como cocineras, porteadoras y vigías en los ataques de Boko Haram a otros pueblos del país.

Imagen difundida por el grupo islamista Boko Haram de las 200 niñas secuestradas en Chibok, Nigeria. Fuente: AFP

Las organizaciones internacionales señalan como responsable al Gobierno del entonces presidente, Goodluck Jonathan, a quien siempre se le reprochó el abandono del norte del país, donde reside la mayoría de su población musulmana.

"Su Gobierno falló en la prevención de estos crímenes, en su persecución y en la protección de las víctimas", ha censurado en un comunicado el director la Federación Internacional para los Derechos Humanos, Karim Lahidji. "El nuevo presidente tendrá que hacerlo mejor y más rápido", demandó, en alusión al vencedor de las recientes elecciones, Muhamadu Buhari, quien aún no ha tomado posesión.

Se cumple un año del secuestro de 270 niñas en una escuela de Chibok

"Nuestra labor es disparar, asesinar, matar"

Las 276 escolares secuestradas en Chibok fueron objeto de la atención internacional con ayuda de la campaña #BringBackOurGirls (Devuelvan a nuestras niñas). Pero las escolares desaparecidas son sólo una fracción de las mujeres, niñas, hombres jóvenes y niños secuestrados por Boko Haram, la "versión" africana del Estado Islámico.

Amnistía Internacional ha denunciado que al menos 2.000 mujeres y niñas han sido secuestradas por el grupo terrorista desde el comienzo de 2014, y muchas han sido forzadas a la esclavitud sexual y entrenadas para luchar.

Basándose en las declaraciones de casi 200 testigos, 28 de ellos mujeres y niñas secuestradas que lograron escapar, el informe, de 90 páginas, titulado Nuestra labor es disparar, asesinar y matar: el reinado del terror de Boko Haram documenta los múltiples crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad perpetrados por Boko Haram, incluido el homicidio de al menos 5.500 civiles, mientras el grupo armado arrasaba el nordeste de Nigeria durante 2014 y comienzos de 2015.

La imagen de la izquierda, tomada el 3 de marzo de 2015, muestra el barrio de Bama, densamente poblado. La de la derecha, tomada el 17 del mismo mes, muestra cómo ha sido destruido. Fuente: Amnesty International / DigitalGlobe

El grupo terrorista se llevaba a las mujeres y niñas que secuestraba directamente a campos situados en comunidades remotas o a campos de tránsito improvisados, como el creado en la cárcel de Ngoshe. Desde estos campos de tránsito, las trasladaban a viviendas de ciudades y pueblos y las adoctrinaban con su versión del islam, preparándolas para el matrimonio.

Esclavas sexuales y combatientes forzosas

Aisha, de 19 años, relató a Amnistía Internacional cómo la secuestraron en la boda de una amiga en septiembre de 2014 junto con su hermana, la novia y la hermana de la novia. Boko Haram se las llevó a un campo situado en Gullak, en el estado de Adamawa, donde vivían aproximadamente un centenar de niñas secuestradas. Una semana después, el grupo obligó a la novia y a su hermana a casarse con combatientes. Además, entrenaron para el combate a Aisha y al resto de las mujeres y las niñas.

Las enterraban en una fosa común entre la maleza

“Enseñaban a las niñas a disparar armas. A mí me enseñaron también a utilizar explosivos y atacar pueblos”, contó Aisha a Amnistía Internacional”. “Nos entrenaron durante las tres semanas siguientes a nuestra llegada y luego comenzaron a enviar a algunas a realizar acciones de combate. Yo fui a una contra mi propio pueblo.”

Aisha contó que durante los tres meses que estuvo cautiva la violaron reiteradamente, en ocasiones grupos de hasta seis combatientes. También presenció el asesinato de más de 50 personas –incluida su propia hermana- por miembros de Boko Haram. “Algunas se negaron a convertirse. Otras se negaron a aprender a matar. Las enterraban en una fosa común entre la maleza. Sencillamente arrojaban los cadáveres en una fosa grande, pero no muy profunda. Yo no vi la fosa, pero hasta nosotras llegaba el olor de los cuerpos en descomposición”.

Campaña militar internacional

La organización pide que Boko Haram deje de matar civiles, que el gobierno nigeriano tome todas las medidas legales posibles para garantizar la protección de la población civil y que la comunidad internacional debe seguir ayudando al nuevo gobierno de Nigeria a abordar la amenaza que supone el grupo armado.

Boko Haram hostigó al Ejército nigeriano durante el año pasado de forma imparable, apoderándose de grandes porciones de terreno. Sin embargo, en los últimos meses, con la intervención de Níger, Chad y Camerún, el grupo está en retirada y ha perdido posiciones.

Nigeria es el país más poblado del continente con 170 millones de habitantes integrados en más de 200 grupos tribales y unas profundas diferencias económicas entre el norte y el sur, en las que los estados septentrionales salen gravemente malparados. Unicef ha alertado de que 800.000 niños se han visto obligados a huir de sus hogares para escapar de la violencia. Y quiere llamar la atención sobre el implacto del conflicto en los menores con este hashtag #bringbackourchildhood (devuélvannos la infancia).

“Las personas secuestradas deben ser rescatadas. Los crímenes de guerra y de lesa humanidad deben ser investigados. Deben exhumarse los cadáveres de las fosas comunes e impedir que haya más homicidios, y los culpables de todo este inenarrable sufrimiento deben comparecer ante la justicia”, ha dicho Salil Shetty, secretario general de Amnistía Internacional.

Raptar y violar a niñas puede constituir un crimen contra la humanidad

Un grupo de relatoras especial de Naciones Unidas han advertido de que raptar y violar a niñas puede constituir un crimen contra la humanidad. “La actual impunidad con la que actúa Boko Haram les ha dado la licencia de continuar cometiendo horribles crímenes. Por eso urgimos a las autoridades nigerianas a que hagan todos los esfuerzos para proteger a sus ciudadanos, incluyendo a los niños", han dicho.

Pero un año después sigue sin haber ni una pista de las menores. La ayuda militar internacional fracasó progresivamente. El Gobierno de Barack Obama envió aviones no tripulados, desplazó a decenas de expertos y cedió cámaras capaces de captar movimientos en la selva, pero el resultado ha sido nulo. La búsqueda de las niñas comenzó tres semanas después de su desaparición, lo que, en un entorno sociogeográfico como el de Nigeria, es demasiado tiempo para encontrar un rastro.

Desde entonces, solo ha habido engaños y falsas esperanzas para sus familias. Una falsa liberación, un falso alto el fuego con Boko Haram… Pero el resultado siempre ha sido el mismo: más secuestros, más atentados y más crímenes en una país convertido en el reino del horror.