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Cristina Fernández, operada con éxito del cáncer de tiroides que padece

  • Se encuentra en el Hospital Austral, uno de los más modernos del país
  • Durante su baja de unos 20 días, será sustituida por el vicepresidente Boudou

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En Argentina todos pendientes de la operación de Cristina Fernández de Kirchner

La presidenta argentina, Cristina Fernández, ha sido operada con éxito del cáncer de tiroides que padece y ha sido una intervención que ha terminado "sin inconvenientes y sin ningún tipo de complicaciones", según han informado fuentes oficiales.

La intervención, una "tiroidectomia total", ha durado tres horas y media y la presidenta tiene una "buena recuperación" y está despierta, según ha explciado el primer informe médico y ha anunciado el portavoz presidencial, Alfredo Scoccimarro. 

Cristina, que ha ingresado esta mañana en el Hospital Austral, en la periferia de Buenos Aires, se ha trasladado hasta allí en el helicóptero de la Presidencia de la Nación, acompañado por uno de la Gendarmería, en medio de un amplio operación de seguridad en torno al sanatorio, donde centenares de militantes del peronista Frente para la Victoria que lidera la mandataria hacen vigilia desde el martes.

Las fuerzas de seguridad han cortado las calles de acceso al sanatorio, situado en el predio de la Universidad Austral, a las afueras de la ciudad de Pilar, 60 kilómetros al norte de Buenos Aires, donde la presidenta será sometida a una operación de al menos tres horas de duración.

Fernández, a quien acompañan sus hijos Máximo y Florencia Kirchner, ingresó en el sanatorio después de traspasar la jefatura del Estado al vicepresidente, Amado Boudou, quien la ejercerá hasta el 24 de enero próximo, cuando concluye la licencia médica prevista por la mandataria.

Hospital blindado por las medidas de seguridad

Aún falta que se cumpla lo esperado, que el resultado de la operación sea dado a conocer por el portavoz presidencial, Alfredo Scoccimarro, en el Hospital Austral, uno de los más modernos del país, cuyo acceso está rodeado por carpas de militantes con pancartas de aliento para la jefa del Estado.

Según los especialistas que la tratan, la enfermedad tiene buen pronóstico y no le impedirá proseguir con sus actividades habituales en  el futuro.

El hospital ha aplazado los turnos de pacientes que no se consideraron urgentes, ha extremado las revisiones en los accesos y, según medios locales, ha desalojado la planta donde se atenderá a la presidenta para garantizar su seguridad y su privacidad.

Uno de los hospitales más modernos del país

Fernández, peronista, ha optado por atenderse en el Austral, un centro del Opus Dei, y no en el hospital Argerich, dependiente del Gobierno porteño, liderado por el opositor Mauricio Macri, donde tradicionalmente se ha intervenido a los mandatarios en una unidad habilitada para ellos.

El hospital universitario Austral es uno de los más modernos del país, con un edificio que "conjuga criterios de funcionalidad y seguridad que posicionan al establecimiento a la vanguardia de su categoría", según su página electrónica.

Fue inaugurado en 2000 gracias al aporte económico del empresario Gregorio Pérez Companc, vinculado a los sectores del petróleo y la alimentación.

La enfermedad de la mandataria se hizo pública el pasado día 28, pocas semanas después de que reasumiera la Presidencia, el 10 de diciembre, tras su arrolladora victoria en las elecciones de octubre con el 54 por ciento de los votos.

Agitada agenda política

Su forzada baja médica se produce en medio de una agitada agenda política por la decisión del Gobierno de suspender los subsidios a servicios básicos y los recientes conflictos que han surgido entre la familia peronista.

Los disturbios registrados en la sureña provincia de Santa Cruz, bastión oficialista y cuna de su esposo, el desaparecido expresidente Néstor Kirchner, han llevado a la presidenta a retirar su apoyo al gobernador Daniel Peralta.

Aunque Cristina Fernández permanecerá de baja hasta el 24 de enero, medios locales aseguran que ha dado instrucciones precisas para evitar que el vicepresidente tome decisiones sin consulta previa y pretende supervisar la gestión gubernamental a distancia.

Para ello, según el diario Clarín, se apoyará, entre otros, en su hijo Máximo, líder de la organización peronista juvenil la Cámpora, y en el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, el secretario Legal y Técnico Carlos Zanini, y el ministro de Planificación Federal, Julio de Vido.