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Miles de niños están aislados y sin acceso a ayuda humanitaria por la violencia en Sudán del Sur

  • La ONG Save the Children alerta sobre la situación de los menores
  • Muchos niños han huido y viven bajo los árboles y beben agua estancada
  • Los combates continúan y Uganda amenaza con intervenir

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Miles de personas huyen de los combates en Sudán del Sur

El conflicto armado en Sudán del Sur no se detiene y los más afectados, como siempre, son los más vulnerables. La organización Save the Children ha advertido de que miles de niños han quedado probablemente separados de sus familias debido a los combates de las dos últimas semanas, y aislados en lugares remotos sin acceso a ayuda humanitaria.

En un comunicado difundido en las ultimas horas, la ONG ha expresado su preocupación por la seguridad de esos menores, muchos de los cuales han huido a los bosques, donde viven bajo los árboles y beben agua estancada.

Algunos de los niños han sido además testigos del asesinato de sus padres o del asalto y saqueo de sus casas, en medio de la escalada de la violencia que ha provocado el desplazamiento de más de 120.000 personas.

Debido a la "caótica situación" muchas familias han terminado separadas, explica Save the Children, que ha identificado solo en un complejo de la ONU en Yuba una veintena de niños solos, sin sus padres o un tutor.

Escalada de violencia étnica

La organización ha alertado de que esta situación puede ser mucho más grave en zonas como el estado de Jonglei, donde los enfrentamientos entre el ejército y los rebeldes han sido más violentos.

"La reciente violencia se ha extendido por la mitad del país y estamos muy preocupados por el alto número de niños vulnerables que necesitan de forma urgente nuestro apoyo, pero a los que no podemos llegar debido a los combates", lamenta la directora de Save the Children en Sudán del Sur, Fiona McSheehy.

Los planes de la ONG son identificar a los niños que están separados de sus familias y darles apoyo, acceder a las zonas aisladas una vez que la violencia remita y prestar ayuda psicológica a los menores, entre otros.

Desde el pasado 15 de diciembre, cuando se produjo un intento de golpe de Estado en Yuba del que las autoridades acusaron al exvicepresidente Riak Mashar, los combates se han extendido a otros estados como Jonglei, Alto Nilo y Unidad, causando miles de muertos.

El conflicto en Sudán del Sur, que comenzó como un pulso por el poder, está derivando en una escalada de la violencia étnica, principalmente entre las tribus Dinka y Lou Nuer, a las que pertenecen el presidente Salva Kir y Mashar, respectivamente.

Intervención militar regional

Miles de personas han huido en las últimas horas de los combates hacia su vecino del norte.  Según la ONU unos 25.000 jóvenes armados de la tribu del  exvicepresidente Riak Mashar avanzan hacia la ciudad de Bor. Hace dos días, el  Gobierno sursudanés se comprometió a cesar sus hostilidades con los  insurgentes.

El conflicto amenaza con desbordar las fronteras y provocar una intervención militar regional, después de que el presidente ugandés Yoweri Museveni haya afirmado que los países del este de África tendrían que derrotar al líder rebelde Mashar si rechaza el alto el fuego ofrecido por el Gobierno.

"Nosotros (los países de la región) dimos a Riak Mashar cuatro días para responder y si él no lo hace, tendremos que ir a por él,  todos nosotros, que es lo que acordamos en Nairobi", ha declarado este lunes Museveni desde Yuba.