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Comienza en La Haya el juicio por el asesinato del primer ministro libanés Rafiq Hariri

  • Hariri fue asesinado con una bomba en 2005
  • Los cuatro acusados serán juzgados en ausencia

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El Tribunal Especial para el Líbano, con sede en La Haya, ha comenzado este jueves el juicio por el asesinato en 2005 del primer ministro libanés, Rafiq Hariri.

Los juzgados en ausencia por ese atentado son Salim Jamil Ayash, Mustafa Amine Badredine, Husein Hasan Oneisi y Asad Hasan Sabra, todos de nacionalidad libanesa.

Contra ellos pesan las acusaciones de organizar un complot para cometer un acto terrorista, perpetrar un atentado con explosivos, homicidio intencional de Hariri y de otras 21 personas, y tentativa de homicidio con premeditación y uso de explosivos de otras 226 personas.

El juez, David Re, ha abierto la vista dando la palabra a la Fiscalía, que "tendrá que probar la culpabilidad de los acusados", para quienes el proceso se desarrollará como si estuvieran presentes en la sala y hubieran admitido su culpabilidad.

El atentado que marcó a Líbano

Hariri, un empresario musulmán suní con vínculos con Arabia Saudí, fue asesinado en febrero de 2005 en un atentado con un camión bomba cargado de dos toneladas de TNT, que causó la muerte a 22 personas y heridas a otras 226.

El entorno de Hariri acusó del crimen al grupo chií Hizbulá y, en último término, a Siria. El atentado hizo que este país tuviera que retirar sus tropas de Líbano después de casi tres décadas de presencia.

Los libaneses esperan que el proceso, que ha comenzado después de años de investigaciones, pueda poner fin a los crímenes políticos ocurridos en el país durante los años de la guerra civil (1975-1990) y que prosiguieron tras su final.

La muerte de Hariri abrió una serie de atentados contra políticos, intelectuales y periodistas que criticaban de modo abierto a Siria, aunque el Tribunal de La Haya no ha acusado a ese país de haber participado en el magnicidio.

Un largo proceso

La fiscalía del Tribunal Especial para el Líbano, con sede en Leidschendam, cerca de La Haya, presentó a examen la acusación ante el juez en enero de 2011 y la modificó en tres ocasiones para aportar nuevos datos, hasta su confirmación definitiva en junio de ese mismo año.

Días después las autoridades libanesas recibieron el acta con las acusaciones y los mandatos de detención de los cuatro presuntos asesinos del político libanés, y en agosto de 2013 les fue reenviada de nuevo.

La fiscalía del TEL, que se creó en 2007 por decisión del Consejo de Seguridad de la ONU y comenzó a funcionar dos años después, considera que Badredine y Ayash fueron los autores intelectuales y ejecutores del plan.

Los otros dos acusados, Oneisi y Sabra, entregaron a la cadena de televisión Al Yazira una cinta de vídeo falsa en la que reivindicaban ese atentado en nombre de un grupo inexistente, según la Fiscalía.

Todos ellos están siendo juzgados en rebeldía después de que el líder de Hizbulá, Hasan Nasrala, rechazara entregarlos al alto tribunal de la ONU, alegando que es un instrumento en manos de Estados Unidos e Israel.