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Fitch eleva de negativa a estable la perspectiva de la deuda española

  • La calificación de la deuda se mantiene en BBB, ahora con perspectiva estable
  • La agencia achaca la mejora a la consolidación fiscal y a las reformas

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Fitch cree que las exportaciones netas impulsarán la recuperación en España en 2014.
Fitch cree que las exportaciones netas impulsarán la recuperación en España en 2014.

La agencia Fitch ha mantenido este viernes la calificación de la deuda de España en "BBB", pero ha revisado al alza su perspectiva, que ha elevado de negativa a estable.

En un comunicado, la agencia ha explicado que la mejora de la perspectiva se debe a la consolidación fiscal que está llevando a cabo el país y a las "significativas reformas" realizadas por el Gobierno en el mercado laboral, en el sistema de pensiones y en el sector financiero.

Estas reformas, aunque van a ir disminuyendo en el periodo 2014-2015, van a permitir a España lograr "un crecimiento más seguro", ha dicho la agencia.

En su comunicado, Fitch se muestra confiado en que la economía española comience a recuperarse en 2014, algo que se verá impulsado, principalmente, por las exportaciones netas, ya que la demanda interna seguirá débil durante un período más largo.

Asimismo, la agencia de medición de riesgos ha subrayado que la balanza de pagos de España avanza a un ritmo más rápido de lo esperado, por lo que ha revisado al alza sus previsiones de balanza por cuenta corriente de España y ahora espera un superávit del 1,2 % en 2013.

A pesar de la crisis económica, esta evolución viene determinada por el incremento de las exportaciones y las mejoras en competitividad, ha añadido en un comunicado.

Fitch ha reconocido además que la reestructuración del sector bancario ha avanzado mucho desde 2012, aunque ello no ha sido sin coste fiscal.

Mejoras en la financiación

La agencia también percibe mejorías en las condiciones de financiación de España,  un factor que conlleva un ahorro "sustancial" en los gastos que debe afrontar el país para pagar los intereses durante este año, que Fitch calcula entre el 0,7-0,8% del PIB.

La salida de España de la recesión en el tercer trimestre se ha producido antes de lo previsto, según la agencia, aunque prevé que el crecimiento siga siendo muy débil,  en torno al 0,5 % del PIB en 2014.

Por lo que respecta a la calificación soberana de España, la agencia ha explicado que el rating se mantiene apoyado en una economía de alto valor añadido y diversificada que está adaptándose poco a poco después de "su burbuja de crédito".

La agencia ha señalado además la fuerte mejora de la productividad desde 2008 y la progresiva reducción del endeudamiento iniciada en el sector privado.

Sin embargo, sostiene que la calificación de España es inferior a las de otras grandes economías avanzadas, lo que refleja los grandes riesgos que planeta su ajuste económico y financiero en la zona euro.

Crecimiento débil

Las perspectivas de crecimiento de la economía española a medio plazo son débiles, ya que todos los sectores de la economía siguen estando muy apalancados, el desempleo es "excepcionalmente alto" y el déficit público sigue siendo elevado, ha recordado Fith.

La agencia de medición de riesgos ha valorado también el compromiso de las autoridades para reducir el endeudamiento público, aunque considera que resolver el déficit fiscal requerirá varios años más.

La posible revisión a la baja de la calificación del país dependerá de cómo coloque su deuda pública, de la evolución del PIB en el medio plazo, de su política económica y fiscal, de las condiciones de financiación.

Por el contrario, una mejora del rating vendrá de la mano de una recuperación económica sostenida que dé sus frutos en el mercado de trabajo, de la reducción de la deuda, de nuevas mejoras en la competitividad internacional de España y de la puesta en marcha de reformas que promuevan el crecimiento.

Además, Fitch cree que la deuda pública alcanzará su punto máximo entre 2015 y 2016 como porcentaje del producto interior bruto y luego disminuirá de forma gradual.

No obstante, recuerda que si la crisis es más profunda y más larga de lo esperado, el riesgo de que el Gobierno pueda verse obligado a realizar nuevas inyecciones de capital no está totalmente descartado.