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La pobreza infantil y sus efectos "devastadores" a largo plazo en los niños que la sufren

  • Las carencias vividas a temprana edad pueden tener secuelas toda la vida
  • La pobreza influye de forma determinante en el desarrollo cognitivo del niño
  • Provoca enfermedades cardiovasculares y riesgo de depresión
  • Los niños pobres pueden ser inseguros para toda la vida

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Uno de cada tres niños en España (cerca de tres millones) viven en la pobreza o en riesgo de exclusión.
Uno de cada tres niños en España (cerca de tres millones) viven en la pobreza o en riesgo de exclusión.

La pobreza infantil no es solo un problema en el presente de los pequeños que la sufren. Las carencias vividas en la edad más temprana pueden tener consecuencias de por vida en el desarrollo físico, psicológico y educativo de los niños. En otras palabras, las condiciones vitales y las privaciones que tengan, sobre todo entre los 0 y 5 años, pueden marcar sus enfermedades de adulto, su capacitación para poder o no estudiar una carrera universitaria, su personalidad o sus relaciones sociales.

Uno de cada tres niños en España (cerca de tres millones) viven en la pobreza o en riesgo de exclusión, según los últimos datos de Unicef, que alerta de que los niveles de pobreza infantil han crecido en España entre 2008 y 2012 pasando del 28% al 36%. Según Cáritas, España es el segundo país de la UE con mayor índice de pobreza infantil, superado solo por Rumanía.

"El sufrimiento de los niños pobres de hoy será una carga para todo su futuro. La pobreza no se sufre igual siendo niño que adulto y puede marcarles para toda la vida", explica a RTVE.es la directora de Sensibilización y Políticas de Infancia de Unicef España, Marta Arias.

El último informe de Unicef sobre pobreza infantil- Los niños de la recesión (pdf.)- alerta precisamente sobre esto: el posible efecto "devastador" que la pobreza tendrá a medio y largo plazo en la vida de los que la sufren.

En España, el 36'8% de los niños vive bajo el umbral de la pobreza

Niños con una mayor propensión a las enfermedades

Los niños que comen poco o mal pueden sufrir siendo adultos enfermedades cardiovasculares, hipertensión, diabetes, obesidad, anemia, descalcificación de los huesos y tener más propensión a las enfermedades respiratorias e infecciosas, según afirma el coordinador del Comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría, José Mª Moreno.

"Actualmente no encontramos en las consultas a niños desnutridos pero sí mal o muy mal alimentados. El cuerpo se adapta de forma sorprendente a las condiciones adversas y a la escasez de comida pero lo peor es que las consecuencias de esta situación serán más graves en el futuro que en la vida actual del pequeño. Esto es lo que más nos preocupa", asegura Moreno.

Coincide el presidente de la Sociedad Española de Pediatría Social, Jesús García Pérez, quien afirma que la actual pobreza infantil en España provocará "generaciones con esperanza de vida más corta y adultos con menos defensas y por tanto, problemas inmunológicos que pueden ser crónicos".

En España no hay niños desnutridos, pero sí muchos malnutridos

"Es una evidencia que se come menos carne, pescado, fruta y verdura. La variedad de la dieta es menor y la calidad ha bajado exponencialmente. A un adulto ya desarrollado esta carencia le afecta, pero en el caso de un niño le puede marcar para siempre en función de sus condiciones genéticas y ser dramático para su salud en el futuro", insiste el coordinador del Comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría.

Desde Unicef también aseguran que en España "no hay niños desnutridos, pero sí muchos malnutridos". Les inquieta sobre todo que los niños se están convirtiendo en un "factor de riesgo para la pobreza en sí". "Las posibilidades de sufrir esta lacra se multiplican en hogares con niños y sobre todo en familias numerosas o monoparentales", explica la directora de Sensibilización y Políticas de Infancia de Unicef España.

La pobreza marcará la personalidad del menor

Más allá de las consecuencias en el desarrollo físico, las secuelas psicológicas negativas a medio y largo plazo para un niño en situación de pobreza pueden ser también muy altas, según apuntan los expertos.

En este ámbito, los menores aumentan las posibilidades de desarrollar de adultos enfermedades como la depresión y trastornos como la ansiedad y el estrés, asegura a RTVE.es el presidente de Psicología sin Fronteras, Guillermo Foucé.

