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La Fiscalía mexicana considera al alcalde de Iguala autor intelectual en la desaparición de estudiantes

  • También acusa a su esposa y el secretario de Seguridad, huídos
  • El cártel Guerreros Unidos pagaba sobornos mensuales al ayuntamiento
  • Manifestantes han incendiado el ayuntamiento de la ciudad de Iguala
  • Tras 52 detenciones se desconoce el paradero de los 43 estudiantes

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Orden de arresto contra el alcalde de Iguala por la desaparición de los estudiantes mexicanos

El alcalde de la ciudad mexicana de Iguala y su esposa y el secretario de Seguridad han sido acusados por la fiscalía de inducir la represión de estudiantes el 26 de septiembre que causó seis muertos y 43 desaparecidos, un caso por el que miles de ciudadanos se manifestaron este martes en varias ciudades.

El fiscal general de México, Jesús Murillo, ha explicado en una conferencia de prensa que los considera autores intelectuales de lo sucedido.

La investigación ha revelado que el alcalde, José Luis Abarca; su esposa, María de los Ángeles Pineda, y el secretario de Seguridad local, Felipe Flores -en paradero desconocido para los que se ha emitido orden de captura- recibían sobornos para el ayuntamiento del cártel de los Guerreros Unidos aunque por el momento no está claro quién pudo ser la mano ejecutora de los jóvenes ni si estos han muerto.

Precisamente, el ayuntamiento de Iguala ha sido incendiado este martes tras la multitudinaria marcha convocada para exigir la aparición con vida de los estudiantes.

El cártel pagaba sobornos al ayuntamiento

Lo sucedido la noche del 26 de septiembre ha podido saberse gracias a la detención de 52 personas: policías de Iguala y del vecino municipio de Cocula, así como delincuentes del cártel de los Guerreros Unidos, incluido su líder, Sidronio Casarrubias, cuya declaración, según el fiscal general, han servido también para descubrir que el crimen organizado estaba completamente infiltrado en el ayuntamiento, que recibía del cártel de manera regular entre 116.000 y 174.800 euros.

Cada mes, al menos 35.000 euros eran destinados al control de la policía local y los propios miembros del cártel eran quienes decidían sobre los nuevos ingresos a la corporación, ha añadido.

Sin embargo, para Murillo, aunque ya hay medio centenar de detenidos, faltan las piezas clave ya que no está claro quién fue la mano ejecutora de los estudiantes que siguen desaparecidos.

En paradero desconocido

Abarca, quien fue relegado de su cargo el pasado día 17 por el Congreso del estado de Guerrero, se encuentra en paradero desconocido. Desapareció dos días después de lo sucedido, tras presentarse ante a la prensa para decir que él no tenía nada que ver porque estaba "en un baile".

Aquella noche la primera dama local tenía un acto público en el que su marido estaba presente y este recibió el aviso de su secretario de Seguridad de que un grupo de estudiantes de la conflictiva escuela Normal Rural de Ayotzinapa estaba aproximándose al municipio.

Ante el temor a que sucediera algo similar a lo acontecido en junio de 2013, cuando un grupo de estudiantes de Ayotzinapa se sumó al ataque al ayuntamiento protagonizado por campesinos, Abarca presuntamente dio la orden de reprimirlos, aparentemente sin saber que los alumnos solo acudían al municipio para pedir dinero para financiar sus actividades diarias.

Tras ser atacados y detenidos, de acuerdo con la explicación de las autoridades, los jóvenes fueron llevados en patrullas a la comisaría y después trasladados por un camino al cerro de Pueblo Viejo, controlado por un lugarteniente de los Guerreros Unidos que avisó a Casarrubias de los hechos de violencia, pero los atribuyó a "un grupo delictivo contrario".

Sin rastro de los estudiantes

De este modo, en su declaración, el líder del cártel ha avalado "las acciones para la defensa de su territorio en Iguala", según ha explicado el fiscal, quien ha recordado que esa banda se disputa varias zonas de Guerrero con Los Rojos, ambas escisiones del cártel de los hermanos Beltrán Leyva.

En este mismo cerro de Pueblo Viejo es donde han sido halladas nueve fosas con 30 cuerpos y es aquí donde se le pierde la pista a los 43 estudiantes desaparecidos ya que las pruebas de ADN realizadas a partir de muestras tomadas por la fiscalía de Guerrero revelaron que los restos no corresponden a los jóvenes.

Aún así, ante la posibilidad de "un error", las autoridades están a la espera de los resultados de las muestras tomadas por peritos argentinos.

Un mes sin respuestas

Casi un mes después de aquella jornada en la que murieron seis personas y 25 resultaron heridas tras varios ataques lanzados por policías locales, y a pesar de los avances en las investigaciones y en el móvil de este suceso, la principal reclamación de la sociedad mexicana es que se descubra el paradero de estos 43 jóvenes estudiantes de magisterio.

Por ello este martes miles de personas se han reunido en distintas ciudades de México para expresar su solidaridad con las familias y exigir al Gobierno que intensifique las labores de búsqueda.

En una marcha multitudinaria realizada en la propia ciudad de Iguala un grupo de maestros y estudiantes ha incendiado el ayuntamiento en que trabajaba Abarca mientras que en la capital mexicana nas 25.000 personas, en su mayoría vestidas de blanco, han marchado e iluminado esta noche con antorchas, velas y veladoras las calles de la Ciudad de México en apoyo a los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala desde el pasado 26 de septiembre.

Además de las marchas, centenares de escuelas se han declarado en huelga para unirse a las protestas por estos hechos violentos y exigir la aparición con vida de sus compañeros.