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Los rebeldes libios se niegan a entregar al hijo de Gadafi y quieren el cese de los ataques de la OTAN

  • El presidente del Consejo Nacional de Transición dice que lo juzgarán en Libia
  • La CPI había asegurado que estaba en negociaciones con los rebeldes
  • El enviado de los insurgentes a Londres quiere el fin de los ataques de la OTAN

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El presidente del Consejo de Transición Libio (CNT), Mustafá Abdelajil, ha defendido que Seif el Islam, hijo de Muamar al Gadafi, no será entregado a la Corte Penal Internacional de la Haya, donde esta acusado de delitos de lesa humanidad pese a que los rebeldes están en contacto con el fiscal de La Haya, Luis Moreno-Ocampo.

El presidente del CNT ha declarado, en una conferencia de prensa en la ciudad libia de Bengasi, que el hijo de Gadafi, que ha actuado como portavoz del régimen, será juzgado en Libia.

El fiscal de la Corte Penal Internacional ha respondido que se ha puesto en contacto con los rebeldes libios, pero que son necesarias más conversaciones para determinar cómo trasladar a sospechosos como el hijo de Gadafi a La Haya,

"Más conversaciones definirán la forma precisa de seguir adelante, incluyendo la posibilidad de capturar y presentar ante la corte a los tres individuos que supuestamente han cometido los crímenes", ha añadido Moreno-Ocampo en un comunicado.

Estas declaraciones se producen después de que la Corte Penal Internacional (CPI) informase de que negociaba con el gobierno de transición libio la extradición del hijo de Gadafi, sobre el que pesa una orden de arresto por presuntos crímenes de lesa humanidad contra civiles libios.

"La CPI ha recibido información de que Saif el Islam Gadafi ha sido efectivamente arrestado y la Corte negocia con el gobierno de transición libio sobre su traspaso a la CPI, de acuerdo con la orden de arresto emitida contra él por la Cámara Preliminar Primera", ha indicado el portavoz de la CPI, Fadi El Abdallah.

Esta decisión de los rebeldes siembra duda sobre cuál será el futuro de Muamar Gadafi si es detenido, ya que sobre él también pesan órdenes de arresto,  al igual que sobre su cuñado, el jefe de la inteligencia del régimen, Abdulá el Senusi, por presuntos crímenes de lesa humanidad como asesinatos y detenciones arbitrarias a manifestantes pacíficos, presuntamente ocurridos a partir del pasado febrero durante las protestas de insurgentes al régimen.

Las fuerzas rebeldes libias llegaron el pasado domingo a la capital del país, Trípoli, que controlan casi en su totalidad, y cercaron entre otros los domicilios de Al Islam y el hijo mayor de Gadafi, Mohamed, que no está inculpado por la CPI.

El papel de la OTAN, "acabado"

Por su parte, el enviado especial de los rebeldes a Londres, Mahmud Macua, ha considerado que el papel de la OTAN "ha acabado" y que ahora le corresponde "al pueblo libio reconstruir de manera independiente su país.

Preguntado sobre si estaba haciendo un llamamiento a la OTAN a parar su misión, Nacua ha respondido afirmativamente.

"No hay peligro de Gadafi y sus armas contra nuestros soldados", ha defendido pese a que la Alianza Atlántica ha prometido continuar con los bombardeos hasta que caiga el líder libio, que se encuentra en paradero desconocido.