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Lanzado un satélite para medir las precipitaciones en todo el mundo

  • Es un proyecto conjunto de la NASA y la JAXA
  • Servirá de nodo central a una constelación de instrumentos similares a bordo de otros satélites

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Impresión artística del GPM en órbita con otros satélites de la constelación al fondo
Impresión artística del GPM en órbita con otros satélites de la constelación al fondo

La NASA y la JAXA, la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial, acaban de poner el órbita el satélite Global Precipitation Measurement, Observatorio de Medición de las Precipitaciones Globales, destinado a medir las precipitaciones –fundamentalmente en forma de lluvia y nieve– en todo el planeta.

Para ello cuenta con dos instrumentos, un radar que trabaja en dos frecuencias distintas y que le permite hacer mapas en tres dimensiones de las precipitaciones, incluyendo el medir la cantidad de agua o nieve que llega a la superficie, y un receptor de microondas con una función similar.

Desde su órbita de 253 kilómetros de altura los radares cubren un ancho de 245 kilómetros y de 120 respectivamente, mientras que el receptor de microondas cubre un ancho de 904 kilómetros.

La órbita del GPM está diseñada de tal modo que sobrevuela las zonas de la Tierra que acumulan mayor cantidad de precipitación y para cruzarse con la de otros satélites que pueden aportar datos similares.

Colaboración global

De hecho el satélite recién lanzado forma el núcleo de una constelación de instrumentos similares que están o estarán a bordo de satélites de otros países como los de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica estadounidense, el GCOM-W1 japonés, los MetOP de Eumetsat, etc; los datos de estos otros satélites se calibrarán con referencia a los datos obtenidos por el GPM.

El objetivo es avanzar en el conocimiento del ciclo del agua, y estudiar su variabilidad, y así poder hacer mejores predicciones respecto a la disponibilidad de agua potable; también podrá ser usado para mejorar los modelos de predicciones meteorológicas, en especial en el caso de meteorología extrema, y para estudios sobre el cambio climático.

Los datos obtenidos serán puestos a disposición de la comunidad científica en distintos formatos, desde los datos «en crudo» tal y como salen de los instrumentos del GPM como en forma de productos más elaborados.

Este es la primera de las cinco misiones que la NASA tiene previsto lanzar este año para el estudio de la Tierra.