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La corrupción sobrevuela el Elíseo

  • Los casos de corrupción al más alto nivel se suceden en Francia
  • Chicac fue condenado; Sarkozy, imputado, Lagarde, investigada...
  • Hollande anuncia transparencia tras las sospechas sobre su equipo

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El ex presidente francés Jacques Chirac junto a su sucesor Nicolas Sarkozy.
El ex presidente francés Jacques Chirac junto a su sucesor Nicolas Sarkozy.

Los escándalos de corrupción se suceden en Francia en las últimas semanas y afectan a la mayoría de figuras claves de la política francesa de la última década. 

La histórica sentencia condenatoria a Jacques Chirac abrió la veda en diciembre de 2011. El que fue presidente entre 1995 y 2007 y dos veces primer ministro fue condenado por malversación de fondos públicos cuando era alcalde de París a comienzos de los años 90. La justicia demostró que desde el ayuntamiento habían creado decenas de empleos ficticios en beneficio de su partido político, el precedesor de la actual UMP.

Chirac fue condenado a pesar de que la formación había llegado a un acuerdo para devolver 2,2 millones de euros a las arcas del municipio. La condena de dos años de prisión, como suele ocurrir en las personas sin antecedentes con esta pena, quedó en suspenso.

El sucesor de Chirac al frente de la UMP fue Nicolas Sarkozy. Y la historia se repitió. Nada más dejar el Elíseo y perder la inmunidad fue imputado por un escándalo de financiación del partido.

Una campaña muy sospechosa

El pasado mes de marzo, Sarkozy fue procesado por el caso Bettencourt en el que se investigan, entre otras cosas, las donaciones de la heredera del grupo L’Oreal, Liliane Bettencourt, a su campaña presidencial de 2007.

Aunque el presunto delito de financiación irregular ya habría prescrito, al político se le acusa de “abuso de debilidad” sobre la millonaria, de 90 años y declarada incapacitada después de estallar el escándalo.

Ahora, el Consejo Constitucional también ha declarado ilegales las cuentas de la campaña presidencial de Sarkozy de 2012, lo que le ha llevado a dimitir como miembro de ese mismo órgano.

Pero no son las únicas causas con la que se le relaciona. También se sospecha de él por amiguismo en la contratación de los estudios de opinión que encargaba el Elíseo y por otros dos casos de presunta financiación ilegal de las campañas de la UMP, todos ellos en fase de instrucción en los juzgados.

El último en el que se han abierto diligencias se refiere a los supuestos pagos por parte del régimen del exlíder libio Muamar Gadafi, que era un importante socio comercial de empresas francesas. Mucho más antigua es la investigación sobre las comisiones en unos contratos de armas firmados por el Estado francés con Pakistán (caso Karachi) y que acabaron financiando la candidatura presidencial de Edouard Balladour en 1995, a la sazón primer ministro.

Se supone que Sarkozy tenía conocimiento de esas operaciones porque las autorizaba como ministro de Presupuesto. Un cargo que ha vuelto a acaparar los titulares de las noticias de tribunales con el gobierno de François Hollande. Jerome Cahuzac, designado por el presidente que desbancó a la derecha del poder en 2012 para llevar las cuentas públicas, y que dimitió tras revelarse que tenía una cuenta secreta en Suiza con al menos 600.000 euros.

De París a Washington

Aunque en principio Hollande no tiene ninguna relación más allá de ser uno de sus más estrechos colaboradores, han concurrido algunas circunstancias para elevar la indignación de la sociedad. Por ejemplo, que el político ejerciera como el abanderado del Partido Socialista en la lucha contra la evasión de impuestos y que negara públicamente la existencia de esa cuenta revelada por un periódico digital. Al final ha sido procesado.

Y solo dos días después, una investigación llevada a cabo por un grupo de medios internacionales hizo pública una lista de personalidades de todo el mundo con cuentas en paraísos fiscales. Entre ellos, el co-tesorero de la campaña electoral de Hollande y viejo amigo personal Jean-Jacques Augier.

Más allá de todos estos casos que rodean a los últimos presidentes de la República, los otros dos políticos franceses que más altas responsabilidades han tenido en este periodo tampoco se han librado de los escándalos. Se trata de la actual directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, que sustituyó en el cargo a Dominique Strauss Khan cuando este fue detenido por un presunto abuso sexual. (Luego se le ha imputado por otro).

En el caso de la exministra de Economía de Sarkozy, se le investiga por el supuesto trato de favor al empresario Bernard Tapie, quien según algunos medios mantuvo varias reuniones con el entonces presidente francés.

Mientras, la prensa y la justicia siguen cumpliendo con su labor de investigar a cualquiera... menos al presidente en ejercicio, que tiene inmunidad.