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'Por un puñado de besos', el sueño cinéfilo de Jordi Sierra i Fabra

  • David Menkes rueda una adaptación del prolífico autor
  • Ana de Armas y Martiño Rivas apuran los últimos días de rodaje en Madrid

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'Por un puñado de besos', el sueño cinéfilo de Jordi Sierra i Fabra

400 libros escritos. Un clásico viviente de la literatura infantil y juvenil. Adaptaciones de teatro y televisión. Pero ninguna película. El novelista Jordi Sierra i Fabra, cinéfilo confeso que no perdona el visionado de una película diaria, tenía una espinita que estos días empieza a desaparecer. Su novela Un poco de abril, algo de mayo, todo septiembre se está transformando en imágenes con el título de Por un puñado de besos.  La película, dirigida por David Menkes y protagonizada por Ana de Armas,  Martiño Rivas y Marina Salas, apura sus últimos días de rodaje en el agosto madrileño.

El escritor catalán, de 66 años, ha interrumpido su rutina diaria (escribir y escribir) para viajar a Madrid a conocer de primera mano la producción. Antes de subir al piso del centro que recrea una casa, se encuentra con David Menkes y se abrazan. “David no es el primer director de cine que me pide una película”, explica. “Imanol Uribe, Buenavista Home entertainment... he vendido como 15 libros, pero nunca se ha hecho una película”. Menkes -director de Mentiras y gordas, Sobreviviré, Atómica- es un seguidor de siempre de Sierra i Fabra. “Era superlector de Jordi desde joven y siempre que leía algo suyo decía: es un guion de cine”, cuenta Menkes. “Es una literatura muy directa, un lenguaje muy cotidiano. Hasta que leí esta novela, me llegó la historia de amor y pensaba que podía introducir mi mundo y me lancé a por ello”.

La película (y novela) es una historia de amor. Una joven veinteañera decide resetear su vida con un anuncio en el periódico en el que busca al chico ideal. Y el chico aparece para iniciar un romance loco impulsado por la vitalidad de ella y las mentiras de él. Los dos guardan un secreto.  “No digas más, no cuentes más”, pide Sierra i Fabra. Ana de Armas y Martiño Rivas dan vida a la pareja.

“Tengo fama de que mis personajes femeninos son mucho mejores que los masculinos. Yo, que soy muy romántico, supongo que las idealizo. Este personaje es muy fuerte por lo que le pasa, así que había de ser alguien fuerte pero dulce para que el prota se enamorara de ella nada más verla. La típica cara que digas, por dios qué monada de niña, ya me he colado. Y esa es Ana”, reconoce. “En cambio Martiño, no, pero no porque sea él o sea Jack Nicholson, no lo imaginaba”.

Sierra i Fabra se asoma a su mundo hecho decorado y conoce al fin, a sus dos personajes-actores. “Siempre me asombra que se puedan concentrar con todo este circo rodeándoles”, comenta. Ana de Armas ha caracterizado a su personaje tiñendo su pelo de rosa chicle. “Fue idea mía, me costó un poco convencer a David”, recuerda la joven actriz cubana entre risas. “Pensé que era muy de adolescente, rompedora y, por el pasado del personaje, se lo podía permitir. Cuando necesitas cambiar algo, crees que afeitándote o cortando el pelo vas a cambiar cuando, en realidad, lo que tiene que cambiar es algo dentro de ti, no tu aspecto”, añade. “El personaje de Sol es apetecible, la energía que te trasmite, las ganas de vivir, todo es esperanza, todo es amor. Me parece tan valiente, era difícil resistirse”.

Martiño Rivas ha leído la novela en busca “de la zonas de vacío que tienen los personajes” en los guiones. “Dani es un chico que se convierte en el cazador cazado, que pensaba que tenía el control, lo pierde, se queda desorientado, y su vida da un vuelco”, desmenuza. “Es contar una historia de superación de perdón, de superación de miedos”. El actor presentará en el Festival de Venecia Tres bodas de más al finalizar el rodaje.

Sierra i Fabra no deja de tomar fotos con su cámara compacta “para mi álbum personal y mi web”. Vital y hablador, el novelista recorre el salón y la cocina en las que van a rodar desde las cuatro de la tarde hasta las tres de la mañana. “Esta novela tardé ocho años en publicarla por su tema. Es una historia de amor preciosa, pero pones la palabra orgasmo en un libro y en la mitad de los colegios ya no te lo leen”, dice. “Lo defino como una vuelta a la vida a través del amor cuando crees que está todo perdido”.

Nada más recibir el primer correo de David Menkes hace dos años, Sierra i Fabra lo dejó claro: “Haz con mi novela lo que quieras”.

“Como decía Ray Bradbury, cuanto más rápido eres, más sincero eres. Hago el libro, lo vomito, lo mando a una editorial y se publica. Acabo de escribirla y ni me la leo, porque no creo en la perfección, creo en el instinto. Soy un tío intuitivo. En una película, te dicen que al guion hay que darle como nueve o doce vueltas”, dice.

El novelista se define como “hijo del cine” y Menkes se empeñó en que al menos se leyera el guion definitivo. “Le dije que aunque no me gustara era su película, pero me lo envío y me dijo que estaba esperando mi veredicto", recuerda Jordi Sierra i Fabra. "Y es increíble, es mi libro 100 por 100, menos el título. El mío es muy poético. Ha cogido hasta mis diálogos. Es el libro en espíritu, en alma y en todo. ¡No voy a poder quejarme! “.