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Al Sisi promete defender un Egipto civil y seguro para todos los ciudadanos

  • Ha tomado posesión como nuevo presidente este domingo
  • Al Sisi venció en las presidenciales con el 97% de los votos

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La prioridad de Al Sisi será la lucha contra el terrorismo

El exjefe del Ejército Abdelfatah al Sisi, que ha tomado posesión como nuevo presidente de Egipto en la sede del Tribunal Constitucional Supremo en El Cairo, ha prometido defender un régimen "civil" y lograr la seguridad en el país, al tiempo que se comprometió a proteger a todos los ciudadanos por igual.

En un discurso a la nación, Al Sisi ha agradecido el papel del mandatario interino, Adli Mansur, durante la actual etapa de transición y ha dicho que hará "lo mejor para respetar el poder ejecutivo de acuerdo con la Constitución".

"No tengo palabras para expresar mi felicidad porque puedo ver hoy lo unidos que están los egipcios", ha afirmado Al Sisi.

En una ceremonia en el palacio de Quba, ante unos 1.200 invitados entre los que ha destacado la presencia de jefes de Estado de países aliados del Golfo y la baja representación occidental, Al Sisi ha señalado que protegerá el régimen "republicano" y "civil" establecido, así como las libertades y derechos de los egipcios, sin marginarlos ni diferenciar entre ellos.

Mantendrá la "unidad e integridad"

"Juro por Dios guardar lealtad al régimen de la república, respetar la Constitución y la ley, proteger los intereses del pueblo en su totalidad y preservar la independencia de la patria, su unidad y la integridad de su territorio", ha declarado el nuevo mandatario.

No obstante, ha subrayado que mantendrá la "unidad e integridad" del territorio egipcio y ha insistido en que no habrá reconciliación con quienes "emplean la violencia, matan a los inocentes y dificultan el camino al futuro".

De esta forma, se ha referido indirectamente a los Hermanos Musulmanes, que rechazan la nueva etapa desde el derrocamiento por un golpe de estado militar del presidente Mursi, el 3 de julio de 2013.

También se ha referido a Egipto como "el faro del islam moderado que rechaza la violencia y el terrorismo", al tiempo que ha apostado por una nueva realidad "que permita oportunidades para la libertad, dentro de un marco responsable y lejos del caos".

Al Sisi también ha tenido palabras de agradecimiento a los egipcios, que en cinco meses han votado en el referéndum constitucional (el pasado enero) y en las presidenciales de mayo, en las que el mariscal retirado se impuso con un 97 % de los sufragios.

Además, ha solicitado a los ciudadanos que tengan paciencia para lograr mejoras económicas y desarrollar determinados sectores como la agricultura y la industria.

Tas el traspaso de funciones, Mansur volverá a su anterior puesto de presidente del Constitucional, mientras se espera que el Gobierno interino de Ibrahim Mehleb haga efectiva su renuncia.

Mejorará la prestación de servicios públicos

"Pido a Dios que me ayude a lograr esas aspiraciones", ha rogado Al Sisi, al tiempo que ha dicho que creará un nuevo modelo administrativo e infraestructuras, y mejorará la prestación de servicios públicos y las inversiones económicas para que se observen cambios en esta legislatura, de cuatro años.

El nuevo mandatario ha destacado la necesidad de "renovar el discurso religioso después de la deformación que ha sufrido la religión" y se ha comprometido a informar a la sociedad "con transparencia" de la situación del país.

En el plano exterior, ha apuntado que respetará todos los tratados internacionales suscritos por Egipto y que la seguridad en el golfo Pérsico es "parte de la seguridad egipcia", en referencia indirecta a la alianza establecida con monarquías como Arabia Saudí, Emiratos o Kuwait, que han apoyado a las autoridades de El Cairo tras la caída de Mursi.

Además, Al Sisi ha defendido un Estado palestino dentro de las fronteras de 1967 y con capital en Jerusalén Este. Al final del acto, el nuevo presidente entregó a Mansur la Orden del Nilo, la más alta condecoración de Egipto.

Reconocimiento de los aliados del Golfo

Hasta el palacio se han desplazado jefes de Estado árabes, entre ellos el emir de Kuwait, Sabah al Ahmed al Sabah; el de Baréin, Hamad bin Isa al Jalifa; el rey de Jordania, Abdalá II, y el presidente palestino, Mahmud Abás.

También han acudido el príncipe heredero de Arabia Saudí, Salman bin Abdulaziz, y el del emirato de Abu Dabi, Mohamed bin Zayed al Nahyan.

Además de varios mandatarios africanos, otros países han enviado representantes de menor rango, como fueron los presidentes de los parlamentos de Líbano, Argelia o Rusia.

En el caso de Occidente, que ha mantenido una actitud relativamente distante con las autoridades egipcias desde el derrocamiento de Mursi, Estados Unidos ha optado por mandar a un consejero del presidente Barack Obama y varios países europeos han estado representados por sus embajadores en El Cairo.

A pie de calle, los partidarios del exmariscal han tomado la emblemática plaza Tahrir entre cánticos, banderas y fuegos artificiales para dar la bienvenida a su nuevo líder, mientras persiste la fragmentación social en el país.