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Irán conmemora la toma de la embajada de EE.UU. entre rumores de un posible ataque

  • Miles de personas piden "muerte a Estados Unidos e Israel" 
  • El informe de la OIEA la semana próxima puede ser decisivo
  • Expertos advierten de las consecuencias imprevisibles de una acción militar 

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Un hombre quema una bandera de EE.UU. ante la antigua embajada de este país en Teherán
Un hombre quema una bandera de EE.UU. ante la antigua embajada de este país en Teherán.

Miles de personas se han concentrado este viernes en Teherán para conmemorar el 32 aniversario de la toma de la Embajada de EEUU en la capital iraní por estudiantes islámicos.

La conmemoración tiene lugar cuando Estados Unidos e Israel han aumentado el nivel de sus advertencias a la República Islámica por su programa nuclear.

Los concentrados han coreado insistentemente "muerte a Estados Unidos" y "muerte a Israel" junto a la antigua legación estadounidense en Teherán, a la que el régimen de la República Islámica denomina "la guarida de los espías", en el principal acto del Día Nacional contra la Arrogancia Global.

Tras el triunfo de la Revolución Islámica de Irán en febrero de 1979, el 4 de noviembre de ese año un grupo de estudiantes islámicos, con el apoyo del régimen, ocupó la Embajada de EEUU en Teherán durante 444 días, con 66 ciudadanos estadounidenses retenidos en un principio.

En mayo de 1980, Washington rompió sus relaciones con Teherán, cuyo régimen encabezaba entonces el fundador de la República Islámica de Irán, el ayatolá Ruhola Jomeini.

El principal orador frente al edificio de la antigua Embajada, ahora pintado con murales contra Estados Unidos y convertido en dependencias del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica, ha sido el secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán, Said Jalili.

Jalili ha anunciado que el Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán ha convocado a una representante de la Embajada de Suiza en Teherán (que representa los intereses de EE.UU.), para entregarle una protesta por los "los complots" contra la República Islámica.

Presión sobre Irán

Tanto EEUU como Israel han endurecido su postura frente a Irán e incluso apuntan a la posibilidad de eventuales ataques militares contra instalaciones nucleares en el país.

Recientemente, EE.UU. ha acusado a Irán de amparar un intento de atentado contra el embajador de Arabia Saudí, mientras que Israel ha probado con éxito un misil balístico y el primer ministro, Benjamin Netanyahu, intenta ganar apoyos para la opción armada.

En el Reino Unido, por su parte, se han publicado informaciones que apuntan a una aceleración de los planes para una misión militar en el Golfo.

En este sentido, el informe que el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) hará público la semana próxima será clave. Dicho informe podría revelar datos que apuntarían a los aspectos militares del programa nuclear iraní, lo que daría bazas a los partidarios de una acción armada.

Un ataque de consecuencias imprevisibles

Las consecuencias de una guerra, sin embargo, serían imprevisibles y podrían dañar gravemente la economía de los países occidentales, que ya afrontan problemas por la crisis.

Además de responder militarmente "sin límites", como han advertido su presidente, Mahmud Ahmadineyad, la República Islámica podría reaccionar cortando los oleoductos y las rutas marítimas de los petroleros.

La agresión acabaría también con los restos del reformista "Movimiento Verde", ya que es previsible que la población apoyara al Gobierno.

Desde el Insituto de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI), el investigador militar Pieter Wezeman recuerda además que las instalaciones nucleares iraníes están dispersas por todo el país y sería difícil para Israel o cualquier otro atacante "estar seguro de haber destruido todas las instalaciones esenciales", con lo que un golpe puntual podría degenerar en una campaña militar a gran escala.

Por esas razones, los expertos militares y políticos consultados por Reuters abogan por continuar con las sanciones y con acciones puntuales de sabotaje. De hecho, algunos apuntan a que la subida de tono de EE.UU. y el Reino Unido en su condena de Irán tendrían como objetivo aumentar las sanciones y no preparar a la opinión pública para un ataque.

Sin embargo, el académico Trita Parsi, experto en relaciones EE.UU.-Irán, se pregunta: "¿Hasta cuándo puede usarse esta táctica sin que se convierta en una profecía autocumplida?".