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Varias ciudades francesas prohíben los espectáculos antisemitas del cómico Dieudonné

  • Marsella y Burdeos, entre otras, creen que entrañan un riesgo de orden público
  • Sus últimos 'shows' habían generado una gran polémica en Francia
  • El humorista ha sido condenado siete veces por injurias racistas
  • Un gesto del futbolista Anelka imitando a Dieudonné multiplicó el malestar

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Varias ciudades francesas prohíben los espectáculos antisemitas del cómico Dieudonné

Los alcaldes de Marsellas, Burdeos, Nantes y Tours han prohibido los espectáculos del humorista Dieudonné por riesgo de alteración del órden público. El cómico, condenado en varias ocasiones por injurias antisemitas, ha generado una gran polémica en el país en las últimas semanas.

El primer ministro francés, el socialista Jean-Marc Ayrault, y el titular de Interior, Manuel Valls, enviaron este lunes una circular a los delegados del Gobierno en los distintos puntos de Francia para que analizaran si las representaciones del cómico suponen ataques "contra el orden público".  Y Nantes, horas después de que lo hicieran otras ciudades, ha sido el último en firmar el decreto que prohíbe de ahora en adelante los shows del cómico.

"Hago un llamamiento a todos los representantes del Estado, en particular a los prefectos, para que se mantengan en alerta y sean inflexibles", ha afirmado el presidente francés François Hollande, en referencia a los desórdenes públicos que puedan producir los espectáculos de Dieudonné.

Impedir sus espectáculos puede interferir con el derecho a la libertad  de expresión del cómico y jurídicamente parecía complicado aplicarle  censura previa al artista. No obstante, el titular del Interior advirtió  ante la prensa que esos espectáculos son "susceptibles de afectar al respeto de la dignidad de las personas (...), por lo que no se puede hablar de libertad artística".

La defensa del cómico promete guerra

El humorista tenía previsto iniciar el próximo jueves una gira en Nantes, en el oeste del país, con su espectáculo Le Mur, estrenado en París y para el que ya ha vendido unas 4.000 entradas a 43 euros.

Los abogados de Dieudonné han afirmado que tomarán acciones legales contra la decisión de suspender sus espectáculos. "La libertad de expresión no es un capricho de los gobiernos o de un comediante",  han señalado en una declaración en la que han anunciado que presentaran varias demandas judiciales por difamación e invasión de la privacidad.

La defensa del humorista acusa al Gobierno socialistas de usar la polémica para movilizar a los votantes de cara a las próximas elecciones municipales y europeas que se celebrarán en primavera y en las que la extrema derecha tiene muy buenas expectativas de voto. 

Bromas antisemitas, antisistema y misóginas

El cómico está en el punto del mira del Gobierno tras bromear en diciembre pasado sobre dos periodistas judíos y las cámaras de gas.

Es una vuelta de tuerca más de este humorista, de raza negra, que ha hecho de las bromas antisemitas y antisistema su sello de autor, pero que también arremete en sus espectáculos contra las mujeres, los chinos o los islamistas.

Aunque ha sido condenado por injurias racistas en siete ocasiones, no ha pagado las multas al declararse insolvente, a pesar del éxito de sus espectáculos y de la comercialización de productos como DVD, camisetas y gorras.

Dieudonné no figura como asalariado o beneficiario de las empresas que gestionan sus espectáculos y sus derechos, sino su compañera sentimental y su madre, según el diario Le Monde.

Anelka aviva la polémica

Esa situación llevó a los ministros de Justicia e Interior a pedir al aparato del Estado que haga todo lo necesario para recaudar las sumas ordenadas por los tribunales, que ascienden a varios miles de euros.

La polémica adquirió aún más envergadura cuando el controvertido futbolista y exinternacional francés Nicolas Anelka, jugador del West Bromwich inglés, celebró un gol con un gesto conocido como la "quenelle", inventado por el cómico, para apoyar a su amigo Dieudonné.

El gesto, convertido en la imagen de marca de Dieudonné, consiste en extender un brazo hacia el suelo y cruzar la mano contraria sobre el hombro, en lo que algunas asociaciones detectan una alusión al saludo nazi.

Anelka precisó que él considera que se trata solo de un gesto antisistema y no antisemita y prometió a su club no volver a celebrar así un gol para evitar malentendidos.