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Bulgaria investiga a una pareja como posibles padres de la niña María hallada en Grecia

  • La madre dice que la regaló porque no podía mantenerla
  • No están detenidos, pero se sospecha que vendieron a la niña

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La supuesta madre de la niña hallada hace unos días en Grecia coge a otra de sus hijas en su domicilio de Nikolaevo (Bulgaria).
La supuesta madre de la niña hallada hace unos días en Grecia coge a otra de sus hijas en su domicilio de Nikolaevo (Bulgaria).

La Fiscalía de la ciudad búlgara de Kazanlak ha abierto una investigación sobre la presunta entrega ilegal de una niña en Grecia que se cree puede ser "María", la pequeña de pelo rubio y ojos verdes que fue localizada viviendo en un campamento gitano en el país mediterráneo.

"La investigación se ha abierto después de una verificación relacionada con el descubrimiento en Grecia de una niña llamada María", ha precisado a Efe una portavoz de la Fiscalía, que ha señalado a una ciudadana búlgara como supuesta madre y vendedora de la pequeña.

La Fiscalía ha añadido que, como parte de la investigación, se ha ordenado un análisis de ADN, han sido interrogados testigos y se han pedido consultas con las autoridades fronterizas de ambos países sobre el tránsito de los supuestos padres de la menor.

"Dejó a la hija a la gente para la que trabajaba"

"Ambas personas residieron durante algún tiempo en Grecia y trabajaron en la región de Patrás. Allí, una de las personas, ciudadana búlgara, dio a luz a una niña. Más tarde, la madre volvió a Bulgaria y dejó a su hija a la gente para la que trabajaba", ha explicado el secretario general de Interior, Svetlozar Lazarov. Según este responsable, durante el interrogatorio de este jueves, la mujer ha afirmado que la víspera estaba viendo la televisión y reconoció al hombre y a la mujer a los que había dejado a su niña. Además, la mujer insistió en que María se parece mucho a sus otros hijos.

Las dos personas interrogadas han sido identificadas por los medios búlgaros como Atanas y Sashka Rusevi, residentes en un poblado de Bulgaria Central y padres de entre ocho y diez niños, la mitad de ellos muy rubios y de piel clara. Ninguno de los dos está detenido, aunque la Fiscalía ha señalado que la investigación se refiere a un delito de venta de bebés tipificado en el Código Penal búlgaro.

Según los medios búlgaros, Sasha y Atanas Rusevi tienen graves problemas económicos y viven en condiciones muy precarias.

En declaraciones a la agencia de noticias "Vsekiden", Sasha ha confirmado que dejó a una hija Grecia, aunque sin dar más detalles. "Regalamos la niña. No he tomado dinero,  la dejé porque no tenía con  qué alimentarla. No sé si es la mía, parece la mía, pero ¿cómo puedo  saber?", ha dicho en declaraciones a otro medio local.