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Dimite el ministro de deportes de Brasil por acusaciones de corrupción, el sexto de Roussef

  • Es el quinto miembro del gabinete que renuncia por irregularidades
  • Nuevas denuncias obligan a iniciar una investigación 

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El ministro de Deporte de Brasil, Orlando Silva, ha dimitido este miércoles arrinconado por denuncias de corrupción que socavaron su capital político y le costaron la confianza de la presidenta Dilma Rousseff, según han informado fuentes oficiales.

Silva es el quinto miembro del gabinete que la jefa del Estado pierde por denuncias de corrupción desde que asumió el poder, el 1 de enero pasado, y su renuncia ha sido confirmada a periodistas por el ministro de la Secretaría de la Presidencia, Gilberto Carvalho.

"Orlando comprendió que la situación era insostenible", ha dicho Carvalho, quien ha considerado como "determinante" la decisión del Supremo Tribunal de que investigará a Silva por denuncias de irregularidades en un programa social mediante el cual se financian actividades deportivas volcadas a los niños más desfavorecidos.

Rousseff había ratificado al ministro en su cargo el pasado viernes, pero durante el fin de semana surgieron nuevas denuncias que, según el Supremo, obligan a iniciar una investigación sobre las supuestas responsabilidades de Silva y de su antecesor en Deporte y actual gobernador de Brasilia, Agnelo Queiroz.

Denuncia contra Silva

La renuncia fue decidida en una reunión que ha congregado este miércoles a líderes del Partido Comunista do Brasil (PCdoB), en el que milita Silva, y el ministro Carvalho, quien había anticipado el domingo que la decisión de Rousseff de mantenerlo en el cargo no podía ser considerada como "definitiva".

Las denuncias que llevaron a Silva a dimitir fueron formuladas por Joao Dias Ferreira, un expolicía que presidía una fundación de artes marciales que recibía dinero del Ministerio de Deporte a través del programa conocido como Segundo Tiempo, que subsidia a organizaciones dedicadas a la atención de sectores empobrecidos.

Dias Ferreira, quien está procesado por supuestos fraudes con ese dinero y llegó a ser detenido el año pasado, denunció que para acceder a los recursos del Ministerio de Deporte era obligado a pagar comisiones que eran recibidas por el propio Silva o sus más cercanos colaboradores.

La renuncia de Silva se conoció en momentos en que Dias Ferreira exponía sus acusaciones ante una comisión de la Cámara de Diputados, a la que fue convocado por la oposición, que desde la semana pasada exigía la dimisión del ministro.

La quinta dimisión en el Gobierno

Aunque el expolicía no presentó ninguna prueba concreta en contra de Silva, su denuncia provocó un terremoto político en el Ministerio de Deporte, que tiene buena parte de las responsabilidades de la organización del Mundial de fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de Río 2016, que Brasil pretende usar como una vitrina ante el mundo.

Silva negó cada una de las acusaciones, compareció tres veces ante el Congreso para dar explicaciones, exigió que se presentaran pruebas en su contra, pero nada bastó para impedir su desgaste ante la presidenta Rousseff, que en los últimos días negoció con el PCdoB su posible reemplazo.

El titular de Deporte asumió el cargo hace cinco años, durante la gestión del ahora expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, y Rousseff optó por mantenerle cuando asumió el poder, el pasado 1 de enero.

Desde entonces, Rousseff ha perdido por sospechas de corrupción a los ministros de la Presidencia, Antonio Palocci; Transportes, Alfredo Nascimento; Agricultura, Wagner Rossi, y Turismo, Pedro Novais, así como al ministro de la Defensa, Nelson Jobim, quien dimitió por diferencias con el Gobierno.

Palocci, Nascimento, Rossi y Jobim, así como Orlando Silva, se habían desempeñado como ministros durante la gestión de Lula.