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La coalición laica de Túnez gana las primeras elecciones con nueva Constitución

  • A falta del resultado oficial, los islamistas admiten su derrota
  • El escrutinio completo podría retrasarse hasta el próximo jueves
  • Será necesaria la negociación a varias bandas para formar Gobierno

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El secretario general de Nidá Tunis, Taieb Baccouche, tras las elecciones.
El secretario general de Nidá Tunis, Taieb Baccouche, tras las elecciones.

La coalición laica Nidá Tunis ha desbancado a Ennahda como primera fuerza política de Túnez, según ha recocido la propia formación islamista, y ahora se abrirá previsiblemente un escenario de negociación en el primer Parlamento con la nueva Constitución del país que abrió la llamada Primavera Árabe. La Instancia Superior Independiente para las Elecciones (ISIE) ha retrasado hasta esta noche la divulgación de los primeros datos oficiales, aunque el presidente y candidato de Ennahda ya ha felicitado, mediante una llamada telefónica, al líder de la coalición laica tunecina.

Tras estas elecciones, el país está llamado a culminar la transición tras varios años de gran tensión política y violencia. Y a falta de resultados definitivos e informes finales, diversos observadores internacionales han saludado ya este proceso democrático en Túnez.

Resultados parciales no extrapolables

A primer hora de la noche, la Instancia Superior Independiente para las Elecciones (ISIE) de Túnez ha comunicado, 28 horas después del cierre de los colegios en el país, los resultados del escrutinio de cuatro de las 27 circunscripciones. Sin embargo, sus responsables han puesto el acento en que estos resultados "son parciales, y no preliminares", por lo que no pueden extrapolarse los resultados a escala nacional. No obstante, tiene hasta el jueves para anunciar los ganadores de los 217 escaños de la cámara, elegidos mediante un sistema proporcional puro.

En estas cuatro circunscripciones ya escrutadas, los laicos de Nidá Tunis ganan en dos (Zaguán, en la periferia de la capital, y "Francia norte", donde votan miles de emigrantes tunecinos) y sus rivales de Al Nahda ganan en otras dos: Tozeur y Tatauine, ambas en el sur del país, en la zona más desértica.

En cualquier caso, todos los sondeos realizados por observadores de ONGs o de los propios partidos han coincidido en atribuir un claro triunfo a Nidá Tunis sobre Ennahda, al que sacaría unos diez escaños de ventaja en el parlamento de 217 asientos.

Ante la presión de los periodistas y los mismos observadores, un directivo de la ISIE, Nabil Baffoune, tuvo que reconocer que esos resultados adelantados por varios medios y que daban la victoria a Nidá Tunis "están cercanos a la realidad" pese a no ser oficiales.

Ennahda admite la derrota

El retraso en el recuento oficial no ha impedido que el partido Ennahda, en el poder desde 2011, ya haya reconocido su derrota.  De hecho, el presidente del partido islamista tunecino, Rached Ghannouchi, ha felicitado al líder del partido laico, Beji Caid Essebsi, por su victoria en las elecciones, según ha informado su hija Soumaya Ghannouchi en Twitter.

"El presidente de Ennahda, Rached Ghannouchi, ha felicitado a B Sebsi (Beji Caid Essebsi, ed) por su victoria en las elecciones", escribe la hija del dirigente islamista en una publicación que incluye una foto de su padre hablando por el teléfono.

El portavoz del partido islamista, Zied Laadhari, ha indicado que "según nuestras estimaciones, todavía no definitivas, ellos (Nidá Tunis) tienen una ventaja de una docena de diputados”. Conforme a este recuento, no oficial, la formación islamista rondaría los 80 escaños, insuficientes para gobernar por si solos.

Nidá Tunis es una formación heterogénea en la que se agrupan desde figuras de izquierda hasta el centro-derecha incluidos dirigentes del régimen de Ben Ali, derrocado por la revuelta de 2011.

El factor yihadista

En su página en Facebook también han anunciado su victoria y su líder, Béji Caid Essebsi, de 87 años, se presenta ahora como el favorito para las presidenciales previstas para el 23 de noviembre. Pero para gobernar será necesario el diálogo, incluidas diversas formaciones minoritarias, y ninguno de los dos grandes partidos ha excluido una gran coalición.

En la campaña, Nidá Tunis ha cargado las tintas contra los islamistas por su balance de algo más de dos años en el poder, que concluyeron a comienzos de este año tras numerosas protestas por la contemporización del poder con los fundamentalistas islamistas (sospechosos del asesinato de dos figuras de la oposición laica en 2013) y el estancamiento del proceso de transición.

Los partidos acordaron por fin una Constitución y Ennahda ha marcado también grandes distancias con los yihadistas, que han llevado a cabo diversos ataques en los últimos meses y días. Con todo, las elecciones se celebraron en general en calma, pero con una participación (provisionalmente fijada en el 62%) bastante inferior a las elecciones constituyentes de 2011. Como antes de la revuelta, la pobreza y el paro siguen lastrando al país.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ha felicitado a Túnez por el exitoso desarrollo de las elecciones legislativas y reiteró su oferta de ayuda al país en su transición a la democracia. "Estas elecciones son un paso crucial para el futuro del país y suponen un hito decisivo en la transición", ha señalado Ban a través de un comunicado de su portavoz.