También aquí se pone de manifiesto la importancia en el desarrollo mental en los primeros años de vida. "En los cinco primeros años se ponen las bases del edificio. Es un periodo vital", asevera.

"En un hogar con dificultades económicas, con problemas de paro y de falta de recursos se viven situaciones de estrés constante. Los niños son esponjas y absorven los gritos, la tensión y los nervios. Y eso cala en el interior poco a poco", dice Foucé, quien añade que esto deriva en problemas futuros de inapetencia vital, inseguridad y menor capacidad de emprendimiento.

La pobreza infantil es caldo de cultivo para los "comportamientos extremos de adulto", añade: "Pueden llegar a ser personas muy explosivas o muy retraidas".

La pobreza infantil puede llevar a personalidades marcadas por la hipocondría y la inseguridad

El presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y catedrático en Psicología de la Universidad Complutense de Madrid, Antonio Cano, destaca además que estos niños pueden desarrollar una personalidad muy marcada por la hipocondría y la inseguridad.

"Los niños que observan a su alrededor dificultades constantes tienden a sentir indefensión y culpabilidad. Al no tener capacidad de entender qué pasa y por qué pueden sentirse responsables y eso lleva a la alerta constante cuando son adultos. Pueden hacerse muy hipocondríacos y muy inseguros", explica.

El pediatra Jesús García pone de manifiesto que a las consultas llegan cada vez más niños que muestran un "gran pesimismo con respecto a su futuro" y que se sienten "solos".

Alerta además de que las situaciones de "nervios, estrés, ira y tristeza" en el hogar, pueden llevar a que los problemas se "cronifiquen" y deriven en que esos niños sean de adultos "excesivamente temperamentales e incluso agresivos".

El peligroso binomio pobreza-fracaso escolar

Pediatras y psicólogos coinciden también en señalar que una de las principales consecuencias de la pobreza infantil es el fracaso escolar.

De esta manera, la pobreza marca el desarrollo educativo del que la sufre y no solo desde el punto de vista de los recursos económicos para una mejor formación sino desde el punto de vista de la capacitación cognitiva.

"Es duro decirlo pero las adversidades que un niño sufra en sus tres primeros años de vida marcan su desarrollo cognitivo y esto puede hacer que en un futuro un niño esté o no preparado para avanzar en sus estudios e ir a la universidad", afirma el catedrático en Psicología Antonio Cano, que lamenta que "puede darse el caso de que los recursos económicos mejoren y le permitan estudiar pero su capacidad ya mermada se lo impida".

Así, desde Unicef aseguran que la pobreza, en muchos casos, lleva al fracaso escolar por la "enorme presión psicológica y el brutal estrés" al que se ve sometido el menor, incapaz por ejemplo de concentrarse para estudiar, lo que derivará en unas peores oportunidades laborales en su futuro.

El 'estrés tóxico' lleva a un bucle pernicioso para el niño

En un dramático bucle, los niños pobres o en riesgo de exclusión no solo llegan al colegio "cansados psicológicamente y preocupados y estresados por la situación en casa" sino que están "cansados también físicamente porque comen mal", apunta la directora de Sensibilización y Políticas de Infancia de Unicef.

Continúa el bucle cuando muchos menores vuelven del colegio a casa y no reciben la atención necesaria y correcta porque los padres están centrados en solucionar sus problemas económicos, en buscar trabajo o, en los casos más dramáticos, en buscar comida.

Todo lleva a lo que los expertos denominan "estrés tóxico" que puede afectar al desarrollo cognitivo y a la capacidad de aprendizaje del niño de forma drástica.

La pobreza a veces supone un estigma para los niños

Un estrés que aumenta además cuando los niños se ven "señalados y apuntados" en el colegio, afirma el presidente de Psicología sin fronteras, que habla del "estigma" que para muchos supone ser niños pobres.

Unicef alerta en el estudio 'Los niños de la recesión' del peligro de crear una "generación perdida" que se enfrentará a "barreras tremendas, casi insalvables, para alcanzar su verdadero potencial".

Niños a los que la pobreza les está marcado de por vida cuando solo han dado sus primeros pasos.