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Jalifa Haftar, el militar renegado que volvió de EE.UU. para "rescatar" a Libia

  • Fue un estrecho colaborador de Gadafi hasta los años 80
  • Una traición del dictador le convirtió en su enemigo y le acercó a EE.UU.
  • Vivió 20 años en EE.UU. y muchos le consideran “un hombre de la CIA”
  • Lidera de una rebelión militar contra el poder central en Trípoli

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General Khalifa Haftar speaks during news conference at sports club in Abyar
El general Jalifa Haftar durante una rueda de prensa

Saltó a la luz pública tras la rebelión de la semana pasada, pero el general libio Jalifa Haftar no era un desconocido.  Ni en Libia, ni en Estados Unidos. El que fuera uno de los más estrechos colaboradores de Muammar al Gadafi, se convirtió en uno de sus mayores enemigos tras una traición del dictador. Refugiado político desde entonces, vivió más de 20 años en Virginia, EE.UU. Ahora se ha puesto al frente de una rebelión del Ejército que ha sumido al país aún más en la crísis que lleva a Libia al borde del abismo.

El viernes de la semana pasada, fuerzas militares comandadas por Haftar iniciaron una ofensiva en Bengasi contra las milicias islamistas que operan en la ciudad desde la caída del dictador. Contaron, además, con apoyo aéreo. Los enfrentamientos han ocasionado decenas de muertos y heridos y el militar ha sido censurado por el Gobierno central.

La historia de Jalifa Haftar, un hombre de dilatada trayectoria militar, estuvo durante mucho tiempo ligada a la del dictador Muammar al Gadafi. Pero esa estrecha relación se truncó tras una traición del dictador en los años 80 durante una ofensiva contra el presidente del Chad.

La traición de Gadafi

En esa operación, Haftar fue capturado y Gadafi negó conocerle. Durante meses, el militar y sus hombres se enfrentaron a una condena en Chad, algo que “nunca perdonó” a Gadafi, recuerda la cadena CNN. Ese rencor hacia el dictador libio le acercó a Washington, entonces bajo el mandato de Ronald Reagan. Algunos medios han apuntado que Haftar llegó a pasar varios meses en Chad para después emigrar a EE.UU. Según la Jamestown Fundation, vivió 20 años como refugiado político en los suburbios de Virginia, pasando inadvertido.

Pero algo cambió cuando comenzaron las revueltas en Libia. Haftar entró a formar parte del llamado Ejército de Liberación Nacional Libio, la organización rebelde formada por militares desertores y por voluntarios civiles que se levantaron en armas contra Gadafi. Ya entonces, varios medios le señalaron como el hombre de la CIA en el movimiento rebelde contra Gadafi.

Haftar regresó a Libia, en medio de un ambiente de gran crispación e inseguridad y con un Gobierno es incapaz de controlar a las brigadas surgidas durante las revueltas.

“Gobierno de emergencia”

Ali Aujali, el embajador de Libia en Estados Unidos, explicó a la cadena CNN que “a pesar de que lleva mucho tiempo fuera del país, está al corriente de la situación violenta y de inestabilidad en el país desde hace tres años. “Está convencido de que las fuerzas opositoras se organizarán muy pronto”, ha apuntado el embajador.

Un diplomático occidental citado por Reuters ha alertado del “matrimonio de conveniencia” que pueden firmar los simpatizantes de Haftar y de otros grupos que “tienen intereses comunes” en un país que políticamente vive en un “limbo”.

Haftar trata de recabar apoyos, especialmente entre los sectores antiislamistas. En el este de Libia, el respaldo es más visible, gracias en gran medida al malestar acumulado contra Trípoli. Autoridades y habitantes de Bengasi recriminan al Gobierno central haberlos dejado a su suerte frente a la violencia.

La fuerza aérea, al menos en Bengasi, se sumó abiertamente a su campaña y varios helicópteros han participado en los bombardeos contra bases islamistas. Además, una base de Tobruk también brindó este lunes su apoyo al general renegado.

Por otro lado, los residentes de Zintán y las brigadas aliadas Al Qaqaa y Al Sawaeq, activas en Trípoli, son abiertamente antiislamistas y respaldan a la Alianza de Fuerzas Nacionales, coalición de nacionalista encabezada por un dirigente del régimen de Gadafi.

Sin embargo, una de las brigadas más poderosas, la brigada de Misrata tienen afinidad con los islamistas e incluso apoyan a los Hermanos Musulmanes. Y en este grupo también se englobarían otras facciones islamistas.

Este jueves, el general sublevado libio ha propuesto la formación de un "Gobierno de emergencia" hasta la celebración de las próximas elecciones,  convocadas para el 25 de junio.

El general insistió en la necesidad de reconstruir unas Fuerzas Armadas sólidas y subrayó que su actuación respondía a los deseos del pueblo. "El pueblo es quien nos ha pedido una y otra vez que diéramos este paso", dijo el sublevado antes de asegurar que cuenta con grandes capacidades tácticas y de armamento.