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El etarra Mikel Otegi, acusado de matar a dos ertzainas: "Dos hijos de puta menos"

  • Fue absuelto por un jurado popular y el TC ordenó repetir el juicio
  • Cuando se entregó sabía que había "roto tres familias" y debía ir a la cárcel
  • Le piden 70 años de cárcel por matar a dos agentes en 1995

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Juicio a Miguel Otegui por el asesinato de dos erztainas

El etarra Mikel Otegi, al que juzga la Audiencia Nacional por el asesinato de dos ertzainas en 1995, exclamó tras el crimen "dos hijos de puta menos", según le oyó decir entonces un vecino y han declarado este miércoles los testigos que han comparecido en el juicio.

Mikel Otegi se enfrenta a una petición de 70 años de cárcel por delitos de atentado y asesinato terrorista e integración en banda armada por el asesinato de los ertzainas Iñaki Mendiluze y José Luis González en la localidad guipuzcoana de Itsasondo el 10 de diciembre de 1995.

Otegi ya fue juzgado y absuelto por estos hechos en 1997 por un jurado popular de la Audiencia Provincial de Guipúzcoa, pero el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) ordenó repetir el juicio con una decisión que fue avalada por el Tribunal Constitucional en 2004.

Ante la Sección Primera de lo Penal de la Audiencia Nacional, el acusado ha solicitado que se le formularan las preguntas en euskera y su defensa ha respaldado su petición porque le resultaba "totalmente violento" dirigirse a él en castellano cuando siempre conversan en vasco. "Usted tiene el deber de conocer el español, otra cosa es que pueda expresarse -en sus respuestas- en el idioma cooficial en el País Vasco", ha zanjado el presidente del tribunal, Fernando Grande-Marlaska.

Niega que "odiara" a la Ertzainza

A preguntas de su defensa, el acusado ha reconocido que disparó en dos ocasiones contra los dos ertzainas "de uniforme" que encontró frente a su caserío, después de mantener "una bronca" con ellos y amenazarles con su escopeta.

Ha negado que "odiara" a este cuerpo policial y ha añadido que ingirió unas 15 consumiciones de cerveza y calimocho antes de cometer el crimen.

Otegi ha relatado que previamente había mantenido varios incidentes con la Ertzaintza y "percibía que le perseguían sin motivo aparente alguno".

Ha afirmado tener "ideas antimilitaristas" -se declaró insumiso-, ha negado haberse integrado en las organizaciones ilegalizadas Jarrai-Haika-Segi y ha añadido que el colectivo de presos de ETA nunca le planteó unirse cuando ingresó en prisión.

Reconoce que ha "roto tres familias" y debe ir a la cárcel

Además, Mikel Otegi ha asegurado que cuando se entregó era consciente de que "había roto tres familias y que tenía que ir a la cárcel" y ha recordado que la noche del 10 de diciembre de 1995 estaba "completamente fuera de sí" y que tras tener una "tangana" con los ertzainas, en su caserío les amenazó con la escopeta para que se marcharan.

"Tenía la escopeta porque era cazador. Metí tres cartuchos (...), disparé, me metí en el coche patrulla y llamé desde la emisora a la Ertzantza", ha dicho Otegi, que además ha señalado que en ese momento "era consciente" de que se iba a entregar, porque "había roto tres familias", las de los dos agentes, José Luis González e Ignacio Jesús Mendiluce, y la suya propia.

Los testigos: "Andaba como un loco"

Durante la vista oral, han comparecido varios vecinos y ertzainas que han asegurado que el acusado no presentaba ningún síntoma de ingesta de alcohol tras cometer los asesinatos. "Su habla era clara, no era incoherente, su andar no era vacilante, no tenía la boca pastosa ni olía a alcohol", han apuntado.

Un testigo, que recibió amenazas tras declarar la primera ocasión ante el jurado popular, ha recordado que encontró los cuerpos inertes de los dos ertzainas y a Otegi dando "patadas al suelo" y profiriendo insultos contra sus víctimas.  "Dos hijos de puta menos", dijo, mientras "andaba como un loco y entraba y salía del caserío".

Otro vecino que podaba manzanos ha señalado que oyó los disparos y que nunca tuvo conocimiento que el acusado fuera objeto de vigilancia policial.

Tras él, tres agentes han puesto de relieve que localizaron a las víctimas "tiradas e inmóviles" y que tuvieron que disparar un tiro intimidatorio al aire ante la "agresividad" y resistencia de Otegi.

"Le pregunté por qué los había matado. Dijo únicamente que porque eran zipayos", han indicado, para remarcar que Otegi era un viejo conocido de la Policía porque había actuado como cabecilla en varios altercados y había llegado a "lanzar piedras de las vías férreas" contra ella.

En el juicio también ha testificado el agente que sufrió la agresión de Otegi en un bar poco antes de que éste cometiera el crimen. Ha afirmado que recibió "un puñetazo certero" cuando se encontraba fuera de servicio y que cuando volvió a la comisaría, sus superiores le indicaron que su agresor era el presunto asesino de sus compañeros.