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Los talibanes abren la puerta a la paz al acceder a tener una oficina política en el extranjero

  • Es la primera vez que los insurgentes toman una decisión de este tipo
  • La oficina estará en Catar y le servirá de enlace con las potencias extranjeras
  • Las conversaciones de paz estaban estancadas tras el asesinato de Rabbani

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Los talibanes afganos han llegado a un acuerdo preliminar para abrir por primera vez una oficina política fuera del país -en concreto en Catar- en un paso clave para poner en marcha las negociaciones de paz tras diez años de conflicto.

"Ya estamos preparados para tener una oficina política en el extranjero para tener un entendimiento con la comunidad internacional y con este deseo hemos alcanzado un entendimiento inicial con Catar y con otros lugares relevantes", ha declarado Zabihulá Mujahid,  portavoz de los insurgentes, en un comunicado remitido por correo electrónico.

La oficina talibán es vista por Occidente y el Gobierno afgano como un movimiento clave en las negociaciones secretas para alcanzar un acuerdo negociado para acabar una década de guerra en Afganistán.

"Tenemos una fuerte implantación (dentro de Afganistán), pero también estamos listos para formar una oficina fuera para hablar con los extranjeros", ha añadido por teléfono a Efe el portavoz talibán.

La apertura de una ronda negociadora entre los insurgentes, las autoridades afganas -obviadas por los talibanes en sus declaraciones- y la comunidad internacional toman cada vez más cuerpo a la luz de diversas declaraciones en los últimos días.

"Apoyamos un proceso de reconciliación liderado por los afganos en el que los talibanes renuncien a la violencia, rompan con Al Qaeda y acepten la Constitución del país", ha declarado a Efe el portavoz de la embajada de EEUU en Kabul, Gavin Sundwall.

Presos de Guantánamo

En el comunicado, los talibanes también piden la liberación de presos  detenidos en la base militar de Guantánamo por Estados Unidos.

El portavoz estadounidense no se ha pronunciado sobre este aspecto, pero medios y analistas locales se refieren cada vez con más insistencia a esta posibilidad.

"Hemos confirmado que EE.UU. está considerando entregar a algunos líderes talibanes como medida de generación de confianza a cambio de que se abra el diálogo", ha revelado un responsable del Ejecutivo afgano, que prefirió mantener el anonimato.

"Hemos enviado formalmente a EE.UU. una lista de diez personas que están en la prisión de Guantánamo y en Pakistán para que sean traídas a Afganistán", ha detallado un miembro del organismo gubernamental encargado de pilotar las negociaciones, Arsala Rahmani.

El integrante del Alto Consejo de Paz ha apostado por estas entregas porque "son personas que tienen el respeto y la confianza de los talibanes".

Uno de los puntos más espinosos a superar en esta fase preliminar de los contactos es el papel del Gobierno afgano, visto como un régimen "títere" por los seguidores del mulá Omar.

"El proceso debe ser liderado por los afganos, y el Ejecutivo quiere que se tenga en cuenta su opinión sobre todas las decisiones", ha añadido el alto cargo gubernamental.

Reticencia de Karzai

La percepción de Kabul de que estaba al margen de la negociación motivó el mes pasado un brusco frenazo al proceso, escenificado con la llamada a consultas del embajador afgano en Catar ante la evidencia de que la "embajada" talibán se cocía sin su supervisión.

Tras varios vaivenes, el Gobierno afgano, presidido por Hamid Karzai,  dio su visto bueno a llevar el diálogo de paz con los talibanes al pequeño emirato del Golfo Pérsico, y también a la apertura de una oficina insurgente, la primera fuera de Afganistán.

El proceso de reconciliación afgano recibió un duro golpe en septiembre del año 2011, con el asesinato a manos de un supuesto mensajero talibán del expresidente Burhanudín Rabbani, encargado de pilotar el proceso de diálogo por parte del Gobierno.

La idea de una "embajada" talibán, sin embargo, recobró fuerza en la reciente Conferencia de Bonn (Alemania),  que sentó las bases del futuro apoyo internacional al país asiático,  y cuenta con el apoyo de la ONU y las autoridades alemanas y estadounidenses.

Según dijo a Efe hace pocos días un miembro del Alto Consejo de Paz afgano, Mohamed Ismail Qasimyar, el Gobierno catarí se hará cargo de las casas que van a ocupar los representantes talibanes que se encuentran ya en la capital del emirato, Doha.

El diálogo de paz entre Kabul y los insurgentes se halla aún en una fase de configuración y ninguna de las partes han confirmado que la negociación esté formalmente abierta.

Qasimyar recalcó que el Ejecutivo afgano está de acuerdo con la cooperación de Catar en estas negociaciones, que, advirtió, "serán efectivas si los talibanes están realmente comprometidos y no usan el nombre de la paz para sus intereses".

En este sentido, el anuncio talibán coincide con un doble atentado suicida en Kandahar.